TORO POR TORO

Turulato, un toro bravo y con clase


jueves 16 abril, 2015

Siga aquí el comportamiento de cada toro de Fuente Ymbro que saltará a la plaza de toros de La Maestranza esta tarde

Siga aquí el comportamiento de cada toro de Fuente Ymbro que saltará a la plaza de toros de La Maestranza esta tarde

1º Número 22. Valdivio. Negro. 549 kilos. (02/2011)

Alto y cuesta arriba estaba conformado el primero, largo y serio, largo de manos y algo zancudo en los cuartos traseros.

Tuvo el toro la virtud de colocar la cara desde que salió, aunque no tuvo el ritmo en las arrancadas hasta pasada la primera vara. En el caballo campaneó al penco con poder, cogiéndolo abajo y levantando la penca del rabo en señal de ataque. Humilló y repitió en los quites de Nazaré y Saldívar.

Sin embargo esperó mucho las arrancadas de los peones en banderillas y se rebrincó después de los embroques, descomponiendo la carrera en el capote.

Al animal le costó humillar en el inicio, pero tuvo siempre voluntad para ir tras el trapo en línea recta. Siguió la tela con verdadera fijeza, pero le faltó clase para que llegase el toreo reunido. Tiene genio y embiste más con el pecho que con las puntas de los pitones, que siempre lleva a media altura. Sólo humilla para coger a Nazaré por la corva y propinarle una voltereta por desentenderse del objeto y buscar hacia adentro el vestido marino y oro. Aplomado el geniudo animal cuando el sevillano se impone. Ni ademán de moverse hace cuando le meten la espada.

 

2º Número 61. Histérico. Negro. 493 kilos. (03/2011)

Un toro serio y bien armado era el segundo, negro, largo y apretado de carnes, justo de romana y generoso de trapío, con los pitones ligeramente hacia arriba. Corto de cuello y de acusada badana.

Tampoc este, que salió con muchos pies de los chiqueros del Baratillo, se entregó con ritmo a la pelea, aunque sí derrochó boyantía en la movilidad. Cabeceó empujando el peto de Óscar Bernal en el primer encuentro. Apenas un topetazo con el puyazo señalado fue el segundo encuentro. En línea recta y repitiendo menos se comportó en el quite por tafalleras de Javier Jiménez.

En banderillas esperó agazapado cada cite, detrás de la mata siempre, para arrancar descompuesto y hacer hilo tras cada par después de echar la cara arriba en la carrera veloz.

En la muleta se desplazó siempre en línea recta, vencido hacia adentro en el viaje corto, reponiendo la revuelta y sabiendo siempre lo que dejaba atrás. Nunca fue metido en la muleta, embistió con los pechos, más arrollando que embistiendo, sobre todo cuando se sintió podido y se puso más bruto aún. Al toro siempre le faltó temple, le sobró genio y nunca le llegó el temple.

 

3º Número 38. Largapulla. Castaño. 505 kilos. (04/2011)

El castaño que hizo tercero, bien presentado y serio, salió cornidelantero, astifino y fino de cabos, un punto alto de cruz y de acusado morrillo y musculada caja.

Desde el inicio tuvo velocidad el toro en todo lo que hizo, desde desarmar a Javier Jiménez hasta acudir al caballo, donde no lo castigaron en exceso.

Un par de regates dejó en banderillas como de desparramar la vista, pero terminó arrancándose con cierto temple al capote de Alejandro Sobrino y en el gran par que dejó Lipi en tercer lugar.

Tiene mucha emoción el toro desde el inicio porque se desplaza con boyantía y se quiere comer la muleta, lo que llega mucho al público. Tiene fijeza y repite mucho porque no deja el torero que toque el trapo. Así va hasta el final en los trazos y se va templando durante la lidia, pero siempre con el defecto de soltar la cara tras los embroques. Como virtudes fundamentales, la tremenda emotividad y la boyantía con la que siempre repitió un toro agradecido a lo que se le iba haciendo.

 

4º Número 47. Turulato. Castaño. 546 kilos. (03/2011)

Distraido de percales salió el castaño cuarto, más corto de caja, badanudo, enmorrillado y estrecho de sienes, muy sevillano el toro.

Humilló de salida en las verónicas de Nazaré, pero salió de los capotes más tarde atolondrado en su comportamiento. Sobre todo después de las dos varas cortas que recibió sin gran pelea. Más fijo en el quite ajustadísimo de Saldívar por gaoneras.

Tuvo alegría a la hora de arrancarse en banderillas, con buen son al capote de brega y con cierto temple a los pares de banderillas, persiguiendo después sin hacer hilo y obedeciendo en los cortes.

Como un tren se arranca a la muleta en la distancia, pero va templando luego su embestida hasta colocarle la cara al trapo firme. Mucha transmisión la de un toro que se va templando más en corto y colocando la cara con mucha clase por el pitón derecho. Bravo en la arrancada y en la repetición, entregado en las tandas, empujando siempre el trapo con las puntas y emotivo para el tendido. Se reboza con calidad el animal. Buen toro.

 

5º Número 174. Tramposo. Negro bragao. 561 kilos. (12/2010)

Amplio y musculado era el quinto, el más toro del encierro, serio y bien armado, pero de buena hechura y manos cortas bajo el largo cuello.

Evidencia pronto su falta de fuerza y pierde las manos tres veces seguidas en el saludo a la verónica de Saldívar. Se mantiene en el ruedo después de los dos puyazos perfectamente medidos de Romualdo Almodóvar en los que aprieta lo justo para no claudicar.

En banderillas se desplaza con un trote cansino que demuestra su feble condición, esa misma que le hace soltar la cara en los embroques.

En la muleta el animal quiere más que puede en el trasteo que Saldívar plantea para favorecerlo. Se le adivina buen fondo al toro, que quiere humillar en los embroques, pero la falta de fuerza le hace defenderse en los finales. Tal vez hubiese sido buena idea devolverlo. Su feble condición le impide repetir y le hace perder las manos constantemente. 

 

 6º Número 127. Pardillo. Negro. 559 kilos. (01/2011)

También el sexto era serio, fino de cabos, rematado de trana y amplio por delante, con el morrillo muy acusado y el cuello largo.

Tuvo movilidad en la salida, pero le faltó clase y franqueza en el primero tercio, donde manseó en varas, salió desentendido del peto y humilló sin entrega en las chicuelinas del quite que le ajustó Antonio Nazaré.

Vino mejor que se fue en la brega de banderillas, arrancando largo pero echando luego la cara arriba en el final del capotazo. Trote bobalicón el que sacó en banderillas, más en línea recta de lo que lo desplazaba Lipi.

Humilla mucho en el inicio muletero, repitiendo con transmisión en la serie de derechazos de Jiménez. Empuja bien el trapo y tiene codicia para seguirlo y un buen fondo de bravura deslucido por la pérdida de manos a que le obliga su fuerza justa. Eso es lo que hace que convierta su embestida ralentizada en parones en los embroques cuando se le acaba el gas. Lástima, porque se le adivinan al toro clase y bravura para querer seguir las telas aunque no le da el fondo.