EDITORIAL

¡Es la hora de llenar la Puerta del Sol!


sábado 8 agosto, 2015

Hay que ponerle fecha y hora, pero ya, los taurinos necesitamos reunirnos en la Puerta del Sol para reivindicar los derechos de libertad que nos pertenecen y que nos están siendo arrebatados

Hay que ponerle fecha y hora, pero ya, los taurinos necesitamos reunirnos en la Puerta del Sol para reivindicar los derechos de libertad que nos pertenecen y que nos están siendo arrebatados

Sebastián
Castella era la primera figura que, ayer viernes, hablaba clarito en CULTORO: «Si
hay que dormir una noche en la Puerta del Sol, se duerme. Todos. Tanto
periodistas como toreros y ganaderos, así como aficionados. Todos. Cuando nos
reunamos todos ahí no cabemos ni en la Puerta del Sol ni en los alrededores”
,
afirmó Castella.

El
lugar, decidido, ¿y la fecha? El doce de octubre es una jornada idónea para
alzar nuestra voz y que nuestro grito de libertad llegue más alto si cabe por
la fuerza que pueden tener esas horas históricas. Castellón y Amposta han sido
claros ejemplos de que si se quiere, se puede decir bien alto al sistema con
una masa social por bandera que la Fiesta está viva y a los taurinos no se les
chulea más.

Está
claro que las figuras del toreo han demostrado durante estos meses que no echan
el hombro hacia adelante en cuanto a la defensa taurómaca fuera de la plaza se
refiere. Es respetable su postura, pero también es explotable: tienen sobre la
mesa la carta de llenar Las Ventas y Vistalegre por igual el próximo 12 de octubre
para complementar como se merece una jornada de manifestación. En su tejado
está la pelota acerca de la postura que han tomado y la valentía de sacar hacia
adelante un proyecto que, a día 8 de agosto, es todavía somnolienta irrealidad
pero que gracias a las asociaciones que han ido apoyando jurídicamente la
Fiesta en los últimos meses y, sobre todo y ante todo a la Unión de Criadores
de Toros de Lidia, puede salir adelante.

Es hora de que se manifiesten los empresarios y pongan el pecho en la misma medida que lo hacen los que pagan la entrada. En la misma, ya no pedimos ni siquiera más. Aunque de las arcas que les hicieron ricos un día y hoy sustentan el sistema que ellos gobiernan debería salir el capital para que no hubiera un ultraje sin denuncia. Cierto es que los despachos, las comidas con las personas clave y el trabajo en la sombra ha sido mucho más de lo que la opinión pública piensa -en algunos casos debe ser así para no dar información al que trabaja en tu contra-, pero es imprescindible dar la cara para que el aficionado, que se rasca el bolsillo y lucha por su pasión, no se sienta solo y se aburra.

Porque se aburre de ver cómo se esconden los que deberían alzar la voz por varias razones: la primera, porque esta fiesta los ha convertido en héroes, ricos e influyentes. La segunda, porque no tendrán dónde reinar cuando las luces se hayan apagado, en parte, por su desidia a la hora de defender el pan de sus bisnietos. Porque el problema tal vez venga de que sus hijos tienen pan asegurado para disfrutar tres vidas.

Al final, lo único que quedará será nuestra verdad:
una verdad constitucional que es la que debemos sacar a la calle. Unirnos y
defender con la verdad por bandera esos ataques con uñas de mentira de los que
somos víctimas diarias. El lugar está decidido, la fecha, por confirmar según
disponibilidad moral de los profesionales. Y Castella ya dice que va con su
saco de dormir…