LA CRÓNICA DE MANIZALES

Vida eterna a Santa Bárbara


miércoles 6 enero, 2016

El toro es el rey de la fiesta y esta tarde, el Capitán Barbero, ganadero de Santa Bárbara, se encargó de ratificar que cuando hay toros de verdad, hay emoción

El toro es el rey de la fiesta y esta tarde, el Capitán Barbero, ganadero de Santa Bárbara, se encargó de ratificar que cuando hay toros de verdad, hay emoción

ANDREA LÓPEZ

 

Soberbio anduvo Roca Rey en su segunda
actuación como matador de toros en tierras colombianas. Indultó al sexto astado
de la tarde en Manizales, de nombre «Incógnito” y con el hierro de Santa
Bárbara, paseando dos orejas simbólicas del astado. Por su parte el rejoneador
Willy Rodríguez se fue ovacionado y el local Cristóbal Pardo paseó un trofeo.

Del rejoneador Willi Rodríguez poco para contar. Banderillas con buena colocación pero nada de toreo a caballo. Sus dos toros pedían cercanía pero él insistió en torear a una distancia en la que no hubo emoción.  Saludo en el primero y silencio en el segundo de su lote.
 
Las emociones llegaron con Acogido. Un castaño requemado al que Cristóbal Pardo recibió bien con la capa, estuvo alegre en banderillas, brindó al público y se fue a los medios de rodillas. Mientras Acogido emocionaba con su embestida noble y fija, Cristóbal ejecutaba unos redondos casi en cámara lenta. Una oreja y ovacionado abandonó el ruedo un toro que merecía la vuelta al ruedo.
 
Con Quitaluna, el quinto de la tarde, las cosas no salieron bien. Tenía un problema en el ojo izquierdo que no le permitía mantenerse fijo en los engaños así que se fue pitado  y Pardo recibió silencio.
 
Con Andrés Roca Rey las sensaciones cambiaron. El primero de su lote, Quitasol, era un toro exigente con el que el peruano pareció enterrar sus pies en la arena desde el capote. Variado en los quites, valiente e inteligente. Tal vez con un puyazo más el de Santa Bárbara habría tenido una embestida menos brusca pero lo cierto es que Roca Rey ratificó en Manizales que llegó para quedarse y que esa estocada trasera y tendida que le quitó la oreja que habría podido cortar, fue solo una anécdota, pues la famosa silla del maestro Campuzano no falla para que sus pupilos aprendan a la perfección como se matan los toros. Pitos para Quitaluna y saludo para el torero.
 
Intentar contar lo que vivimos en el último de la tarde es osado. Poner en palabras lo que transmitieron toro y torero es imposible. Incógnito se ganó de sobra el premio de regresar a casa a padrear. Bien picado por Rafael Torres, quites por saltilleras con esa quietud firma Roca Rey y ya estábamos entregados a la embestida del de el Capitán Barbero.
 
Pedrecinas, un redondo eterno, otro más y otro por si quedaba alguna duda. Cogió la muleta con la izquierda y la emoción no paró. Cada vez que Roca Rey se daba un paseo por el ruedo para darle tiempo a Incógnito, éste se quedaba en los medios esperándolo. Parecía decirle, «como soy bravo y encastado, de aquí no me muevo hasta que regreses». En los medios de principio a fin, indulto y dos orejas simbólicas para el peruano.
 
Lo que ocurrió esta tarde en Manizales reconforta e ilusiona porque tardes como esta garantizan que la fiesta viva pues mientras haya toros de esa clase, habrá afición.
Un último dato interesante que nos pasa el buen aficionado José Ignacio Velásquez. Los hermanos Roca Rey pasan a la historia por haber indultado toros en el mismo país. Fernando, hermano mayor de Andrés, indultó a Diputado de San Antonio de los Lagos en Pamplona, Norte de Santander en el año 2009. Casi seis años después, el menor de la dinastía indultó a Incógnito de Santa Bárbara en Manizales.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Manizales, Colombia. Segunda de Feria. Corrida de toros.

Seis
toros de Santa Bárbara, indultado el
sexto, de nombre «Incógnito”.

El
rejoneador Willy Rodríguez, ovación
y palmas.

Cristóbal Pardo, oreja y silencio.

Andrés
Roca Rey
, ovación y dos orejas simbólicas tras indulto

FOTO: Verónica Sierra vía Prensa Roca Rey