CRÓNICA DE PAMPLONA

No queda otra que olvidar pronto


domingo 12 julio, 2015

Las opciones de la terna fueron realmente nulas. Sólo de Mora pudo tocar pelo en el primero. Una oreja muy justita pero de gran eficacia para el toledano.

No queda otra que olvidar pronto

 

La
justicia de Pamplona había hecho acartelar
a una de las ganaderías destacadas del pasado año. Los toros del El Conde
de la Maza,
han sido propicios para el resurgir de varios toreros en plazas
claves, pero esta vez han fallado abismalmente. Lástima porque tan buena y
cabal familia, no merecía tal batacazo y lo peor en el escenario donde todas
las miradas estaban puestas en su vuelta. Casi tres décadas sin estar en la
Feria del Toro y fallan justo cuando no debían
hacerlo. Una corrida aciaga por todo con la preocupación añadida de la
falta de raza y casta en los pupilos de Arenales.En fin, así es esto del toro. Nunca dos y dos son cuatro. No queda otra que
olvidar pronto.

Lo
mismo tendrá que realizar la terna, Eugenio
de Mora, Antonio Nazaré y Juan del Álamo.
Sus opciones fueron realmente
nulas. Sólo de Mora pudo tocar pelo en
el primero. Una oreja muy justita artísticamente pero de gran eficacia para el
toledano.

Salio
el abreplaza corretón, barbeando las tablas, bajo, serio de estampa y bien
conformado. Comportamiento típico de encaste Núñez y tras inspeccionar el burladero intentó saltar al interior
del callejón. Echaba las manos por delante en el capote de Eugenio de Mora que no terminó de encontrase a gusto. Un castigo en
varas justo y medido sin estridencias. Durante la lidia, el del Conde de la Maza, tenía un viaje
prometedor sobre todo por el buen pitón izquierdo. El de Mora de Toledo brindó al respetable. Comenzó de rodillas en el
tercio pero pronto se lo llevó a los terrenos de sol. Tras la tanda inicial con
la diestra, el toro embistió con ciertas protestas pero obediente al cite.
Mucha nobleza y la raza justa para transmitir. Eugenio estuvo firme e intentando corregir sus carencias.
Faena larga, casi toda por el pitón derecho, con muchos pases pero con
poco contenido artístico ante un deslucido en general. La entrega del diestro y
la estocada le valen una oreja muy justita. Oreja que toma mayor peso al ser
arrancada a base de inteligencia estudiada. Eugenio supo en todo momento ofrecer la muleta a la distancia y
altura justa, sin error en cites ni tiempos. Por tanto, el sabor de los
artístico puede quedar en entre dicho, pero no así, en el sobresaliente
planteamiento de labor. Una labor madura y afianzada en la capacidad para
resolver y crear.

El
cuarto, pareció tener la vista cruzada durante sus primeros compases de la
lidia. Venía con la cara colocada hacía el pitón derecho y desarrollando muchas
complicaciones a todos los toreros. El serio resultó probón y reservón. Toro
sin clase alguna que trascendió nulo para la franela. Lejos de despacharlo Mora, demostró oficio y sentido de la
responsabilidad. Lo intentó con persistencia y se justificó de sobra.

El segundo de la tarde no permitió el lucimiento del
sevillano con el capote. Un toro con cuello, serio y abierto de sienes. Le
hicieron las cosas bien durante la lidia pero le dieron jabón en varas. Sangró
mucho en el último tercio, posiblemente este contratiempo realzara más su falta de movilidad. Se paró en la muleta sin
nada dar opción alguna al nazareno. Antonio tira de oficio ante su delicado oponente sin poder ahormar faena. Un autentico guasa que buscaba antes de iniciar la embestida. Toro a la defensiva y con los cinco sentidos puestos en el hombre. Ni el que invento el toreo era capaz de darle uno. 

Con
el quinto, capotazos de tanteo de Nazaré sin llegar a estirar la planta por la poca colaboración de el del Conde. El segundo de su lote, salió
suelto de cada embroque capotero. El sevillano brindó a Paco Ureña. Comenzó la faena por arriba y con dos coladas muy feas.
Algo que nadie esperaba incluido el propio matador. El toro estaba rondando la
falta de clase y raza pero no la mala condición. Que la sacó y de que forma. Tiró hachazos al cielo en un
viaje muy corto. Antonio Nazaré tampoco quiso abreviar y se puso a plantarle cara. Le buscó las vueltas
poniéndose en el sitio y le robó varios con la derecha de mucho mérito. Tragó saliva
y aplomó nervios ante uno nada claro. Toro que no permitía confiarse nunca
porque buscaba al diestro, sin embargo Antonio vuelve a relucir raza y capacidad. Se fajó pero fue estéril su esfuerzo. Mal con los
aceros. Un lote que derrumba toda ilusión.

El salmantino Juan
del Álamo
tampoco tuvo lucimiento capotero. El astado muy bien presentado
salió suelto de cada lance. En varas cumplió en general, aunque se empleó más
en el segundo puyazo. Esperó mucho en banderillas en los terrenos de sol,
dentro del tercio. Su matador lo cambió de terrenos -antes lo brindó al
respetable- pero en la primera tanda echó el freno totalmente. Un astado algo
tardo en el embroque, pero sin mala condición, hasta ese punto de faena. El de Arenales le ganó la acción al
salmantino en un cite y aprendió pronto el condeso. Nada que hacer desde ese
punto de labor. Solvencia con lógicas precauciones por parte de Juan del Álamo.

Al
cierraplaza, le hilvanó varios lances de cierto compás con el percal. Se gustó
del Álamo en un corto recibo. Quizás
lo más artístico de su labor puesto que con la muleta demostró disposición. El
salmantino no se aburrió y le buscó las vueltas. Planteó una faena con
recursos, inventada, con fases más ajustadas en toreo fundamental. Clásicas. Otras
de más conexión con el respetable. Lo mejor su entrega y ganas, lo peor el toro
sin pena ni gloria.

FICHA
DEL FESTEJO

Plaza de toros Monumental de Pamplona. Octava de la Feria
del Toro. Corrida de toros.

Seis Torosde
Conde de la Maza,
desiguales de
presentación, faltos de raza y casta y mal juego.

Eugenio de Mora, (Obispo y oro); Oreja y silencio.

Antonio Nazaré, (Azul marino y oro) Silencio y
silencio.

Juan del Álamo, (Rosa palo y plata) Silencio y
palmas.

FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ