LA CRÓNICA DE ZAMORA

Talento y aplicación


domingo 28 junio, 2015

Una oreja paseó Morante de la Puebla del cuarto y otra Miguel Ángel Perera del quinto; Alejandro Talavante firmó buenas pasajes con la zurda a pesar de no cortar orejas por el mal uso de la espada

Una oreja paseó Morante de la Puebla del cuarto y otra Miguel Ángel Perera del quinto; Alejandro Talavante firmó buenas pasajes con la zurda a pesar de no cortar orejas por el mal uso de la espada

El genio se compone del dos
por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante
aplicación. No lo digo yo, lo dijo el gran músico y compositor Beethoven. Algo de razón tendrá, aplicable pues en todos
los ámbitos de la cultura, y el toreo, es cultura, y Zamora hoy vio eso
reflejado en una tarde en la que los tres nombres propios que componían el
cartel relumbrón tiraron de aplicación, por doquier, cada uno en su estilo, en
sus formas y en su concepto. Porque el talento de ambos está, y se tira de ello
cuando la ocasión lo hace necesario. Lo pidió el encierro del Puerto de San
Lorenzo.

‘Ventanero’abrió
plaza y no se lo puso fácil rajándose tras el fuerte puyazo y el sevillano no
acabó de cogerle al aire a ese ejemplar que desinfló el proyecto que el de la
Puebla quería componer por su falta de fuerza. Selló Morante detalles
de gusto por el pitón derecho con muletazos sueltos de empaque. No mató y tuvo
que conformarse con una ovación. En el cuarto, sonó la nota que él sabe tocar,
las teclas de un paciente trasteo por la diestra de enorme plasticidad con la
torería que Morante quiere y sabe ofrecer desde su salida de muleta. Naturales
también de peso, muy templado. Estocada enteray
una oreja de cante grande.

Perera sabe
lo que es mandar, porque los genios mandan, y soberbio se impuso a ‘Cartuchero’. No
embistió con claridad en el capote y desistió de exigirle. Un puyazo medido en
varas. Salió el del Puerto con la cara arriba, quiso sorprender al extremeño
por la zurda pasando así a articular series largas por el pitón derecho en los
medios, despacio, manteniendo la virtud de nobleza que sí tenía el animal, pero
sin fuerza. Matemáticas puras para mantener el pulso cuando el toro fue a
menos. Rotundo asiento que se empaño con el mal uso del descabello. Ovación. En
el quinto, vino el premio para el extremeño por una estocada entera tras un
trasteo de muleta en el que no terminó de acoplarse con el animal. Perdía las
manos por su escasa fuerza, pero desde los inicios las señas de identidad se
vieron a pies juntos para plantar cara al animal. Faena fácil. Se arrimó en el
epílogo como acostumbra para terminar paseando trofeo.

Humilló el primero de Talavante con
el que Alejandro firmó tandas de muy notable calado al natural. La zurda marcó
una composición de dominio, de series largas y suavidad en el trazo mimando las
escasas fuerzas del animal con remates por debajo de toreo bueno, pero de nuevo
la espada acaparó el protagonismo por su mal uso. Ovación que se repitió
también en el sexto de la tarde. Pinchó una vez más una faena que llevaba
premio pero que no pudo recoger el extremeño en la tarde zamorana que no estuvo
a su favor. Si una virtud tienen los genios esa es la paciencia en el infinito
arte de trabajar con ella. Y hubo de todo por ello, hubo personalidad y gusto.
Siempre tienen algo que decir, y lo han dicho.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Zamora. Segunda de Feria. Corrida de toros. Media entrada. 

Seis
toros de El Puerto de San Lorenzo.

José Antonio «Morante de la Puebla», silencio y oreja. 

Miguel Ángel Perera, ovación y oreja. 

Alejandro Talavante, ovación y ovación. 

FOTOGALERÍA: JUAN LUIS LÓPEZ