A CONTRAQUERENCIA

Un brindis a la vida


viernes 15 mayo, 2015

Pocas veces un brindis ha sido tan merecido como el que Miguel Abellán le dedicó, en el primero de la tarde, al doctor Máximo García Padrós

Pocas veces un brindis ha sido tan merecido como el que Miguel Abellán le dedicó, en el primero de la tarde, al doctor Máximo García Padrós

Pocas veces un
brindis ha sido tan merecido como el que Miguel Abellán le dedicó, en el
primero de la tarde, al doctor Máximo García Padrós y su equipo médico. Ya
desde antes de llegar a la puerta de la enfermería el torero, la plaza entera
se fundió en una ovación clamorosa, casi toda en pie, con la que le daban las
gracias a las milagrosas manos del galeno. El de Abellán fue un brindis a la
vida, un brindis colectivo, nacido desde la sensibilidad más profunda a unos
hombres que dan seguridad y tranquilidad cuando la angustia de la desgracia
ronda en la plaza. No pocas veces han tenido que actuar ésta temporada y, por
sólo recordar algunas, la de ayer con Jiménez Fortes y hace un año con David
Mora, su intervención ha sido más que decisiva, milagrosa.

Más que un
brindis, el de Abellán ha sido un reconocimiento sincero y generalizado a
García Padrós y a todos esos doctores que se convierten en ángeles de la guarda
de todos los que se visten de luces en esta y en todas las plazas de toros. Por
eso desde esta Contraquerencia me quiero sumar a esa intención, y quiero
presentar mi respeto, admiración y agradecimiento a estos hombres.