MEDELLÍN (COLOMBIA)

Juan de Castilla, un torero con seis riñones


lunes 15 febrero, 2016

En su encerrona en Medellín puso toda su fuerza testicular para sacar a su favor una novillada dura, de emociones fuertes y alto riesgo

En su encerrona en Medellín puso toda su fuerza testicular para sacar a su favor una novillada dura, de emociones fuertes y alto riesgo

JUAN GUILLERMO PALACIO

Juan de Castilla es un torero con riñones. En
su encerrona en Medellín puso toda su fuerza testicular para sacar a su favor
una novillada dura, de emociones fuertes y alto riesgo.

Se encontró con seis formas de ser toro en
este país, que le midieron su proceso formativo y le exigieron respuestas
inmediatas, tomar decisiones, algunas acertadas, otras no. En palabras
concretas fue un aprendizaje, una cátedra magistral, una más para él y su
entorno, que seguramente generará reflexiones para seguir andando.

El primer toro, de Vistahermosa, se quedó
pronto sin ganas; el de Achury ilusionó pero también se apagó. Aprovechó otro
gran toro de Gutiérrez que le permitió hacer por momentos el toreo que soñaba
mostrar: muletazos largos guiando la embestida hasta atrás. Lo logró en dos
series especialmente y en otros pases independientes. Media espada a ras y le
dieron las dos orejas, la segunda arropada por el paisanaje. El cuarto toro, de
El Paraíso, acudía trastabillando, condición que lo incomodó en la corta faena,
hasta que decidió que lo mejor era acompañarlo con suavidad.

El quinto todavía es una incógnita. El castaño
de Santa Bárbara tuvo virtudes vistosas: su arranque vertiginoso, su planear.
Juan de Castilla se demoró dos series para perderle los pasos necesarios, que
era algo que pedía el toro. Esto de perderle pasos se lo escuché a César Rincón
en su transmisión. Lo hizo en la tercera serie, cuando el toro dejó de exhibir
esos lujos y se puso más brusco. Quedó latente la pregunta, si Castilla había
dejado pasar a un gran toro. Llamada a un amigo, ¡Qué pasen los ganaderos!
(locución de la televisión peruana)…

Carlos Barbero, el criador del quinto:

El toro en el capote rompió muy bien, se
desplazaba y era muy pronto; en la muleta se quedaba corto, pero no tenía
genio; el toro cogía muy bien la muleta pero no se desplazaba, y por ende se
revolvía, entonces tenía que perderle uno o dos pasos, y la regla general de un
toro que valga es que se desplace. No le faltó nada a Juan, le dio hasta donde
daba el toro. En general lo vi muy valiente, variado y está preparado para más
adelante.

Carlos Roldán, ganadero de La Ahumada:

El toro tenía mucho genio. Desde que los toros
tengan genio es muy complicado poder con ellos. A mí no me gustó de salida, las
hechuras no me gustaron y el toro desarrolló mucho sentido. Se quedaba por
debajo}, muy corto. El torero está bien, le falta estar más placeado, comete
errores de novillero pero va bien, tiene clase y puede con los toros.

José Luis Cobo, ganadero ecuatoriano:

Un toro encastado, bravo, para darle mucho la
cara. Ahí se le vio al torero que tiene dos muy bien colocadas (los riñones)
porque el toro exigía mucho. Ha sido un esfuerzo de Juan de Castilla
extraordinario; ha dado la cara en todos los novillos y es un éxito para él. Es
un torero con garra y con valor, muy colocado y con mucho fondo.

En el sexto toro, de Rincón Santo, Juan de
Castilla tuvo que sacar todo su repertorio para asegurar su comparecencia. Con
el más astifino tuvo agallas para ponerse de rodillas y clavar banderillas de
poder a «como sea voy a poder”; cuando quiso torear al natural el toro le pegó
una golpiza que lo obligó a recomenzar. Debió que alargar hasta asegurar un
trofeo adicional que le permitiera conciliar el sueño, corriendo grandes riesgos,
por la exigencia del toro y el sentido que fue desarrollando.

Aunque digan algunos que la encerrona fue una
decisión que se le puso en contra, porque no lo vieron torear tan claro como en
el año anterior, esta tarde será más importante en el proceso formativo de Juan
que seis faenas de aliño y una docena de orejas. Fue capaz de sostener un
espectáculo en solitario en el que muchos barcos de grandes navieras han
naufragado. Sí, con deseos a veces sin control y apelando a las emociones
fuertes para compensar esas cosas que tiene que aprender: mejorar la ubicación
de las espadas, llevar mejor las embestidas fastidiosas, despejar variables,
seguirse puliendo con el capote, encontrar respuestas con antelación. En la
educación de sus padres y de su mentor y en la lucha obstinada de los
habitantes de su barrio están todas las respuestas. Las otras, las del toro,
las aprenderá parándose delante de ellos en más ocasiones. Para eso es un
novillero. Esto no se aprende al nacer. Pero tampoco requiere que le trasplanten
un riñón. Los que tienen funcionan a la perfección.

FICHA DEL FESTEJO

Feria de la Macarena 25. Novillada. Domingo 14
de febrero del 2016. Menos de media.

Juan de
Castilla
: palmas, silencio, 2orejas y vuelta al toro,
saludo y 1 oreja.

Se despidió
de los ruedos el gran picador Luis Carlos Pedroza Luisín, un caballero de
armadura. Asistió al festejo el pintor Fernando Botero, mecenas de Juan de
Castilla, a pesar de padecer algún malestar de salud.