CRÓNICA, LA MÉXICO

Sublime antología de Morante que enamora a La Monumental


lunes 12 diciembre, 2016

Cumbre del sevillano que mereció el rabo.‘Morante de la Puebla’ regaló una tarde para enmarcarla en los anales de la tauromaquia. Muy importante Manzanares, en gran figura. Rivera se mostró entregado.

Cumbre del sevillano que mereció el rabo.‘Morante de la Puebla’ regaló una tarde para enmarcarla en los anales de la tauromaquia. Muy importante Manzanares, en gran figura. Rivera se mostró entregado.

EMILIO TRIGO

Tenía
lugar esta noche en la Monumental
Plaza de toros México 
la
segunda corrida de toros de la Feria
Guadalupana 
dentro de
la Temporada Grande Internacional. Hacían el paseíllo ante toros de Teófilo Gómez, los españoles, Morante de la
Puebla
José María
Manzanares 
y el joven
mexicano, Gerardo Rivera,
que confirmaba su alternativa.

Tarde sublime del sevillano, que enloqueció por su genialidad
a la Monumental de Insurgentes. Enamoró Morante
de la Puebla
a La México con una
faena antológica ante un buen toro de Teófilo
Gómez
premiado con el arrastre lento. José Antonio Morante Camacho ‘Morante de la Puebla’ regaló una
tarde para enmarcarla en los anales de la tauromaquia. Morante tuvo la magia de la inspiración, esa que lo sólo un genio
de época es capaz de sacar de su alma. El
cigarrero toreó en La México con el corazón roto, partido por tanto sentimiento
en cada lance, en cada muletazo y con el alma desnuda, como afirmó Belmonte. 
Insurgentes vibró de pasión y felicidad, ante la antología del hispalense, que puso en escena toda la verdad y el
sentimiento de un torero único.
Pinturería, hondura, valor, garbosidad, plasticidad,
naturalidad, gracia, temple, ligazón, ritmo… y en definitiva mucha calidad. Morante se rompió las muñecas y toreó en La
México más despacio que toreando de salón.
Tremendo lo vivido en la
Monumental por parte del sevillano que mereció el rabo.

Todo
comenzó tras el toro de la confirmación de Gerardo
Rivera.
Sublime Morante de
la Puebla 
con el capote ante
el segundo de la tarde. Fueron dos y una media de terciopelo que enloquecieron
La México. Eso hizo
olvidar otra infame presentación ganadera. Morante minó a su noble y dócil oponente en
todos los tercios. El sevillano destapó su extraordinaria clase y majestuoso
temple, ante un buen astado de Gómez aunque justo de raza. Morante ofreció un concierto de arte y torería. Un toreo sin alardes, lleno de
naturalidad y contundente en su creación estética.
El artista español
dibujó el toreo ante un buen toro que a veces protestaba soltando la cara por
tanto mando muleteril. Una obra de puro sentimiento que estropeó con la espada. Aunque
después de lo visto, las orejas cuentan menos.

Morante asombró
a La México cuando recibió por chicuelinas al cuarto. El remate a tan
sorprendente recibo fue una serpentina de cartel. El sevillano ofreció un
galleo para meter al toro en el caballo de tal expresión, que enloqueció a los
presentes. Maravilla capotera. Los de plata, Gustavo Campos y José Antonio Carretero, contribuyeron
a la gran obra del sevillano con los palos y con la suave brega. Morante de La Puebla obró una faena sublime con una torería y una perfección que alcanzó la
catarsis en la Monumental. 
Brindó
al respetable José Antonio volvió a recrearse internamente. Morante exigió una barbaridad a un buen toro
que embistió con parsimonia y entrega. Majestuosidad en las muñecas del español
que convirtió a Insurgentes en un manicomio. Morante toreó sobre sus pies, girando la cintura, ligando una
barbaridad y con un ritmo antológico. Pinturería, valor, plasticidad angelical
y una naturalidad abrumadora. La
muleta de Morante hizo soñar a la afición con toda la grandeza del toreo
resumida en su franela. 
Ayudados,
imaginación, descaros, pericia, improvisación y genialidad por toneladas. José Antonio acarició cada uno de sus
naturales que instrumentó con la yema de los dedos y con una cintura quebrada, rota.
Este concierto del sevillano lo finalizó con un espadazo. Dos orejas
-era de rabo- y arrastre lento al toro.

José María Manzanares no
tuvo suerte con el lote y tampoco anduvo fino con los aceros. Manzanares de haber estado contundente
con la espada hubiera cortado algún trofeo en el quinto. Tarde seria, muy comprometida del alicantino que mostró su gran
potencial de figura, a pesar de no triunfar.
Feo, altón y desfachatado de
pitones el tercero de la tarde. Un astado que embistió rebrincado en el capote
de Manzanares. El primero del lote del alicantino se
movió muy mal, como su morfología. ‘Chocolate’que fue derribado en la primera
entrada, estuvo sensacional en varas. José María Manzanares lo intentó con tenacidad pero resultó
imposible su esfuerzo.
Inédito ante uno inverosímil.

Manzanares saludó
con buenas verónicas al quinto. Lo tenía complicado Manzanares puesto que La México, estaba aún cautivada
por el arte de MoranteJosemari entrometió chicuelinas en un saludo
que gustó mucho. El alicantino que era consciente de la actitud reservona del
de Teófilo y de la embestida tarda del astado,
exigió con la diestra en un par de series ligadas y de mano baja. A zurdas, logró naturales que recordaron
las grandes faenas del español durante la temporada.
Sufrió una voltereta
sin mayores. Manzanares tiró
de raza y excelentes formas en una faena
sin recompensa de máxima figura
. La espada no funcionó.

Cerraba
la terna el confirmante Gerardo Rivera que defendió sus argumentos a base de entrega y disposición. El primero de la
tarde recibió las lógicas protestas del público por su ridícula presentación. Indigno
para una plaza de tanta relevancia. A esté, Gerardo Rivera, lo
recibió a portagayola con una larga cambiada de hinojos y un variado manejo del
percal. Se cuidó en varas el de Teófilo que llegó con buen son
al tercio de banderillas.El
matador azteca, estuvo entregado y con exposición en tres pares diferentes bien
ejecutados. Brindó al público tras la ceremonia de confirmación. El toricantano
tuvo un buen ejemplar enfrente, con virtudes, que le metió la cara con fijeza y
prontitud. Geraldo lo toreó siempre con entrega y mucha
variedad, pero todo lo hizo con un toreo periférico y acelerado. Resultó
volteado sin mayores. Tuvo disposición, pero le faltó reposo y mayor
contundencia en su trasteo.

Gerardo
Rivera
, otra vez se fue a la puerta de chiqueros para recibir
al cierraplaza. El sexto en conjunto resultó manejable durante toda su lidia. Rivera tuvo una actuación que resultó un
calco de la anterior. Vibrante en banderillas y de nuevo muy decidido con en la
muleta en una labor diversa. Irregular con la espada.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros Monumental de México. Segunda de la Feria
Guadalupana. Corrida de toros.

Entrada: Algo
menos de media plaza

Seis toros de Teófilo
Gómez,
muy desiguales de presentación
y de juego variado. Destacó el cuarto, ‘Peregrino’, Nº 337, 520 kg,
premiado con el arrastre lento.

José Antonio ‘Morante de la Puebla’, Ovación y Dos orejas
con petición de rabo.

José María Manzanares, Silencio
y Ovación.

Gerardo Rivera, (Confirmó
alternativa), Palmas y Ovación.

Cuadrillas: Destacó
el picador Pedro
Morales ‘Chocolate’
en el
tercio de varas del tercero. Gustavo
Campos 
saludó en los pares al cuarto y bregó extraordinario José Antonio Carretero en mismo toro.

Incidencias: Confirmó Gerardo Rivera con el toro ‘Agua Clara’, Nº 359, 508 kg, del hierro de Teófilo Gómez.

FOTOGALERÍA: @LaPlazaMexico