JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
El pasado sábado el sacrificio, el ímpetu
diario, el dique seco y la mentalización sin descanso tuvieron fruto para un
torero, Emilio de Justo. El extremeño, que se enfunda en pocas ocasiones el
traje de torear, cuando lo hace deja su huella y así ocurrió: cuajó un toro de
Victorino Martín en Mont de Marsan dejando constancia de su buen concepto. Hablamos
con él.
¿Cómo fueron las sensaciones y cómo fue
aquella tarde?
Fue la
tarde más importante de mis últimos años. Ha sido un sueño poder triunfar en
Francia, en un país tan taurino, en una plaza de primera. No puedo estar más
feliz porque es el sueño de cualquier torero en mi situación.
Supongo que será una satisfacción inmensa
después de tener que decir que no a contratos indignos, tras esa encerrona en
Hervás que no fructificó contractualmente y tras ese trabajo inmenso de tu
apoderado Luisito. Como decía él mismo en las RRSS, Dios aprieta pero no ahoga, ¿no?
Así es,
este año Luisito ha empezado con muchas ilusiones renovadas, apostando por mí de forma
romántica. Se ha hecho cargo de mí, me ha brindado su tierra, Sanlúcar de
Barrameda, donde han salido toreros importantes, y no puedo estar más
agradecido. Me hacía falta una persona así a mi lado que me enseñara cosas y
que me exigiera a la vez. Ya llevo unos años de alternativa, de madurez, de
poso… pero con él a mi lado me aporta lo que nos falta a los toreros para que
en las tardes de tensión se afronten con templanza, donde te juegas mucho pero
tienes que estar en tu sitio.
Y aprovechaste la oportunidad ante la justa
Francia. El país entiende el toreo desde la justicia, y seguro que te premiará
el año que viene con varias de sus tardes.
La
verdad que estamos muy ilusionados. Debuté en Francia en Orthez en julio, donde
corté dos orejas a una corrida de Hoyo de la Gitana, y ha sido mi broche de oro
desorejar a ese toro de Victorino. Tengo un invierno por delante lleno de
ilusión, donde nos prepararemos al máximo en el campo. Voy a ponerlo todo de mi
parte para que el año que viene sea una temporada importante en Francia. Es el
momento de subirme al tren y si me dan esa oportunidad puedo ser uno de los
toreros que dé de hablar.
El respeto de la afición ya lo tienes, es un
auténtico furor ver en las RRSS cómo circulan tus toros. Tienes el respeto de
la afición, falta el de las empresas. Esperamos que pueda ser Madrid el año
próximo.
Estoy
ilusionado. Tengo que dar las gracias a toda la afición francesa porque lo
vivido fue muy importante. Fue algo grandioso. Me han abierto las puertas de
ese país de una forma entregada y me ilusiona mucho ser unos de los toreros con
ambiente en el país. Contento, feliz, pero hay que seguir luchando por
conseguir mi meta. Si Dios quiere lo conseguiré.
FOTOGALERÍA: EMILIANO VALIENTE
