SEVILLA

Canorea se jubila en diciembre


miércoles 3 junio, 2015

El empresario de Sevilla no desvela si continuará ligado a la empresa, pero sí que abandona la gestión de La Maestranza a finales de este año

El empresario de Sevilla no desvela si continuará ligado a la empresa, pero sí que abandona la gestión de La Maestranza a finales de este año

Eduardo Canorea, una de las dos cabeza de la bicefalia de la empresa Pagés, se jubilará en diciembre y abandonará la gestión directa de la plaza de La Maestranza, según ha confirmado el propio empresario a Antonio Lorca, del diario El País. Según la información, Canorea no ha querido desvelar si continuará vinculado a la empresa como consejero o su jubilación implicará su total desvinculación de una empresa que seguirá regentando, sin embargo, el futuro de la plaza sevillana.

La información explica que, de confirmarse la salida de Canorea de la empresa Pagés, la ésta quedaría en manos de las dos hermanas de Eduardo, María del Carmen y Mercedes. La primera de ellas es esposa de Ramón Valencia, que ha codirigido la plaza con su cuñado desde la muerte del empresario anterior, Diodoro Canorea, padre de los actuales gerentes y esposo de Carmen Pagés, hija de Eduardo Pagés, quien en el año 1932 firmó el primer acuerdo de arrendamiento con la Real Maestranza.

Tras la marcha de Canorea, Valencia quedaría como administrador único en representación de los consejeros de la sociedad (su esposa y sus dos cuñados); y junto a él trabajarían en tareas de administración Laura Canorea, hija de Eduardo, y el primo de este, Celestino Canorea.

De este modo, las dos partes más perjudicadas económicamente habrían encontrado una solución satisfactoria para la normalización de las relaciones. Eduardo Canorea, principal foco del encontronazo con los toreros, se retira y deja el paso libre a su cuñado Ramón en solitario o a otro gerente (en algunos círculos suena el nombre del matador de toros Eduardo Dávila Miura) para que negocie la contratación de los toreros. De hecho, Canorea lleva tiempo apartado de la escena pública, y durante la pasada Feria de Abril no apareció ni una sola tarde por el burladero de la empresa, si bien no faltó a las sesiones de reconocimiento de las corridas en los corrales de la plaza, y vio las corridas desde un televisor instalado en la zona de taquillas.

Con la jubilación de Eduardo Canorea -esgrimida como argumento de escaparate para su precipitada salida, ya que su padre continuó bastantes años más tras la jubilación- se abren nuevas perspectivas para todas las partes interesadas: para las figuras, que consiguen una parte importante de sus reivindicaciones; para la empresa Pagés, que presumiblemente podrá contar de nuevo con los toreros ausentes; y para la Real Maestranza, que espera equilibrar su menguado presupuesto.