LA CRÓNICA DE SEVILLA

Un, dos, tres.. ¡caramba!


martes 21 abril, 2015

Contar hasta tres siempre fue de toreros. Al menos eso dicen: que el tiempo y la mente es lo que hace que los ríos del arte fluyan sobre las venas del artista. Un, dos, tres...

Contar hasta tres siempre fue de toreros. Al menos eso dicen: que el tiempo y la mente es lo que hace que los ríos del arte fluyan sobre las venas del artista. Un, dos, tres...

Contar hasta tres siempre fue de toreros. Al
menos eso dicen: que el tiempo y la mente es lo que hace que los ríos del arte
fluyan sobre las venas del artista.
Un, dos, tres. Es fácil. Pruébelo. Repita
conmigo: un, dos, tres… ¡caramba! Hoy contó un eterno Fino hasta tres con la clase
del «Portilloso» abreplaza, supo hacer cálculos en tríos Manzanares
para echarle paciencia a la mala suerte de la enfermería y hasta el tercero fue
el porco destino de un Luque que dejó eso de contar para otro día al verse, a
primera vista, sin materia fácil.

Lo
repito: contar hasta tres siempre fue de toreros. Todos lo han hecho a lo largo
de los tiempos y de las lidias. Gallito contó hasta tres antes de Talavera,
Belmonte contó hasta tres para inventar el temple y Curro contó hasta tres para
enamorar, franela en mano, a una Maestranza que lo esperaba todo de su
paciencia. Y hoy, Fino y Manza, lo intentaron.

«Alambrisco II» fue toro de contar hasta
tres en las tres primeras tandas: quiso Manzanares gozarse en ralentí ante una
entrega brava. Clase de contar hasta uno, entrega de sobrepasar el dos y
bravura de llegar al tres. Pero no llegó
. Quedó a medio camino entre la misma bravura
y la entrega y, quizá por voluntad derrochada, no culminaron su labor ni
Manzanares ni «Portilloso». Ninguno. Uno por ser bravo y no saberse
expresar y el otro por encontrarse de sopetón con la eternidad de una embestida
nada fácil. Y, en medio de la matemática suma, se coló lo que no entra en los
cálculos de un torero: el maldito destino quiso que Manzanares se viera
impedido físicamente por un mareo. Contó
hasta tres, salió a matar el sexto y recibió el cariño de su Sevilla por
sentirse torero también en la adversidad.

Finito llevó a La Maestranza los resquicios
de seis años en los que, al final, ha hecho contar hasta tres al Baratillo en
una faena de excelso pulso.
Y también de exigencia en pies quietos, que no los tuvo Fino. No la
hubo en colocación, pues otro gallo cantaría de haberle citado Juan con la
distancia que el toro exigía en las dos primeras tandas. Hubo aroma a torero en
derechazos con fondo y remates extraordinarios. La siguiente al natural, de
reventar Sevilla, y la última por bajo antes de la estocada para epilogar un
renglón para la historia del aficionado. Ese fue «Portilloso», toro
de El Pilar que contó hasta tres cuando Finito ya la había mediado faena…
¡caramba! Y encontró la gloria sin pelo Serrano.

Entre números se coló el capote de un Luque que
sigue siendo el mismo alma inquieta que reventó una Beneficencia en Madrid al
plantarle cara capoteril a Morante
. El mismo, pero con la madurez de los años a
cuestas. La soberbia franela de Gerena cruzó
la línea de lo ilusorio para pasarse al campo de la realidad más sevillana de
todas las realidades hispalenses: que es la de llevar gente a La Maestranza
para ver ese capote que empieza a ser ya mágico entre el aficionado de a pie. Ahí,
y en el inicio muleteril de un quinto para entender se acabó el regusto de un
Luque que no ha encontrado su Feria. Una Feria en la que no contó hasta tres.

Tuvo personalidad Fraile por saber contar
hasta tres en las eternas noches charras.
Tuvo personalidad de bravo ese «Alambrisco II»sin saber encontrar el final. Y hubo gloria en pedacitos. Los fueron los de un
Finito en el que el poso ya es marca inequívoca de su corazón porque supo
contar hasta tres. Ese mismo corazón que por más de un lustro se había perdido
La Maestranza y que, contando hasta tres, ha vuelto a recuperar en una faena. Los
fueron los de un Manzanares que hizo de tripas corazón al tener el alma
partida, y contó hasta tres con un bravo de El Pilar. Y los fueron esos
pedacitos gloriosos los de un «Alambrisco II» que fue el
reflejo «Portilloso» de una gran corrida que no saldrá en las
Fichas, pero que contó hasta tres y que, al tirar la moneda, salió cara…
¡caramba!

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La
Maestranza. Sexta de Feria. Casi lleno en tarde soleada, agradable.

Seis toros de El
Pilar-Moisés Fraile
, 1º (
humilló, embistió con clase y tuvo duración),
2º (bravo y enclasado, aplaudido en el arrastre), 3º (bondadoso pero con punto
manso), 4º (informal en la condición y sin entrega en la pelea), 5º (había que
provocarlo, con fondo), 6º (humillador pero rajado).

Juan Serrano
«Finito de Córdoba
«, ovación tras aviso y silencio.

José María
Manzanares
, silencio
tras aviso y silencio.

Daniel Luque, ovación
tras aviso y silencio.

 

FOTOS: ARJONA