LA CRÓNICA DE PLATA

Disfrutar del toreo vestido de plata


martes 15 marzo, 2016

Iván García ha irrumpido en el escalafón de subalternos con la misma torería que hace un par de años lo hacía de matador

Disfrutar del toreo vestido de plata

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: JAVIER COMOS

Ponerse a las órdenes de un compañero para seguir disfrutando del toreo de forma distinta debe ser gratificante. Lo que no debe ser nada fácil es tomar la decisión de hacerlo. Pero cuando se toma con todas las consecuencias y se pretende disfrutar de la profesión como toda la vida se ponen las facultades, el oficio y el saber al servicio de la Tauromaquia. Es lo que ha ocurrido con un rubio torero de Madrid que hace un par de años sufría la escasez de contratos y ahora, vestido de plata, se lo rifan los toreros por sus cualidades innatas para brillar entre los de plata.

Iván García irá con otro Iván, Fandiño en este caso, toda la temporada. Sin embargo, otros muchos toreros como Roca Rey, por ejemplo, llaman a sus filas a un torero que maneja el capote con serenidad, con benevolencia para el animal y con inteligencia para dejarlo en óptimas condiciones al llegar a la muleta. Así ocurrió con el mulo cuarto, que no lo tuvo dentro más que para una serie, pero esa, seguramente, salió del percal de Iván García. Al abreplaza lo había asado en banderillas, dándole todas las ventajas y disfrutando de la reunión como cuando lo hacía vestido de oro. Por todo ello, Iván García volvió a demostrar esta tarde que es un valor al alza.

También lo es Miguel Martín, que salió de las filas de Fandiño para engrosar las de Adame y que hoy dejó, sin darse importancia, los dos pares de banderillas más importantes de lo que va de feria. Otro que brilló con los palos, y que también salió de la cuadrilla de Fandiño, es un Jarocho capaz y torero que le sopló dos pares de mucha exposición al quinto, el segundo al que le cortaba un despojo su matador. Y en ello tuvo mucho que ver el puntillazo certero y fulminante de un Alfredo Cervantes que eliminó las dudas en el tendido para sacar los pañuelos.

A caballo brilló Héctor Vicente con el segundo, al que midió con perfecta precisión para que sacase el fondo hasta donde le dio la condición. También Paco María en el quinto, artífice del sustento de un animal que tuvo lo justo para que pusiera el resto el charro de Puerta Grande.

Todos disfrutando del toreo, porque toreros son; vistan de oro, de plata o de hoja de lata. Y lo siguen demostrando cuando pisan un ruedo.