ENTREVISTA

Robleño: “Ahora estoy sacando a torear la persona que llevo dentro, por eso soy feliz”


viernes 14 agosto, 2015

Mañana hará el paseíllo en El Bibio junto a Miguel Ángel Perera, algo que le llena de ilusión y plenitud por la condición de figura del extremeño y… ¡ante la corrida de Adolfo Martín!

Mañana hará el paseíllo en El Bibio junto a Miguel Ángel Perera, algo que le llena de ilusión y plenitud por la condición de figura del extremeño y… ¡ante la corrida de Adolfo Martín!

Fernando
Robleño está de moda. Una cuajada y madura doble actuación en San Isidro, a
pesar de no tocar pelo, lo alzó de los altares del aficionado para creer de
nuevo en la filosofía que Fernando ha llevado a lo largo de toda su carrera.
Sus tardes en Céret también lo atisbaron y ahora, con una sólida actuación en
Gijón con la corrida de La Quinta, se ha confirmado que es uno de los toreros
del año. Mañana hará el paseíllo en El Bibio junto a Miguel Ángel Perera, algo
que le llena de ilusión y plenitud por la condición de figura del extremeño y…
¡ante la corrida de Adolfo Martín!

Desde
su actuación venteña hasta Gijón se ha visto un Robleño, sobre todo, maduro.
Algo que él también comparte. «Está siendo este un año especial y lo estoy
viviendo con mucha intensidad. Empecé el invierno con una preparación muy
fuerte y muy intensa, y eso luego se nota en la plaza. Es un año en el que creo
que todas las tardes están ocurriendo cosas importantes. Llevo toreadas ocho
corridas de toros en ocho Ferias importantes y creo que la dimensión está
siendo bueno
”, señala para CULTORO el madrileño.

El
pasado martes cortó una oreja al quinto toro de un encierro de La Quinta al que
le faltó final. Y se gustó El Bibio viendo torear a un Robleño que ha visto
cuajar toros en su ruedo. «Me sentí muy a gusto. Hubo momentos en los
que disfruté toreando. A cualquiera que se le diga que sólo corté una oreja
puede sonarle a tópico, pero el resultado artístico nada tuvo que ver con el
numérico. La tarde no empezó fácil, porque se pudieron cortar varias orejas
pero hasta ese quinto no rompió, por lo que tuve que tirar de raza y crear una
obra importante”.

Mañana
tendrá una de las citas de su temporada con Perera en el cartel ante la corrida
de Adolfo. Ha preferido partir para Madrid estos días antes del compromiso. «He estado
en casa, tranquilo, con mi gente, entrenando y preparándome porque esto es un
profesión muy dura. Hay que tomársela muy en serio ya que son tardes de mucho
compromiso y responsabilidad. A pesar de que es la corrida de Adolfo, hago el
paseíllo con Perera. No pido un triunfo apoteósico, que me gustaría, tan sólo
quiero que un toro me regale veinte o treinta embestidas para romperme por
abajo”.

La
familia Zúñiga ha ido unida a los días de Fernando y, en cierta medida, le ha
dado sentido a su carrera. Sabe que son un activo importante para la Fiesta y
sabe que defienden hasta la muerte su carrera. «Ellos tienen mucha parte de culpa
de que haya llegado. Aquí el protagonista es el torero, pero el equipo que
lleva detrás va en el mismo barco y la labor de los apoderados es
importantísima. Los Zúñiga me hacen sentir a gusto, feliz, y me hacen
desarrollarme como torero para bien. Cuando la relación con un apoderado no es
buena se te nota en la plaza, pero lo más importante de los Zúñiga es que
defienden a Robleño a capa y espada y lo tienen como algo suyo, como algo
propio. Me quiere toda su familia y hacen que salga feliz a la plaza
”,
añade Robleño.

Sobre
su sentimiento como torero y como persona en el ecuador de la campaña 2015, el
batallador Robleño confirma que «los toreros, aunque nacemos toreros, somos
personas, y cada persona es un mundo. De hace tres temporadas hacia acá me ha
salido de dentro una forma de ver el toreo que antes no tenía. Estoy sacando a
torear la persona que llevo dentro. Cada día estoy disfrutado más de mi
tauromaquia estoy muy contento porque se está valorando mucho que Robleño no
sólo es un torero capaz de cualquier corrida, sino que tiene poso para torear a
gusto”.

Sabe
que Francia ha sido, quizá, el activo más importante de su carrera hasta el
momento. Le ha dado el sitio que merece cuando España no hacía caso al
gladiador que tenía delante. «Francia me ha marcado. En mi carrera hay un
antes y un después, y ese punto de inflexión fue la tarde en la que maté seis
toros de Escolar en Céret. A primera vista parecía una locura pero yo sabía
perfectamente lo que hacía y sabía que estaba preparado para tener una tarde
así. Fue un día que marcará mi carrera porque Francia, desde aquella encerrona,
me abrió sus puertas”.
En relación a sus próximos compromisos en el
país vecino, comenta que «mañana mato la de Adolfo en Gijón, el
domingo voy a la de Miura a Béziers, el 1 de septiembre voy a Dax y poco
después a Arles. Antes, hice doblete en Céret por tercer año consecutivo. A
Francia le tengo mucho que agradecer”.

Aun
así, siente que va pidiendo otro tipo de carteles. Se palpa en sus palabras y
sabe que no es ninguna locura. La madurez de este 2015 ha sido la clave de este
pensamiento. «Si te soy sincero, lo siento así. Pero bueno, esto es una profesión en
la que no se regala nada a nadie y te tienes que ganar todo a base de un
esfuerzo tremendo. Lo que tengo claro en este momento de mi carrera es que cada
día quiero ir mejorando para conseguir la perfección. Algún día podré llegar”.

FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ