Diego García no tiene oficio; lo demás lo tiene casi todo. Él junto a Álvaro Sánchez, el único de la escuela de Guadalajara de cuantos hicieron el paseíllo en Colmenar, fueron los atractivos más importantes de la primera nocturna, con dos muy buenos novillos de Flora de Jara y uno más, el sexto, al que se le perdonó la vida por sus enormes virtudes.
El mexicano Luis Manuel Castellanos abrió plaza con un toreo vistoso que lucirá mucho más cuando adquiera poso. Felipe Domínguez, por contra, acusó su bisoñez y los nervios para despenar al segundo. Más soltura con el capote y asiento en las plantas tuvo Sergio Díaz con el novillo más serio del encierro, si bien con la muleta firmó un trasteo irregular típico del que está aprendiendo, pero con buenas maneras. Fue Diego García el que se llevó el gato al agua, con su menuda figura, su gesto de ratita sabia y su ademán de concentración para trazar con seguridad y frescura inusitadas en un chaval de su edad. También David López tuvo momentos buenos, pero no se puede uno preocupar más por componer que por aportar profundidad y dimensión a los muletazos. Eso fue exactamente lo que buscó un Álvaro Sánchez que se mostró cuajado, dispuesto y sabio para ofrecer lidia medida y precisa al gran novillo de Flor de Jara.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Corredera, Colmenar Viejo (Madrid). Primera nocturna. Más de un tercio de plaza.
Novillos de Hermanos Quintas y Flor de Jara, de buen juego en general. El sexto, de Flora de Jara, fue indultado.
Luis Manuel Castellanos: dos orejas.
Felipe Domínguez: palmas.
Sergio Díaz: dos orejas.
David García: dos orejas y rabo.
David López: dos orejas.
Álvaro Sánchez: dos orejas y rabo simbólicos por indulto.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
