AVANCE OLIVENZA

Ginés Marín enamora de nuevo a su pueblo


viernes 6 marzo, 2015

Corta tres orejas sellando un valor rotundo ante sus propios paisanos la tarde en al que salió a hombros junto a Luis Manuel Terrón; firmes Espada y Varea

Corta tres orejas sellando un valor rotundo ante sus propios paisanos la tarde en al que salió a hombros junto a Luis Manuel Terrón; firmes Espada y Varea

Arranca la Feria de Olivenza con un cartel en el que cuatro de las
esperanzas jóvenes del escalafón harán el paseíllo ante una novillada de Alejandro
Talavante: el extremeño Ginés Marín, que debutó cortado cuatro orejas hace
justo un año; el madrileño Francisco José Espada, que sorprendió el pasado San
Isidro cortando una oreja de fuerza a un novillo de El Montecillo en plena
Feria; el pacense Luis Manuel Terrón, que del mismo modo debutó hace doce meses
y afronta una campaña en la que la tarde de hoy es clave; por último, el
levantino Varea, cuajado en las plazas mediterráneas y con la mente puesta en
las inminentes Ferias de Castellón y Valencia.

Recibió
Francisco Espada al primero de la tarde con una sutiles verónicas que calaron en
los tendidos por ser las de la apertura del serial. Tenía delante un novillo de
Talavante para entenderlo, con su cierto punto de casta pero para cuidarlo muy
mucho. En faena, las primeras tandas de probatura se comieron la mitad de la
faena, y cuando se dio cuenta el madrileño se había pasado el fuelle del astado
extremeño. Comenzó entonces a acortar distancias y echar el valor que atesora
en el epílogo muleteril. Tras los pinchazos, fue silenciado.

No se
lució especialmente en el saludo capotero Luis Manuel Terrón a
«Rescoldo», el segundo de Alejandro Talavante. Le debió dar tiempo al
novillo antes de tomar la muleta, pidiendo pronto el cambio de tercio al ver
las virtudes iniciales del animal, que humillaba en la seda. Lo llevó, tras
brindar a Perera, larguísimo especialmente por el pitón derecho. Se gustó por
ese lado el novillero extremeño antes de tomar en una tanda la zurda, sin
lucimiento. Remató faena en cercanías de nuevo con la diestra, llegando por su
cercanía a los tendidos. Estocada y oreja.

Selló
verónicas de temple extremo Ginés Marín ante el primero de su lote, que ya
protestaba en el inicio y se propinó una voltereta cuando el novillero le ofreció
la media. Intentó un quite por chicuelinas pero perdió las manos el astado. En
faena, tras brindar a su abuelo al cielo, perdió también las manos el astado
jabonero. Debió cuidarlo muy mucho por la mano derecha, pasándose el novillo
cerquísima, logrando en esa distancia corta la emoción que transmitió a los
tendidos. Sacó su raza cuando el fuelle se le apagó al claro animal. Mató de
estocada y paseó la oreja.

No tuvo
materia prima Varea con su primer oponente, un jabonero sucio de Talavante al
que le faltó de todo. Varea lo intentó con la muleta, pero le faltó novillo,
que tenía poca fuerza. Dejó una efectiva estocada y escuchó palmas.

Con el
quinto, Francisco Espada veroniqueó con efectividad. Se impuso al novillo, pues
en los toques había que intentar dominar su embestida. Saboreó grandes
muletazos iniciales, hierático, para luego hilvanar un trasteo sobre la mano
diestra. Prosiguió a medias distancias, dejando un pinchazo que le esfumó la
oreja.

Selló
Ginés Marín ante el séptimo una faena de cercanías, en la que atestiguó su
grandísimo momento y en la que se gustó por ambas manos. Desde las verónicas
iniciales hasta el final por bernadinas, fue todo verdad el novillero extremeño.
Fue un auténtico titán, demostrando un valor fuera de lo normal y sellando que
aquí ha venido para quedarse. Mucho interés despertó en los tendidos. Selló un
estoconazo y paseó el premio de nuevo.

 

Le
plantó cara Varea al cierraplaza con el pundonor que atesora su concepto. A
pesar de la falta de gracia de un novillo deslucido de Talavante, el poder del
levantino no atosigó al astado. Gran toreo por momentos sobre la mano derecha,
gustándose en dos pases de pecho enroscados. Técnicamente sí que se gustó el
castellonense, pero las circunstancias pro las carencias del animal no le
permitieron más.

Le
plantó cara Varea al cierraplaza con el pundonor que atesora su concepto. A
pesar de la falta de gracia de un novillo deslucido de Talavante, el poder del
levantino no atosigó al astado. Gran toreo por momentos sobre la mano derecha,
gustándose en dos pases de pecho enroscados. Técnicamente sí que se gustó el
castellonense, pero las circunstancias pro las carencias del animal no le
permitieron más.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Olivenza. Primera de Feria. Novillada picada. Más de tres cuartos de entrada.

Ocho novillos de Alejandro Talavante: 1º con su punto de casta, a menos; 2º noblón; 3º sin fuerza pero con calidad; 4º descastado; 5º con
cierto rebrinco, a menos; 6º sin fuelle; 7º con su punto de gracia, desfondado;
8º deslucido.

Francisco José Espada, silencio y palmas.

Luis Manuel Terrón,oreja y oreja.

Ginés Marín, oreja y dos orejas.

Varea, palmas y