LA CRÓNICA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

Una golondrina no hace verano…


sábado 31 enero, 2015

Un bajo encierro de La Carolina hizo que se tuvieran que cuidar mucho los movimientos frente a los animales...y Fandiño y Talavante lo hicieron. Pero despacio.

Un bajo encierro de La Carolina hizo que se tuvieran que cuidar mucho los movimientos frente a los animales...y Fandiño y Talavante lo hicieron. Pero despacio.

Contar algo después de tantas de ocurrido
puede que no tenga gracia, puede que sea algo que «nadie más procure ya leer”… Los festivales en la Macarena, hasta
ayer, siempre estuvieron cargado de emoción y de buenas sensaciones, ayer esa
chispita, por lo menos para mi no estuvo.

En los dos
primeros toros anduvimos entre la abulia y la «bulimia”, dos animales muy
justos de carnes con un comportamiento tan extraño como los supuestos pesos que
traían. En primer lugar vimos a Pepe
Manrique
sortear las dificultades de un Presidente que nunca quiso «firmar
la paz” con él, y es que a punta de arreones y de embestidas descompuestas
siempre para adentro, Manrique pudo mostrar algo de lo que tiene, además de su
añejo carné de torero que bien le vale para abrir las plazas. El Juli algo ha
tenido que hacer bien en toda su carrera, despertar envidia de las tales sanas,
no es sinónimo sino de que es una persona con una maestría inigualable que le
puede a todos los toros, con Musitador, otro
torito fitness el Juli mostró que cada animal tiene su lidia y que de cada pozo
se saca agua, al final el famoso «julipié” que sólo alcanzó a meter media
espada y un concierto de descabellos acompañados de un aviso dejaron todo en
una cariñosa ovación para el que hoy hace el paseíllo vestido de torero después
de muchos años Medellín.

Y es que dicen
que una golondrina no hace verano, parece ser que ese es un trabajo propio de
los murciélagos. Cuando todo parecía que iba a quedar con toros propios del MURIBE SANTACOLOMA, animales sin fuerza y flojitos de las manos, salió Perecoso un
animal muy bien presentado con calidad, fuerza, nobleza, fijeza…en fin, si hay
que hablar de un punto en su contra fue que en algunos muletazos fue tardo,
pero en general el mejor comportamiento de la noche lo tuvo él, tanto así que
fue merecedor de la vuelta al ruedo y al que Iván Fandiño pudo hacerle una faena forjada a base de temple,
variedad y firmeza, rematada con un espadazo que lo hicieron merecedor de dos
orejas; el cuarto lugar fue para una de las novedades en la ciudad este año, Alejandro Talavante salió muy dispuesto
con Peleador a quien le hizo una faena de principio a final (capote y muleta)
con un sello propio de la casa, y es obvio que es
Talavante jamás sale al ruedo con una idea preconcebida de lo que va a hacer,
es tal su capacidad resolutiva y su inteligencia, que no hay que saber de esto
(y perdón con los toreros que dicen que los que van al tendido no saben de
esto) para darse cuenta que todo es nuevo, que siempre está creando… como un
circular que creo todavía estar pegando allí en la plaza.

Hoy volvían
juntos dos hijos de la plaza. Muchos esperaban a Reyter, ese niño que salía
vestido de torero en cuanto evento había en la Macarena, pero leyeron en los carteles
a Ritter, ese torero del que se habla tanto, con un valor infinito que está
haciendo carrera exitosamente en España. Con Lavandero hubo gusto para todos,
en momentos veíamos a Reyter, metido en los pitones y haciendo gala de su valor
con un novillo que de inicio le pedía más sitio para no ahogarse, luego en un
minuto veíamos a Ritter, un torero con las zapatillas asentadas, sentado en los
riñones dando muletazos largos y de muy buen gusto a un animal que humillaba y
que tenía calidad para embestir cuando se toreaba desde el sitio que éste
pedía. El otro paisa que estaba en el cartel era Luis Miguel Castrillón, un torero también hecho en Medellín, pero
moldeado en Cali quien a base de muletazos largos y profundos estaba dando una
buena dimensión de lo que, supongo yo, quiere expresar él como torero, el
inicio de faena fue prometedor y Pitador iba de acá para allá, codicioso
buscando la muleta que presentaba muy bien el antioqueño, pero ese click entre
los dos se acabó y todo terminó en pinchazos y una espada que entró e
inexplicablemente la cuadrilla sacó.

Pablo Hermoso
parece ser el novio de Medellín y la afición esa suegra cariñosa que siempre le
quiere dar más y más comida, no es sino salir al ruedo y los tendidos están
incondicionales con el navarro, ayer con Napoleón, Disparate, Dalí y Pirata
tuvo que sortear, oído de muy buena fuente, un toro que parecía un atleta, que
no le puso fácil nada. Pero a Medellín le da igual lo que pase abajo, digo le
da igual en el buen sentido de la palabra, todo lo que haga «su Pablo” para
Medellín está bien y es aceptable, ayer quizás no pudimos ver al rejoneador en
una dimensión artística y si en una más de lidiador, habrá que esperar que pasa
hoy con él y las tales «maquinistas de embestir” que despectivamente llaman
algunos de Ernesto Gutiérrez.

 

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros
La Macarena. Tradicional festival taurino. Más de tres cuartos de entrada.

Ejemplares de La Carolina, desiguales pero manejables.

Pepe Manrique, palmas.

Julián López
«El Juli», palmas.

Iván Fandiño, dos orejas.

Alejandro Talavante, oreja.

Sebastián Ritter, ovación.

Luis Miguel Castrillón, palmas.

Pablo Hermoso de Mendoza, ovación.