JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
El
pasado sábado 8 de octubre en Valencia en el esperado festival para Adrián,
Ginés Marín se entretuvo en cortar un rabo a un novillo de Garcigrande premiado
con la vuelta al ruedo en el arrastre. Días más tarde, daba la cara sin pudor
en Zaragoza con una arrucina de rodillas que puso de pie el tendido. Sin duda,
la temporada está teniendo entre los jóvenes su nombre y Lima el próximo 13 de
noviembre será testigo de su madurez y evolución en el toreo fundamental… y en
el que no lo es tanto. Hará el paseíllo junto a Manuel Escribano y Daniel
Luque.
«En Perú no
he toreado nunca. Va a ser la primera vez en Lima. Otra tarde que me llena de
ilusión. Una feria preciosa de la que me han hablado cosas maravillosas. Llego
con todas las ganas del mundo”, señala sobre el compromiso. Sobre su
último triunfo importante en Valencia, comenta que «fue una tarde muy emotiva por el
motivo que era y por la circunstancia, por Adrián por el que todos mis sentimientos
se reunieron. Entraba por sustitución, pero me alegró muchísimo y decidí poner
todo de mi parte para que aquello saliera bien”.
Sabe que no se avecinaba fácil su temporada, pero ha
evolucionado. Así lo afirma :»Principalmente en lo que más suelo ahondar
y en lo que más veo evolución es el toreo fundamental, que es lo que más llena
a la gente y es el toreo que a mí personalmente me gusta y creo que es la
pureza. Ahí es donde más entreno, donde me entrego, donde insisto y donde veo
evolución y lo disfruto cada vez más. Antes no me podía ver en un vídeo porque
me veía fatal, y poco a poco puedo verme sin disgustarme tanto”.
Sobre el balance de su año, Marín comenta que «el
principio fue bastante complicado. Toreaba una sola corrida al mes, y un
novillero que viene de torear cuarenta novilladas, un parón así afecta. Pero me
ha afectado para bien. Y en estos tiempos muertos he podido crecer, algo que se
ha notado en Santander y Bilbao, una apuesta fuerte para un torero tan nuevo.
También ha habido tardes importantes para mí como han sido Zafra y el caso de
Valencia, en el cual quizás haya mostrado mi mayor parte del toreo”.
Está en un momento bueno también en lo personal, y eso se
refleja en la plaza: «Una de las cosas que más feliz me hace es
ver a mi gente feliz y viéndome torear disfrutando e incluso emocionándose,
como ocurrió en el festival. Fue una de esas faenas rotundas. Ver a tu gente
emocionada y feliz a mí me llena de ilusión y energía para seguir mostrando
cada tarde lo que tengo en mi interior y jugándome la vida como hago todos los
días”, rubrica Ginés.
