MADRID

Roca Rey confirma su futuro entre los grandes naturales de Talavante


viernes 13 mayo, 2016

Salió a hombros el peruano tras cortarle las dos orejas al sexto, siendo todo verdad; una oreja paseó Talavante del zambombo quinto y sin lucimiento anduvo Castella

Salió a hombros el peruano tras cortarle las dos orejas al sexto, siendo todo verdad; una oreja paseó Talavante del zambombo quinto y sin lucimiento anduvo Castella

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS
SÁNCHEZ OLMEDO

Llegaba el día más esperado de la Feria de San
Isidro este viernes 13 de mayo, pues confirmaba su alternativa el diestro
peruano Andrés Roca Rey en Las Ventas. Lo hacía con un encierro de Núñez del
Cuvillo como materia prima y con Sebastián Castella como padrino y Alejandro
Talavante como testigo.

«Tortolito”,
el primer toro de Cuvillo para la confirmación de alternativa de Roca Rey,
estaba gordo, bajo y largo y lo recibió el matador peruano a la verónica cuando
hincó los pitones en el ruedo y deslució el remate. Quitó Sebastián Castella
por chicuelinas en un espeluznante quite, respondiendo Roca Rey por saltilleras
antes de la confirmación de alternativa. Al Rey brindó el toro para irse a los
medios y cambiárselo por la espalda, finalizando con una arrucina ese inicio.
Larga fue la primera tanda a diestras ante un toro que se quedaba corto por
momentos. Cuando se lo cambió a la mano izquierda le costó hilvanar los
muletazos ante un toro que iba a menos, atacando por la espalda ante los
parones del animal. Una estocada puso fin a la labor.

No rompió el segundo en los
primeros tercios, sin embargo una extraordinaria lidia dejó el subalterno José
Chacón en los dos primeros tercios. Colocaba la cara y humillaba el astado
cuando brindó Castella a Su Majestad el Rey Juan Carlos. Por ayudados comenzó
en el tercio su labor Castella antes de que se viniera abajo el toro. Pero una
tanda por el derecho, conectó con el tendido. Se puso a protestar el tendido la
colocación de Castella, encunándose éste entre los pitones en los finales en un
toreo sin conexión. Sonó un aviso antes de entrar a matar. Fue silenciado.

Pegaba
derrotes a la salida del lance el tercero, que mostró falta de fuerza que
agravaron su situación y que ya en el caballo de Manuel Cid y en el capote de
Valentín Luján mostró flojedad. Inició faena en el tercio antes de dejar una
gran tanda al natural, que conectó perfectamente con el tendido gracias a que
le bajó la mano para que no le enganchase. Le faltaron finales al astado por el
derecho, por lo que volvió al mejor pitón Alejandro, pero no pudo más el
astado. Le faltaba casta. Pinchó en reiteradas ocasiones.

«Atrevido”
llevaba por nombre el cuarto, que le partió la vara a José Doblado en el tercio
de varas y no terminó de definirse en los primeros tercios. Se lo intentó sacar
Castella hacia las afueras, pero fue a menos el trasteo. Todo se puso a la
contra y entre silencios se despidió el francés.

Grandón
era el jabonero sucio quinto, un toro alto de cruz que le llegaba a la cabeza a
Talavante. Se le dio en varas e hizo que Trujillo sufriera un volteretón
afortunadamente sin consecuencias. No tenía gracia la embestida, por las nubes,
quedándose quieto Roca Rey en el quite por tafalleras y el remate con la
revolera. Poca entrega tuvo en el inicio de Talavante, que tuvo dos detalles de
gusto, pero daba cabezazos el astado, calamocheando y soltando la cara por
todos sitios. Tenía un punto de humillación en el inicio, pero inmediatamente
pegaba el derrote. Menos gustaba el pitón derecho, por el que lo probó sin
demasiado lucimiento, volviendo la cara el toro, pero regresó a la zurda y le
pegó una tanda que levantó los olés sentidos en el tendido. Le ganó la partida
al astado, pasándole cerquísima el de Mayalde, aguantando a la salida del
muletazo y gustándose muchísimo. Metió la espada hasta el fondo y le cortó la
oreja.

Más en
tipo fue el sexto, el segundo toro de la tarde con el hierro de Mayalde. Puso
toda la carne en el asador el peruano ante un animal que no se definió en los
primeros tercios pero que humilló en el quite de valor de Roca Rey. Lo lidió
bien Francisco Durán «Viruta” entre los buenos pares de Juan José Domínguez.
Espeluznante, tras el brindis al respetable, fue el inicio de faena de un Roca Rey
que tuvo toda la disposición del mundo y a milímetros estuvo para irse a la
enfermería. No escatimó en valor el jovencísimo torero, que fue a por todas en
las siguientes tandas demostrando que quiere y puede ser figura del toreo. Se
inventó las dos últimas tandas, aguantándole miradas, consintiendo la falta de
casta del animal. Valor seco y real del peruano. Un estoconazo puso fin a su
labor para arrancar las dos orejas.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de San Isidro, octava de abono. Corrida
de toros. Lleno de No hay billetes.

Cuatro
toros de Núñez del Cuvillo (primero, segundo, tercero y quinto) y dos del Conde
de Mayalde (cuarto y sexto). De nobleza sin vida el primero; docilón y con
voluntad el soso y feble segundo; descastado y sin gracia el tercero; codicioso
y bravo el incomprendido cuarto; bronco, correoso y gazapón el basto quinto;
áspero y bruto el castaño sexto.

Sebastián Castella (azul pavo y oro): Silencio
tras aviso y silencio tras aviso.

Alejandro Talavante (sangre de toro y oro):
Silencio y oreja.

Roca Rey, que confirma alternativa (verde hoja y oro):
Palmas y dos orejas.