LA CRÓNICA DE OLIVENZA

Ginés Marín pega primero


viernes 6 marzo, 2015

Dos extremeños salieron en hombros en el inicio de Olivenza; la contundencia de Ginés Marín, que comenzó su asalto, y la frescura voluntariosa de Terrón calaron en Olivenza

Dos extremeños salieron en hombros en el inicio de Olivenza; la contundencia de Ginés Marín, que comenzó su asalto, y la frescura voluntariosa de Terrón calaron en Olivenza

Tres horas de novillada después hay una
idea que destaca respecto a las demás: anunciar a cuatro coletas es pasarse. Esta
debe de ser una de las pocas tardes que comenzó con un lleno, el milagro de
Cutiño aquí aparecerá en los libros, y que al final, en el octavo toro, sólo quedaran
en sus localidades un cuarto de los asistentes. Los novillos de Talavante,
además, se hicieron bola. Partiendo desde diferentes cotas de comportamiento
todos adolecieron la falta de raza y fondo, viniéndose a menos en la muleta de
forma generalizada; siendo segundo, cuarto y séptimo tan serios –ojalá- como
los de mañana. En esas, Ginés Marín emergió por encima de sus tres compañeros.
Lo hizo a base de torería y valor en dos faenas de distinto registro. Los
máximos trofeos aparecieron en el séptimo, tras crear un conjunto de muletazos
largos, encajados y dando el pecho con la muleta montada; y estilistas al
natural, tirando del utrero. Al igual que en su primero, recibido con la cadencia
y temple de las verónicas con sello, acabó entre los pitones. Aquel no permitió
casi nada y Ginés no titubeó tras aguantar varios parones: se lanzó al vacío de
los terrenos de la verdad, repitiendo lugar tras ser levantado por la ingle.
Las bernadinas a Tramposo precedieron el estoconazo con el que descerrajó a
ambos.


Vídeo OLIVENZA 6-3-2015 por Cultoro

Luis Manuel Terrón acompañó por la puerta
grande a Ginés Marín tras cortar una oreja a cada uno de sus oponentes. Con un
despojo en el esportón se fue a portagayola en el sexto, combinando verónicas y
chicuelinas en la repetición del ensabanado. Ese, reflejo del punto Osborne que
vive en la ganadería, fue el más complicado de la tarde por informal.
Rebrincado, descompuesto y sin fuerzas recibió el muletazo recto y algo
despegado de Terrón, que no logró armar un conjunto limpio de faena. Antes, se
sintió más cómodo en las cercanías tras comprobar que no había manera de hacer
humillar al segundo, así, los circulares y la estocada caída prologaron una
cariñosa oreja. La misma que casi recibe Varea en el último, con la desbanda
consumada, tras un trasteo de tono clásico en el que hizo todo lo posible por
sacar algo del utrero desfondado en el caballo. Destacó algún natural suelto y
los pases de pecho. Fue muy torero, también, el cierre con los ayudados por
alto; a la segunda entró el acero. No pudo hacer nada ante el descastado
cuarto. Por último, la tarde no fue del todo bien para Francisco José Espada
que torea al natural de maravilla. Los toques con los vuelos, leves, suaves,
quisieron anticipar el trazo negado por los dos novillos. En su primero desarrolló
un trasteo en el que se mezclaron derechazos, circulares y medios muletazos sin
estructura ni orden alguno y después debió administrar mejor los esfuerzos de
Haratero, el ejemplar que más quiso embestir pero que al final, como a todos
los anteriores, le dio por pararse.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros Olivenza, 6 de marzo de
2015. Lleno aparente.

Utreros de Alejandro Talavante desiguales
y deslucidos. Dispares de juego pero todos venidos a menos en la muleta.

Francisco José Espada, de azul cielo y
oro:
silencio (dos avisos); silencio (aviso).

Luis Manuel Terrón, de sangre de toro y
oro:
Oreja y oreja (dos avisos).

Ginés Marín, de gris perla y plata:
oreja;
dos orejas.

Varea,
de rosa y oro:
Saludos y silencio tras petición (aviso).

 

FOTOS: Alfonso Plano