ENTREVISTA

El Capea: "Mi único cartucho es Madrid"


jueves 12 mayo, 2016

Esta tarde hará el paseíllo en Las Ventas en una corrida de El Ventorrillo junto con “Morenito de Aranda” y Gonzalo Caballero

Esta tarde hará el paseíllo en Las Ventas en una corrida de El Ventorrillo junto con “Morenito de Aranda” y Gonzalo Caballero

NATALIA GIL 

El torero charro es consciente que de Madrid depende
todo. Conoce la dificultad que encierra el coso venteño pero se encuentra
totalmente preparado, con ganas de triunfar y que su carrera comience a levantar
el vuelo.

La pasada temporada toreaste trece festejos, ¿qué es
lo más positivo y lo más negativo que sacas como conclusión general?

Lo más positivo
son las sensaciones. Cuando pasa una temporada, creo que todos los toreros nos
vamos sintiendo un poquito mejor con el toro: mejor en ámbitos técnicos, en
ámbitos de sentimientos. Da mucha seguridad el ir avanzando cada tarde. Lo negativo
fue no tener suerte en la única oportunidad que tuve en una plaza que podía
tener relevancia como fue Madrid, no salieron las cosas y, en consecuencia, la
temporada fue corta. No pude pegar ese aldabonazo que tanta falta me hace.

¿Cómo te encuentras física y psicológicamente para
afrontar la temporada?

Me encuentro al
100%, yo no paro de entrenar. En ocasiones sí que me obligo a descansar en
octubre o noviembre, cuando se acaban las temporadas en torno a unos ocho o
diez días, desconectando un poco del toreo pero casi obligado porque como es lo
que más me gusta no me cuesta ningún sacrificio. Es lo que más me gusta y lo
que me llena. Tengo la suerte de que en México me salen corridas de toros y la
fortuna de torear allí hace que me mantenga activo todo el año. Eso es una ventaja
porque uno no desconecta, no deja de estar en contacto con los animales y creo
que es la manera de crecer como torero.

Inauguras el 2016 el próximo jueves 12 de mayo en
Las Ventas donde harás el paseíllo junto a «Morenito de Aranda” y Gonzalo Caballero
¿qué supone volver a Madrid tras tu actuación del año pasado?

Supone un reto
más que nada personal, un reto con uno mismo. Tenemos una prueba de «Morenito
de Aranda” que el año pasado triunfó y no le ha servido lo que debía: muchas
puertas más le tenían que haber abierto como se merece una Puerta Grande en
Madrid como fue la suya. Algo sí le ha servido, prueba de ello es que ha
entrado en varias ferias. Esa es la ilusión que tenemos todos: ir y poder
expresarnos en Madrid con un toro, que salga bien y pegar ese toque de atención
para entrar en las ferias y, sobretodo, para coger el camino que te ensalce
como figura del toreo, creo que es lo que todos soñamos.

De Madrid
depende todo. Recién tomada la alternativa tuve muchas oportunidades, que por
circunstancias, yo aproveché. Quizás no estaba lo suficientemente preparado o
quizás no embistieron los toros; sin echar la culpa a nadie más que a mí. Es
por lo que ahora estoy en un momento que mi único cartucho es Madrid. Estoy agradecido
que se me brinde esta oportunidad.

La ganadería que lidias es El Ventorillo, ¿lo has
toreado alguna vez? ¿Te acoplas a ellos?

He toreado un
cuatreño en un festival, en Alba de Tormes. Es la única vez que he matado algo
de El Ventorrillo. Pero he tenido la suerte de hacer mucho campo: he ido muchas
veces a tentar. Es una ganadería con muy buena base, una ganadería que la han
matado las figuras del toreo muchas veces y, cuando las matan, es por algo. Una
ganadería que ha propiciado triunfos importantes en plazas de primera. Aunque
hay que ser conscientes y saber cómo es el toro de Madrid: va fuera de tipo, demasiado
cuajado, demasiados kilos y no es fácil que embista. Pero es norma de la plaza
y nosotros tenemos que ir preparados para cuando uno dé opciones intentar
aprovecharlas.

¿Qué objetivos te gustaría alcanzar esta temporada?

El primero,
triunfar en Madrid el día 12. Ese es el principal y el que más me ronda la
cabeza, ya que es el que me podría dar ese toque de atención para entrar en
plazas y en otro tipo de carteles y poderme abrir puertas que tengo ahora mismo
muy cerradas. Sé que depende todo de esa tarde. Es verdaderamente bello tener
una tarde en la que puedas cambiar tu vida profesional y personal pero, a la
vez, es difícil saber que todo te lo juegas en diez minutos.