LIMA (PERÚ)

El valor arrollador de Roca Rey y el alma de Manzanares


domingo 4 diciembre, 2016

Se impuso totalmente el peruano para pasear dos orejas de una gran corrida de Matilla; Manzanares le paseó el doble trofeo a un quinto de vuelta al ruedo y Morante un apéndice del abreplaza

Se impuso totalmente el peruano para pasear dos orejas de una gran corrida de Matilla; Manzanares le paseó el doble trofeo a un quinto de vuelta al ruedo y Morante un apéndice del abreplaza

LUCHO HERENCIA

El toro «Pelitino”, con el hierro de Hermanos García
Jiménez, y Andrés Roca Rey cerraban esta noche la Feria del Señor de los
Milagros en la plaza de toros de Acho, Lima. Hacían el paseíllo José Antonio
«Morante de la Puebla, José María Manzanares y Andrés Roca Rey.

Morante de la Puebla se asentó pronto de capote en el recibo
veroniquil al primero de la tarde, dejando una media con mucho sabor y
recibiendo el toro un doble puyazo. Brotó pronto el arte luego del inicio por
bajo en tandas de derechazos, encajado, y soberbio en los trazos. Roto de
cintura hizo estallar a la plaza en olés durante cuatro tandas sentidas que fueron
a más con el toro entregado y el de la Puebla toreando con la izquierda y
crujiéndose para hacer crujir a la plaza. Buena condición del toro que se sumó
al toreo de quilates de Morante con otros tantos derechazos y detalles en
molinetes, pases de la firma o cambios de mano. Una estocada efectiva y la
muerte de bravo sin puntilla de «Derribado” le hicieron merecedor de una
oreja.

Manzanares recibió al segundo en los medios, bregándolo
pronto y muy cadente a la verónica, meciendo la cintura y encajándose en la
media y la larga finales. Gran pelea tuvo el toro en el caballo, arrancándose
de lejos y romaneando en un buen puyazo. Con mucha inteligencia planteó su
faena Manzanares, llevando por bajo hasta los medios al animal .Se encajó
pronto por derechazos en una serie cuajada, con estética, profundidad y
dominio. Conectó pronto con el tendido. Por la izquierda la condición era
diferente, y aun así le cuajó naturales hondos para volver a la mano diestra a
subir la intensidad con derechazos de mano baja aderezados con la clase del
alicantino en medio de los olés de Acho. Gazapeó y se puso incómodo el toro
cuando Manzanares intentó igualarlo, pinchando tres veces hasta dejar una
entera.

A por todas salió Roca Rey de hinojos ante
«Clandestino”, el tercero de la tarde, al que recibió con una larga que
prendió a los tendidos para incorporarse y lidiar poderoso con el capote,
rematando de cordobina y larga. Por estatuarios comenzó Roca Rey su labor para
echarse luego la muleta a la mano izquierda, cimentando la primera parte de su
labor al natural. Con muchísima entrega y colocándose en los muletazos, se
entregó con una plaza volcada. Faena de nota altísima, en la que el valor, el
temple y el conocimiento en la embestida del toro fueron claves para conectar.
El cierre de la labor fue por bernadinas por ambas manos, rindiéndose el coso
tras la estocada entera de efecto fulminante. Se llenaron los tendidos de
pañuelos blancos y el palco concedió dos orejas.

«Caramelo” era el cuarto de la tarde, un toro que no
aceptaba ni un solo capotazo, quedándose corto y no luciéndose en el inicio.
Sensacional puyazo de Ángelo Caro, dosificando y colocado en el sitio. Ligó in
crescendo los muletazos en la siguiente tanda, con sabor y yendo a más en su
toreo de arte. Aguantó las tarascadas y embestidas soltando la cara al natural,
sobando con sapiencia, lo hizo romper y que la gente disfrute cuando corrió la
mano con la izquierda. La intensidad se fue a menos a pesar de dar siempre más
el torero, con el toro apagado las intenciones fueron baldías en los derechazos
poderosos de Morante. Con habilidad metió la mano y la espada fue desprendida.

Con «Veraneante” cerraba su tarde en Lima Manzanares.
Lo midió pronto y soltó las muñecas a la verónica, con clase y enjundia
rematando de media. Chicuelinas en el quite que recordaron a su padre, de mano
baja y encajado el alicantino, con la plaza clamando en palmas. Con paciencia
fue metiéndolo en la canasta, en toques suaves y toreo por alto, poniéndose por
derecho y logrando una tanda larga y poderosa. Con clase el torero y el toro al
natural, todo siempre suave y templado liga la serie lenta donde vuelve a
aparecer la figura paterna en el recuerdo de Acho. Superior la siguiente tanda,
de más entrega y una conexión única, lentos los muletazos y la figura encajada
a ritmo de pasodoble. Por derechazos la obra siguió creciendo, más relajado y
corriendo la mano con regusto entre olés rotundos. Y mejor la tanda que
continuó, dosificando todo y haciendo muletazos bellos que la plaza agradeció.
La calidad de Veraneante conjugó con Manzanares hasta el remate de estocada
entera recibiendo. Dos orejas y vuelta al toro.

La declaración de intenciones de Roca Rey fue tirarse con
las dos rodillas a torear a la verónica, rematando la tanda con una larga cambiada.
Quitó por gaoneras tras el encuentro con el jaco, rematando de caleserina y
larga para apretar más el acelerador. Inició de rodillas con una arrucina en
los medios, siguiendo con una serie de derechazos entregándose el coso a la
primera de cambio tras ese inicio impresionante. Ya en pie, la primera tanda de
derechazos tuvo muchísima pulcritud en el trazo, alargando siempre la
embestida. La intensidad del tendido contrastaba con el toreo suave de Andrés,
alcanzando un gran nivel llenándose de toro con su clásica entrega. Pero le
sumó además un toreo de gran valor, corriendo la mano haciendo disfrutar a sus
paisanos. A compás de la marinera continuó con ritmo y clase, y el torero
poniendo cada vez más de sí. La variedad llegó con pases de todas las marcas,
pases de las flores, cambios de mano y entrega total al natural con la mano
derecha, siendo prendido sin consecuencia a la altura del gemelo. De pie, puso
el punto y final de la labor antes de acercarse a la barrera y tomar la espada.
Mató de estocada entera. Dos orejas.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Acho, Lima. Sexta y última de la Feria del
Señor de los Milagros. Corrida de toros. Lleno.

Seis toros de García
Jiménez, de vuelta al ruedo el «Veraneante» quinto. 

José Antonio «Morante
de la Puebla, oreja y silencio. 

José María Manzanares, silencio y dos orejas. 

Andrés Roca Rey, dos orejas y dos orejas.