Rozaste la puerta
grande en Valencia y la abriste en Sevilla, además, por segundo año
consecutivo. ¿La racha sigue en Madrid?
«¡Ojalá! Es por lo que
llevo todo el invierno entrenando, pensando el toreo, en cómo mejorar y crecer,
buscando en mis caballos hasta la última de sus posibilidades… El año pasado
salí de Madrid con una sensación muy positiva por la respuesta que encontré en
el público, aunque enrabietado porque, de haber matado a los toros, habría
cortado alguna oreja. Tengo esa deuda pendiente con Las Ventas y conmigo mismo.
Y no soy hombre yo de quedarme con cosas dentro… Además, para un torero joven
como yo, que me encuentro en plena lucha por consolidar mi posición en el grupo
de cabeza, triunfar en Madrid es una obligación. Es lo que necesito para
relanzar el resto de mi temporada”.
¿En qué es mejor el
Andrés Romero de esta temporada al que confirmó el año pasado en Las Ventas?
«Lo primero, en
experiencia, lo que es muy importante para encarar un compromiso que pesa tanto
como el de San Isidro. Ya no todo es nuevo, se qué le gusta al público de
Madrid y siento que lo tengo para dárselo. Pasar por tantas plazas de primera
en 2014 me sirvió para curtirme pronto y mucho y eso te da un bagaje que ahora
noto. Mi ambición sigue siendo la máxima, pero ahora tengo otro poso, otro
tempo al hacer las cosas. Y, por supuesto, también mi cuadra es mejor. Los
caballos que son clave en ella están en un punto superior al del año pasado,
han crecido y mi compenetración con ellos también”.
¿Cómo de importante es
Madrid para un rejoneador joven como tú?
«Madrid es importante
para cualquier torero. Es una plaza que te exige desde que te ves anunciado en
ella. Pero para los toreros que lo tenemos todo por hacer aún, es
trascendental. Nunca puedes bajar la guardia, ningún día que torees, pero en
Madrid, por supuesto, menos aún. Fíjate los triunfos que se han producido ya de
varios compañeros en apenas dos tardes de rejoneo que van en la feria. Ésta es
la mejor muestra de cómo se cuecen las cosas en la élite, pero, claro, para
estar en ella hay que responder al máximo nivel, devolverle a los que vengan
por detrás la presión que nos han metido ya los que han pasado por delante. Los
puestos en las ferias están contados, siguen siendo pocas las corridas de
rejones que se dan en función de la cantidad de público que metemos en las
plazas y triunfar en Madrid es lo que te da el pasaporte para que las empresas
cuenten contigo al hacer sus carteles. De alguna manera, el hecho de que ahora
se den menos festejos en general ha devuelto aquello antiguo de tener que
cortar las orejas en plazas como Las Ventas para entrar en la demás”.
¿En qué momento llega
tu cuadra?
«Creo que muy bueno.
Como decía antes, aquellos caballos que deben marcar las diferencias en ella
están cada vez mejor. Hablo, por ejemplo, de caballos como Cheke, Conquistador
o Cantú, que ya terminaron 2014 en un gran momento. Parece que no hayan notado
el parón del invierno porque han vuelto a 2015 en muy buena forma. A ellos hay
que unir otras piezas tan claves para mí como Perseo, Carbón, Chamán y, por
supuesto, Guajiro. Y apenas estoy estrenando la principal novedad de este año,
que es Odiel, un caballo para el segundo tercio que me ofrece cosas que no
tenía hasta ahora en la cuadra. En general, lo que más me motiva de todos ellos
es sentir y comprobar cuánto sirve todo el trabajo que hago con ellos”.
