LA CRÓNICA DE VALENCIA

Duerme tranquila


domingo 13 marzo, 2016

Rafaelillo revienta de toreo frente a un cuarto del que paseó una oreja y Ureña se enzarza de frente con el tercer cárdeno para arrancar otro despojo; Escribano, de vacío, es templada novedad

Duerme tranquila

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Ahora, que estarás sola, duerme tranquila.
Sueña, que así lo mereces. Ahora que estás calladita, sosegada, ahora que tu
alma descansa, sueña y cree en ti. Y ahora que tienes los ojos cerrados, voy a
contarte un cuento que sea nana y, a la vez, anestesia que tranquilice tu alma. La misma que Valencia ha llenado hoy: el
alma de un ruedo pleno de fe en lo que cree, pleno de 40.000 corazones que
gritaron libertad sin tapujos
. Duerme tranquila porque en tu seno también descansó
hoy el alma de un Rafaelillo al que le revientan las tripas por entregarse al
cuarto. Por eso duerme tranquila. Si quieres, te repito que te canto una nana,
pero hoy ya será doble porque Ponce te la cantó a las cuatro y media. Por eso
duerme tranquila pero, sobre todo, siéntete contenta, segura, protegida. Siéntete plena porque has sido Bastilla
libertaria: has sido alma incendiada por el pópulo errante que hoy te visitó
para recuperar la libertad perdida.

Y ahora que estarás sola, calladita, voy a
contarte lo que hizo Rafael aparte de devolverle la vida al mortecino andar del
cuarto. No era de dos, Rafael, la condición
del toro, sí el ímpetu con que quisiste templar la primera del año porque éste,
por fin –include productor-, no te roben los tronos que has merecido. Rodilla
en tierra lo recibió, pero rodilla en tierra de verdad, con el cárdeno
rebozándose en una humillación que se fundió en el peto. Fue de doble temple el
natural enganchado, la cintura rebozada en el embroque y el corazón que esquiva
dos puñales que intentaron, en corto, rebañarte el cuello hasta en tres
ocasiones. Fue doble la estampa de
reventar de toreo en tus entrañas, Rafael, pero de una sola y justa oreja el
premio final.
Antes, grandón y feo pero aplaudido de salida fue el primero,
flojo pero con muchísima fijeza: no podía el tal mulo con su alma, un espíritu
que hizo por derrotar de una zancadilla a Rubio en el ecuador muleteril y ahí
se despertó la diosa.

Esa misma nana para que durmiese tranquila le
cantó el capote de Escribano al segundo. Mucha menos cara pero más serio era
éste, al que se le mantuvo la fuerza en las banderillas de Manuel, que aguantó
parones y anduvo templado, pero fuera de sitio en ocasiones. Si el atropello rabioso de hace un año
tintaba de populista su toreo de seda, su marcada evolución le ha quitado la
razón a los que hace un año lo reventaban por falto de recursos.
Eso, y el
par al quiebro que levantó el tendido y desveló
la somnolienta embriaguez libertaria de una diosa que ahora ya duerme
tranquila.
Y lo hace porque vio al de Gerena enroscarse hasta por tres
veces franela en zurda, sin aspavientos, con la verdad de su nuevo temple como
única arma. Es tu sitio, Manuel. Te lo
mereces y el aficionado lo merece. Y tu diosa lo entiende, lo asimila y duerme
tranquila porque sabe que así lo sientes.

Paco sí la endulzó entre sus brazos. Ese sí lo sabe porque ese citar de frente
es llave única de la verdad, cancerbero entregado a lo que por toriles quiera
salir.
Porque la verdad no engaña, y citar de frente es verdad. Y la verdad
que de lila y oro vestía este 13-M se encontró, frente a frente, con la misma
muerte citando precisamente en sus mismos morros. Esa verdad a punto estuvo de
llevarse al otro barrio al Ureña más puro, pero vio y creyó la diosa en que su
durmiente concepto tendría que reventarlo el de Murcia, y así lo hizo en ocho
naturales y dos pases de pecho al tercero que evocaron al Otoño madrileño con
otro cárdeno delante de sí. No le dejó el «Aviador” sexto, otro de Martín que,
con un enemigo de frente, fue historia para la diosa dormida.

Esa misma diosa que, ahora, ya duerme
tranquila. Por favor, hazlo, mi pequeña gran Valencia. Has cumplido tu misión.
Has sido Bastilla incendiaria de lo que las entrañas de tus fieles querían
gritar a la plebe que no sabe de leyes aunque las pregone en sus homilías. Sí, esa plebe que día a día revive una
maldita Guerra y enfunda a la Fiesta y sus secuaces en uno de los abismales
bandos de la muerte, la que quiere destruirte… y no se da cuenta de que te hace
más robusta
. Duerme tranquila, pequeña, esta tarde tres grandes rubricaron
con su hazaña cárdena que lo que horas antes se predicaba en la calle no era
sino verdad. La misma verdad con la que
sueñas y que hoy, 13 de marzo, nos ha hecho un poquito más fuertes.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de
Valencia. Tercera de la Feria de Fallas. Corrida de toros. Casi lleno en los
tendidos.

Seis toros de Adolfo Martín, bien presentados y en
tipo. De mortecina y sosa calidad el primero, muy justo de raza; noble y con
humillación sin empuje el segundo; de seria y humillada embestida el cárdeno
tercero; de corto viaje y rebañona intención el deslucido cuarto; de noble
ademán sin raza el quinto; sin raza ni clase el largo sexto.

Rafael Rubio «Rafaelillo” (grosella y oro): palmas y oreja tras aviso.

Manuel Escribano (sangre de toro): ovación y silencio.

Paco Ureña (malva y oro): oreja y ovación tras aviso.

FOTOGALERÍA: JAVIER COMOS