PLAZA MÉXICO

Oreja al temple de Juan Pablo y sitio de Perera con otra desesperante entrada


domingo 4 diciembre, 2016

Se lidiaron toros de Julián Hamdam que dejaron que desear; el joven Fermín Espinosa “Armillita IV” no tuvo una buena actuación, con el público en contra en algunos compases de sus faenas

Se lidiaron toros de Julián Hamdam que dejaron que desear; el joven Fermín Espinosa “Armillita IV” no tuvo una buena actuación, con el público en contra en algunos compases de sus faenas

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ

Miguel Ángel Perera irrumpía esta noche en la Monumental
Plaza de toros México para la sexta corrida de toros de la Temporada Grande
Internacional. Lo hacía junto a dos de los toreros de mayor predicamento en los
últimos años en el país azteca: Juan Pablo Sánchez y el jovencísimo matador de
dinastía Fermín Espinosa «Armillita IV”. Un encierro de Julian Hamdam era
la materia prima ganadera para la ocasión.

«Don Rafael” se llamaba el primer toro de la tarde, un
animal bien hecho, enmorrillado, con 532 kilos de peso. No le exigió con el
capote Perera, sino que se impuso su temple a la verónica para rematar con una
buena media. Midió las pocas fuerzas del animal en el caballo, durmiéndose éste
en el peto. Firme y seguro anduvo Curro Javier palitroques en mano, saludando
una ovación desde el tercio por su buena labor. Tuvo que provocar en el inicio
de faena Perera el viaje del animal de Hamdam, que para nada era claro.
Excelente fue la segunda tanda a diestras, que hizo conectar con el tendido el
buen poso del extremeño. En la siguiente serie el toro acortó su embestida,
pero supo aprovechar el medio viaje que planteaba el animal para conectar en
lentos embroques a diestras también. Conforme se fue acabando el viaje del
animal, Perera se impuso a base de su particularísimo concepto de cercanías
para arrimarse de forma extraordinaria. El palco le negó el premio tras acabar
con el animal.

«Flor de Piel” llevaba por nombre el segundo de la
tarde. Tenía un punto de debilidad y por eso debió Juan Pablo lidiarlo con
muchísima suavidad en los primeros tercios. No brindó su faena tras un ligero
tercio de banderillas. Incómodo se mostró el animal por su falta de fortaleza
en los primeros compases del trasteo, planteándoselo Sánchez por la mano
diestra e intentando alargar el viaje entre caída y caída. Caminando más que
embistiendo iba el animal, al que la raza de Sánchez pudo sonsacarle momentos
aislados precisamente con la diestra, jadeados por la afición defeña. Le
encontró el sitio al natural, cruzándose soberanamente ante la cara del de
Hamdan y sonsacándoles momentos aislados de toreo caro que, sin terminar de
calar el trasteo, consiguieron dejar el sello de su concepto. Se olvidó de los
defectos del animal para ponerse de verdad de nuevo con la diestra. Más en
corto se puso en el epílogo muleteril con la muleta en la espalda haciendo el
vaivén, comiéndose el sitio del animal en un espléndido arrimón. Dos orejas.

El toro «Convicción” era el que hacía tercero de la
tarde, un animal al que no terminó de comprender a pesar de sus dificultades el
joven Armillita IV. Por momentos el respetable se puso de parte del animal. Le
echó a la hora de la suerte suprema la muleta muy abajo para que el toro
descubriera la muerte, dejando un punto caída la estocada. División de
opiniones.

Muy protestado fue el cuarto de la tarde por la falta de
fuerza inicial, toro incierto en el capote de Miguel Ángel Perera y que se cayó
ya en el encuentro con el jaco. Tras un violento golpetazo contra las tablas en
el tercio de banderillas, fue devuelto. El cuarto bis salió con la cara alta,
pero los capotazos lógicos de Perera en el inicio comenzaron por educarlo en la
humillación, aunque no la sacar en el trasteo de muleta. Lo aguantó
perfectamente, sin moverse en el centro del anillo durante más de media docena
de muletazos. Antes, lo brindó a su hermana Sandra. Firme se la volvió a echar
la muleta por la mano diestra, con colocación y sitio ante la falta de
humillación de su oponente. No terminó de romper el trasteo precisamente por
ese matiz con el toro. Pinchó en el primer encuentro, rematando trasteo tras
estocada y descabello.

Distraído de salida fue el animal quinto en los primeros
tercios, poniendo ímpetu la cuadrilla por cuadrarlo en sus trastos. Por bajo
con muy buen aire le inició faena Juan Pablo Sánchez, echándole la muleta por
delante y esperándolo mucho. Se paró en la primera tanda por la mano diestra el
de Hamdan, buscando otro terreno Sánchez para estar dispuesto, entregado y
tratando de gustarse entre las rayas del tercio. Protestón, soltando la cara y
sin emplearse por abajo humillando iba el animal, ante la proposición siempre
firme del hidrocálido. No fue éste parecido siquiera al primero de su lote, no
pudiendo lucir pues el toreo templado que hizo en el anterior. Acortó por la
calle de en medio y, espada en mano, dejó una buena estocada.

El sexto llevaba por nombre «Cosas del Corazón”, un toro con
el que el público se puso en contra por ser más escurrido que sus hermanos
anteriores. No se lució Armillita IV en el inicio de la lidia, cayéndose el
animal en los primeros compases de la faena y despoblándose paulatinamente el
público del tendido. A pesar de la porfía por mantener en pie al toro del
jovencísimo Fermín, no fue posible el lucimiento. Mató de buena estocada. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros Monumental México. Sexta corrida de toros de
la Temporada Grande Internacional.

Seis toros de Julián
Hamdam.

Miguel Ángel Perera, vuelta y silencio. 

Juan Pablo Sánchez, oreja y silencio. 

Fermín Espinosa «Armillita
IV”, división de opiniones y silencio.