SEVILLA

Jesús Quintero y Joaquin Moeckel ponen el "no hay billetes" en un brillante coloquio


jueves 26 noviembre, 2015

Acto organizado por La Razón en el que se dieron cita numerosos aficionados que abarrotaron la sala Estepa del hotel Meliá Sevilla

Acto organizado por La Razón en el que se dieron cita numerosos aficionados que abarrotaron la sala Estepa del hotel Meliá Sevilla

 PABLO LÓPEZ RIOBOO 

En la noche de hoy se ha llevado a cabo un acto
en el hotel Meliá Sevilla organizado por La Razón y bajo el título de «Los toros y
yo»,
donde el periodista y comunicador Jesús Quintero y el abogado
Joaquín Moeckel mantuvieron una interesante charla sobre el mundo de los toros.
Se habló largo y tendido sobre las pintadas sufridas por el monumento a Curro
Romero, en el cual el abogado sevillano expuso su versión de lo ocurrido.
También participó en el acto el periodista de Canal Sur Jesús Vigorra que quiso
dar su opinión sobre la problemática con el activista Peter Janssen al cual tuvo
en los micrófonos de su programa «El público» de Canal Sur Radio.

En este distendido coloquio también participó el diestro de Salteras Manuel
Jesús «El Cid», el cual se sometió a las numerosas preguntas de Jesús
Quintero, muchas de ellas sobre su carrera y otras más personales, sin duda los
aspectos más desconocidos de sobre la vida de un torero.

Joaquín Moeckel se expresó de la siguiente manera sobre lo acaecido con las
pintadas sobre
  el monumento de Curro Romero: «Yo como aficionado y sevillano no podía tolerar que se manchara el
buen nombre de Curro Romero, el ayuntamiento apoyado por Izquierda Unida y
podemos ha dejado claro que la fiesta le importa muy poco, tanto con lo
ocurrido con Romero como con los premios taurinos que otorga la ciudad».
 El diestro de Salteras, Manuel Jesús
«El Cid» quiso dejar claro lo siguiente:
 «Yo soy torero, ejerzo mi profesión libremente y sólo pido que se me
respete al igual que yo respeto muchas cosas que no me gustan o con las que no
estoy de acuerdo».

El acto se desarrolló en un tono distendido ante una sala repleta de
aficionados que pusieron el «no hay billetes» y que disfrutaron
durante más de una hora de un brillante coloquio.