HISTORIAS

Curro Vázquez y su alternativa ‘embrujada’: así se sucedieron los acontecimientos


jueves 21 marzo, 2024

El torero se doctoró con 17 años y con el legendario Pipo dirigiendo su carrera bajo el lema: "Linares nos lo quitó, Linares nos lo devuelve"

Curro Vázquez Montaje
Curro Vázquez, uno de los más finos intérpretes del toreo © Luis Sánchez Olmedo

Para los anales del toreo quedan algunos carteles que han encerrado las supersticiones de un mundo ya de por sí muy dado a las supercherías. Desde aquel de Pozoblanco -del que sólo sobrevive El Soro– hasta el celebérrimo de Linares que hizo archifamoso a Curro Cano por fotografiar la cornada mortal de Manolete. Y en el madrileño barrio de Carabanchel, en la recordada ‘Chata’, como apodaban los castizos a Vistalegre, se celebró un festejo que, aunque bien diseñado en un principio, sufrió una serie de contrariedades que dieron al traste con la idea inicial, en la que iba a tomar la alternativa el hoy maestro Curro Vázquez y una cornada emborronó el final. Pero vayamos por partes.

«Linares nos lo quitó y Linares nos lo devuelve». Ese era el lema que había ideado el legendario Pipo para promocionar a un chavalín de aquélla localidad jiennese que tenía locos a todos cuantos le habían visto por su facilidad y su sentimiento a la hora de interpretar el toreo. Se llamaba Manuel Antonio y eso era poco torero, pero se apellidaba Vázquez y, poniéndole Curro delante, la gracia quedaba primorosa. Así que, con ese nombre, se presentaba a doctorarse aquel imberbe una tarde de octubre de 1969. Con sólo nueve meses en el escalafón menor y 54 novilladas con picadores en su haber. Pero antes de que llegase, todo vestido de blanco, se dieron varias circunstancias.

La primera idea de El Pipo para doctorar al ‘pipiolo’ que quería lanzar fue Antonio Bienvenida, pero el veterano maestro acababa de retirarse y decidió que no iba a volver para torear esa corrida. Con la negativa de Bienvenida, pareció muy buena opción la de Curro Romero, entonces también en uno de esos reitors que tuvo, pero su admiración por el joven, al que había seguido en su etapa novilleril, lo convenció para ejercer de padrino del que se estaba preparando para ser figura en esto. Todo estaba arreglado con el ‘Faraón de Camas’; incluso una corrida de Cunhal Patricio. José Fuentes, paisano del toricantano, ejercería de testigo.

Pero quiso el destino -y los veterinarios- que la corrida portuguesa reseñada para la ocasión fuera rechazada entera, y llegase en su lugar una de ‘colorines’ con el hierro de Barcial, seria, cuajada y con toda la plaza del mundo. Tanta tuvo, que Romero envió un parte facultativo a última hora y Fuentes tuvo que ejercer de padrino, dado que el festejo quedó en un improvisado mano mano. Con un corridón de la familia Cobaleda del que Batanero, un soberbio ejemplar de berrendo en colorao, se convirtió en el toro de la ceremonia.

Pero no fue ese el primer toro de Curro Vázquez estoqueó como matador de toros, dado que, nada más recibir el abrazo de su paisano Fuentes, comprobó el peligro que traía ese continuo mirar hacia adentro por el pitón derecho. De repente, y por el mismo pitón, a la mirada se unió un derrote que terminó con medio pitón en la pierna derecha del jiennense y con una gravísima cornada que puso el punto y final a su participación en la corrida.

¿Que cómo le fue a José Fuentes? Vean el vídeo que acompaña a esta información y que procede de la Filmoteca Española…