«Soy dueño de mi destino, capitán de mi
alma». Con
esa frase, usada en tantas ocasiones por Iván
y Néstor, poderdante y apoderado, bien podría resumirse perfectamente una
de las historias de lucha, superación, amor propio y mucho corazón que han
alzado los valores del toreo en los últimos años a lo más alto con la palabra
«dignidad» como testigo. Es NéstorGarcía el apoderado por excelencia de
los últimos tiempos.
No sabe
de horas Iván. Tampoco Néstor. En
los últimos días, el torero «sigue en el campo, concentrado, en la línea
de todos los inviernos. El proyecto de esta corrida lo conocemos desde octubre,
y el proceso invernal ha estado enfocado a ella». A pesar de ello,
América no se ha librado este invierno de ver a Iván Fandiño en plena efusión de gozo, especialmente en Medellín. «En
Colombia cuajó una temporada muy completa, también en México o Perú. Pero sobre
todo lo importante fue el premio especial en la Feria de Medellín. Aunque este
año ha sido una temporada americana un punto más corta, sí que ha sido más
grata».
A pesar
de que en diversas ocasiones Néstorha expresado ante los medios su disconformidad ante las corridas de seis toros
para un sólo torero, ahora acepta que la voluntad de Iván sea precisamente esa.«Esto
está hablado desde agosto del año pasado. Las negociaciones llegaron antes de
la Feria de Otoño. No se pensó en un primer momento ni hacerla en esta fecha ni
en estas connotaciones. Todo fue a partir de la última aparición de Iván el año
pasado en Madrid. Él notó que una parte de la afición no lo había tratado bien,
que había un cierto desentendimiento en Madrid, esa que había sido siempre su
plaza. Aquel alejamiento le afectó anímicamente y por eso decidió emprender
este proyecto».
Si por
algo se destaca Iván Fandiño a lo largo
de su carrera es por su radical compromiso ético para con la profesión de la
que hace gala. Es signo y seña de lo que un torero debe ser en la vida, y este
día y este cartel serán, si cabe, la cita más importante de su carrera hasta el
momento. «Sí, porque además tampoco tiene la necesidad artística de hacer
esto. Tenía cerradas las tardes de Sevilla y de Madrid, no ha querido ir ni a
Valencia ni a Castellón. Son diez años de alternativa y quería celebrarlo de
una forma especial».
Parece
que Madrid se llenará fuera de Feria. Esa es otra de las grandes noticias de un
Domingo de Ramos que se presenta como una gota de agua en medio del desierto
que, en los últimos años, este día ha significado para la capital. ¿El último en
conseguirlo fuera de San Isidro? Julián
López «El Juli». «Si
nadie me corrige, la última corrida en la que se colgó el «No hay
billetes» fue la de su encerrona como novillero en el año 1998. A última
hora de hoy, faltan poquísimas entradas para llenar Las Ventas y al ritmo que
va la venta y con el tirón de última hora todo parece indicar que se llenará la
plaza. Sería un éxito tremendo poder llenar Madrid el Domingo de Ramos».
Fue en
Bilbao su última apuesta con seis míticos. Y en concurso, para más inri. Aquel
mes de agosto del año 2012 «Iván aprendió a sufrir»,señala Néstor. «Fue un
día en el que todo estaba en contra, un día muy malo, en el que la gente no
acudió a la plaza en la cifra de lo esperado, y un día en el que todo se cruzó
un poco. Además, la espada impidió que las cosas salieran rodadas. Pero aquello
le hizo ser fuerte, ser capaz de superar dificultades, y en las siguientes
encerronas lo ha demostrado».
Es cauto
Néstor. Sabe que por la mente de Iván estos días puede estar pasando de todo,
pero él habla de tranquilidad, de sosiego. En parte lleva razón: un torero de
batalla y que además se ha ganado la gloria sabe que tiene sobre sí justo lo
que ha pedido. «Él está tranquilo: esto lo hace porque él
quiere. Nadie se lo impone. Lo hace, además, en un momento de plenitud y de
madurez artística. Cuando uno hace las cosas porque quiere, se mide a sí mismo
y además tiene confianza plena en sí mismo, al final acaba imperando la verdad.
Él repite muchísimo una frase: «El valor espera y el miedo gusta».
Además, estas palabras lo definen a él, porque es un hombre de valor y
sereno».
Es
curioso: todo el mundo sabe que la amistad es lo que ha hecho fuertes a esta
unión irrompible entre Iván y él pero no hace gala de ella. «Creo
que este apoderamiento tenía todos los alicientes para salir mal pero ha salido
bien. Iván, que era un tío del norte con un físico que no le acompañaba se
juntó con un chaval que tenía 27 años que había querido ser torero en su
adolescencia, pero que se quedó en el camino. Hemos ido creciendo de la mano.
Poca gente creía en nosotros, pero siempre tuvimos una fe mutua, siempre
teniéndonos una confianza y un respeto entre los dos para ir avanzando poco a
podo peldaños. Yo he aprendido al lado de Iván e Iván ha aprendido a mi lado».
Con una
mirada, con un gesto, con un sólo guiño…Iván sabe lo que Néstor le está pidiendo. Eso lo sabe todo Madrid, porque
lo ha visto. En efecto, «son trece años juntos, entrenando
juntos a diario, viajando juntos y conviviendo mucho tiempo juntos. Estuvo
viviendo mucho tiempo en mi casa, y es una historia muy de verdad la nuestra. A
Iván le han tocado casas muy importantes y ni siquiera ha escuchado las
ofertas. Nunca hemos firmado ningún contrato desde que en 2002 nos dimos la
mano, y esperemos que sea por mucho tiempo porque Iván va a ser al primer y al
último torero que apodere».
Una
historia de superación no puede tener un triste final. Al menos en los cuentos.
Le recuerdo a Néstor todas aquellas tardes estivales alcarreñas en las que han
luchado por lo que ahora tienen en su mano. Le digo que puede ser el día más
importante de sus carreras, que puede ser el culmen que estaban buscando en la
batalla. Y asiente. «Va a ser el día más importante de la carrera de Iván porque
pueden pasar muchas cosas. le he querido dejar claro en todo momento que
después de ese día hay vida, pero tiene la importancia que tiene por muchas
cosas: por ser Madrid, por matar seis toros, por la expectación que puede tener
consigo. Por muchísimos aspectos puede ser el día más importante de su
carrera».
