AVANCE VISTALEGRE

El valor de Escudero; la proyección de Lorenzo


sábado 21 febrero, 2015

Salieron a hombros tras despachar una novillada de Guadajira y Garcigrande dispar de presencia y juego; media entrada hubo en Vistalegre

Salieron a hombros tras despachar una novillada de Guadajira y Garcigrande dispar de presencia y juego; media entrada hubo en Vistalegre

Iniciaba la capital madrileña la
temporada taurina con un mano a mano en Vistalegre en el que dos novilleros
ilusionarnos se batían el cobre con tres novillos de Guadajira y tres de
Garcigrande, hierro que sustituyó al anunciado de Alcurrucén por faltado remate
de los utrera reseñados. En los tendidos, unas 4.000 personas ávidas de toros.

Una ovación fue la bienvenida al
los dos toreros, antes de que saliera el primero de Guadajira, vareado,
escurrido y altiricón, que se movió con
alegría en las verónicas encajadas y de asentada plantarse Escudero. Con la muleta Escudero se mostró
espartano y sin cambiar la cara con las embestidas cortas y desclasadas del
animal, que repuso, remontó y sacó complicaciones, pero terminó obedeciendo por
abajo en una serie diestra que terminó por convencer. Valor en las manoletinas
finales que pusieron el colofón a una faena de gran compromiso rubricada con
una estocada. Ovación

Lento, cadencioso, eterno fue el
toreo a la verónica de Álvaro Lorenzo al segundo, de Domingo Hernández, con la
clase tan boyante como escasa la presencia. Otro tanto fue el quite por
chicuelinas, deletrear el trazo hasta dormir la embestida tras la cadera, donde
murió la media verónica más lenta que se le recuerda al novillero. Con la
muleta, Lorenzo fue un compendio de técnica casi perfecta y elegancia natural para
torear despacio, esperar colocado y dejarle la muleta muerta a la fijeza del
animal. Fueron enormes los de pecho y un cambio de mano tras un circular que
arrancó el olé de las barrigas. Pinchó en un primer intento con la espada y la
posterior estocada defectuosa no impidió que pasease la primera oreja de la
tarde.

El tercero, de Guadajira,fue más bruto en el percal que le presentó Escudero con más decisión que
brillantez. Áspero y con las manos por delante, resultó irregular en la
humillación e incómodo al trato. Tuvo valor David para echarse el capote a la
espalda en el quite y aguantar la llegada brusca con impávido decisión. 

Con la muleta fue una batalla de David por sobreponerse a la
violencia, limpiar las asperezas y buscar el toreo entre tanta impureza, tanta
arrancada con el pecho y tanta complicación. Lo consiguió al final del trasteo,
en dos tandas de trapo al morro y temple para que no lo tocase, justo antes de
las manoletinas de ajustado embroque y una estocada de fulminante efecto. Oreja.


VÍDEO VISTALEGRE 21-2-2015 por Cultoro

De Domingo era el cuarto colorao y bajo, al que saludó
Lorenzo con las manos muy bajas y con la cadencia disparada para recibirle la
clase, que convirtió en empuje en el caballo. Fue de mano zurda y menos natural
que en su primer oponente la faena de muleta, pero de enorme mérito para
templar la desentendido pasada en línea recta del animal, que salía con la cara
a su aire y sin entregarse a la repetición.Humilló los embroques, eso sí, y de ahí sacó petróleo Álvaro para buscar
la largura en el trazo sometido. Luquecinas sin ayuda culminaron la obra, que
un estoconazo rentabilizó con dos orejas.

El quinto, de Guadajira, le trajo alegría en la acometida a
Escudero para que se estirarse con firme fe y le echase el vuelo con mando y
con brillantez en el saludo inicial. Fue vibrante el inicio, dándole toda la
plaza al utrero para que acudiese y repitiese por la inercia, dando ya muestras
de que no conjugaría movilidad y clase. Bruto y violento se quedó cuando se le
apagó el fuelle y se le acabó la inercia, y fue batalla a carta cabal la que
planteó David con valor, pero sin material para buscar el toreo que él propone.
A pesar de todo, se lo quiso hacer siempre bien, nunca se descompuso y dejó un
espadazo certero que precedió a la oreja.

Una vez más lució con el capote Álvaro Lorenzo en el cierraplaza, el más
toro de la tarde, con el hierro de Domingo Hernández y entrega en la
humillación enclavada y en la pelea abajo en el penco. Antes de culminar el
tercio de banderillas ya estaba el torero como loco por ponerse delante del
utrero con mejor tranco. Lo hizo con templadísimos dolores hasta los medios,
gastándose en cada trazo, pero faltó la imposición que luego le demandaría el
animal. Porque le costó someter la raza que le sacó el utrero, que estuvo llena
de virtudes. Las encontró el chaval cuando dejó que volase el trazo en la
entrega de ambos dos. Fue entonces cuando llegó el toreo al natural, con la
clase que atesora un torero de finas formas que busca hacerlas profundas. La
estocada, de premio, sirvió para pasear las dos orejas.

FICHA DEL FESTEJO

Palacio de Vistalegre, Madrid.

Novillos de Guadajira (1º, 3º y 6º) y Garcigrande (2º, 4º y 6º), desiguales de juego y presencia.

Martín Escudero (marino y oro): ovación, oreja y oreja.

Álvaro Lorenzo (gris perla y oro): oreja, dos orejas y dos orejas.

 

FOTOS: Conchita Ledesma