MADRID

Con las ganas de volver a ver a David Martín


domingo 9 octubre, 2016

Una novillada con animales potables de Aguadulce, remendada por un sobrero de Aver María, vio cómo un síncope impidió volver a ver la verdad de David Martín; mientras, Palacios cortó oreja al quinto

Una novillada con animales potables de Aguadulce, remendada por un sobrero de Aver María, vio cómo un síncope impidió volver a ver la verdad de David Martín; mientras, Palacios cortó oreja al quinto

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Las Ventas acogía en la tarde de este domingo su última
novillada con picadores de la temporada, en la que hacían el paseíllo Tulio
Salguero, Mario Palacios y David Martín. Finalmente no pudo comparecer por una
cornada en el campo Francisco Pajares, que estaba anunciado en este festejo. Un
encierro con 488 kilos de media y con el hierro de Aguadulce estaba listo para
la ocasión. Los sobreros correspondían a la ganadería de Ave María.

Quiso estirarse Tulio Salguero con el abreplaza, vareado y
estrecho de sienes, que se desplazó sin clase en las verónicas iniciales y
embistió a media altura en el penco para llevarse un duro castigo. Y no tuvo
fuerza en la muleta, pero sí cierto fondo por el pitón izquierdo para embestir
despacio al natural. Por allí llegaron los mejores pasajes de un trasteo más estético
que sentido que culminó con bernadinas atropelladas y una estocada trasera que
precedió a la ovación.

Más animoso que brillante estuvo Mario Palacios con la
embestida natural y desclasada del primero de salida, que lo apretó en un
trance y le pasó por encima sin consecuencias. Sin fuerza el animal, falto de
remate, sí acudió a los cites, sin embargo en banderillas. Ni con el rabo pudo
el animal en la muleta, donde empaló a Palacios en una arrancada casi sin
querer. Se afanó el novillero en ofrecer trapo con la zurda para que le fuera
despacio, cambiando el pitón y sin una pizca de gracia. Sí resultó obediente en
el trasteo, liviano y sin más apuesta que intentar andar con dignidad en la
cara. Un pinchazo y una estocada corta y tendida valieron para despenar al
utrero. Silencio tras aviso.

Tampoco la salida del tercero auguró grandes cosas a David
Martín, que cogió la muleta con el toro sin definir. Para pendulear al burraco
se quedó en los medios, con la planta muy quieta y la actitud de ataque.
Aprovechó la movilidad y la transmisión para conducir con tino las arrancadas
al natural. Y, de repente, se desplomó en el ruedo, desmayado para recuperar la
consciencia segundos después. Volvió a la cara a pesar de las protestas del
tendido, preocupado por su estado de salud. Por abajo templó con la diestra la
siguiente tanda, abrochadas con uno de pecho soberbio. Otra serie a zurdas, que
tuvo el pulso y la personalidad para conquistar al tendido, sin perfiles, con
el pecho por delante y mucho asiento en las formas. Terminó por luquecinas y
con un pinchazo antes de la estocada que, junto al fallo con la cruceta, dio al
traste con la oreja que le tenía cortada. Ovación tras aviso.

El burraco cuarto tuvo intención de tomar por abajo el
animoso percal de Tulio, pero también arrastró con descaro la pata izquierda.
Inválido y todo, a pesar del trato exquisito de Raúl Ruiz, permaneció en el
ruedo ante las protestas del personal. Se desmonteraron Miguel Martín y
Fernando Sánchez tras un gran tercio de banderillas. Compuso mucho el inicio
Tulio para sacarse al novillo a los medios empujando la intención, y trató
siempre de templar una embestida que siempre tuvo fijeza, porque quería más que
podía el animal. Buscó el extremeño la colocación y el muletazo, pero no siempre
conectó con el tendido su concepto de buscar la forma en lugar de la
profundidad. Una estocada corta tiró sin puntilla al utrero para saludar una
nueva ovación.

Más agresivo y colocado por delante salió el serio quinto,
que se fue viniendo a menos en el capote que manejó genuflexo Mario Palacios.
Pero arrastró los cuartos traseros hasta que salió el pañuelo verde. De Ave
María era el sobrero, cabezón y montado, que salió distraído del percal de
Palacios, impidiendo el saludo lucido. Con el cartucho del pescao inició faena
Mario en los medios, con la mano izquierda cimentando una labor más entonada
mientras el animal tuvo movilidad. Pero se fue viniendo abajo el trasteo, en el
que no encontró la forma de acoplarse con la mano derecha, a pesar del oficio
demostrado. Porque repuso mucho y quiso remontar el sobrero, que no lo logró
por su falta de poder. Mucha disposición y voluntad la de Palacios, que resultó
volteado en un pase de pecho, llevándose una soberana paliza. Concluyó con
manoletinas, una nueva voltereta y una estocada para pasear una oreja
protestada.

El síncope de David Martín le impidió salir a matar al sexto
y fue Tulio Salguero el encargado de lidiar al de Aristrain, un toro astifino y
cariavacado que esperó mucho en cada arrancada antes de llegar a los embroques.
En la muleta pasó tontorrón y sin clase por delante de Salguero, que se afanaba
en componer los embroques sin gracia y en pulsear una embestida vulgar y
deslucida que nunca tuvo transmisión. Pinchó antes de dejar una media tendida y
escuchó silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Novillada con picadores de
temporada. Un cuarto de plaza.

Seis novillos de Aguadulce, de cierto fondo el noble y feble primero, obediente pero sin gracia ni fuerza el desrazado segundo, codicioso y con transmisión el buen tercero, noble y con cierta clase el inválido burraco cuarto, devuelto el quinto por inválido; de sordo peligro a diestras y cierto fondo a zurdas el cabezón quinto bis, vulgarón y deslucido el pasador sexto.

Tulio Salguero, ovación, ovación y silencio en el que mató por Martín. 

Mario Palacios, silencio tras aviso y oreja. 

David Martín, ovación tras aviso en el único que mató.