LA CRÓNICA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

Todos los gatos son pardos


sábado 7 febrero, 2015

Iván Fandiño desoreja a un toro de Achury Viejo, Diego Ventura pasea un trofeo y Sebastián Ritter se queda sin premio

Iván Fandiño desoreja a un toro de Achury Viejo, Diego Ventura pasea un trofeo y Sebastián Ritter se queda sin premio

La decisión de
hacerle ese «Bypass” a la Macarena puede verse desde muchas orillas, puede
verse como una medida que alejó a los aficionados de menor capacidad
adquisitiva, o puede verse como una forma de presentar la plaza con mejor
entrada cada día, en la segunda línea podemos hablar de 3/4 en los tendidos o
en la primera hablar de gente que no ha podido entrar a toros porque
literalmente no ha tenido con qué pagar una entrada.

Tuvimos que
esperar más de 3 años para que llegara un señor llamado Diego Ventura a despertarnos de un sueño, que aunque Hermoso se estaba volviendo tedioso y
repetitivo. Los que fuimos a la plaza vimos otro tipo de rejoneo, con más
variedad, con otros visos, dejando otro sabor de boca. A Madrilito un toro muy
bien presentado, como toda la corrida de Achury Viejo y al que seguramente
todos nos quedamos con ganas de verlo más con el capote, Ventura mostró su
intención de no sólo venir a «mostrar un show de caballitos”, montando a
Demonio, Oro y Toronjo el portugués puso banderillas largas a dos manos, citaba
en 3 patas sobre Oro, y ponía al público todo a su favor haciendo giros en la
cara del toro con Toronjo, de no haber fallado tantas veces con el rejón de
muerte, posiblemente hubiera cortado una oreja de su primero. Señor presidente,
¿Por qué cambió a Condeso? Si bien es cierto que era un manso de libro este no
tenía ningún defecto físico manifiesto… En fin, con Condeso fuera de combate,
salió al ruedo Alfarero, el que quizás tuvo menor presencia de todos y al que
Ventura castigó, sin ni siquiera sonrojarse con 3 rejones, era evidente que
todo tenía un porqué. El rejoneador cimentó su faena exponiendo mucho los
caballos y dejando llegar casi al estribo al toro, era quizás el preámbulo para
ver a la estrella de la noche, cuando Morante salió hubo run run en los tenidos
«¿Este es el que los muerde?” y todo fue ritmo y variedad en la faena que pudo
rematar con un rejón que no hizo efecto pero con un certero descabello que le
dio una oreja a quien esperamos pronto por estas tierras nuevamente.

Iván Fandiño se volvió
torero de Medellín, la gente lo quiere y lo respeta, a veces lo mima demasiado
y otras veces no lo deja ir a casa sin uno que otro regalito (y no estoy
hablando de orejas). Con Campesino, otro toro-toro colombiano, Fandiño mostró
una versión de su toreo que yo no había visto, menos explosivo y más pausado,
menos bullidor y más pensador, dando tiempos y espacio, componiendo, dando tandas
cortas y muy bien rematadas, aprovechando un toro bondadoso con el que se
acopló en todo momento pudiendo dar naturales tan largos y tan templados que
pusieron de acuerdo a todo el mundo en esperar que la espada cayera en buen
sitio y pedir las dos orejas, que el presidente no dudó en dar cuando en una
perfecta ejecución de la suerte suprema el toro salió muerto sin puntilla de
las manos del español. Con Relicario la moneda cayó por el otro lado, dicen
algunos «que el toro no le permitió el triunfo”, yo digo que ningún toro sale a
permitir ningún triunfo, el toro sale porque allí lo ponen y hace lo que hace
obedeciendo a su naturaleza, evidentemente para Relicario era todo natural,
todo menos embestir y repetir, no hubo acople con el torero y todo terminó con
el pinchazo más efectivo del mundo, que sin entrar siquiera 3/4 de espada el
toro dobló y Fandiño acertó con el descabello. Palmas para el torero y uno que
otro pito para el toro.

Qué nadie es profeta en su tierra, pregúnteselo
a Sebastián Ritter al que ayer ayer
le tocó bailar con la más fea, el peor lote se lo llevó él y es que para ser un
triunfador hace falta también algo de suerte, justo de lo que careció ayer el
paisa. La vida pone a los hombres en situaciones que nadie quiere, muchos (y me
incluyo) tenemos la idea que Ritter sólo tiene una concepto torear, que su
noción del toreo se acaba en la distancia larga y que sólo le valen los toros a
los que se le puede arrimar, ayer con Cautivo y Escondido este argumento por
momentos parecía la única salida posible para sortear las complicaciones de dos
animales que no dieron opción a nada, ni al esperado arrimón. Habrá que
esperarlo y confiar en que tiene más, que seguro lo tiene, pero para eso tanto
Sebastián como nosotros, los espectadores, necesitamos la vendita suerte de ver
al toro que le permita el triunfo y aclarar las dudas si puede bailar en toda
la pista o definitivamente se queda en una sola baldosa.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de Toros La Macarena de Medellín.

Toros de Achury Viejo para Diego Ventura, Iván Fandiño y Sebastián Ritter. 

Ventura:Silencio y Oreja

Fandiño: Dos orejas y Silencio

Ritter:Palmas y Silencio.