LA CRÓNICA DE PLATA

La libertad lógica de Fernando Sánchez


sábado 14 mayo, 2016

A Fernando lo descubrió la gloria de pertenecer a una cuadrilla comandada por Javier Castaño, la independencia le hizo fuerte y, hoy, el poder de saberse grande entre los de plata le hace libre

A Fernando lo descubrió la gloria de pertenecer a una cuadrilla comandada por Javier Castaño, la independencia le hizo fuerte y, hoy, el poder de saberse grande entre los de plata le hace libre

JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: PALOMA AGUILAR

A
Fernando Sánchez nadie lo va a venir a descubrir y menos hoy: a Fernando lo
descubrió la gloria de pertenecer a una cuadrilla comandada por Javier Castaño,
la independencia le hizo fuerte y, hoy, el poder de saberse grande entre los de
plata le hace libre. Un par, tan sólo un par al segundo de la corrida, mereció
no sólo la ovación a su mérito, sino al de toda la cuadrilla. Esa es la grandeza
de un torero que se viste por los pies y que, hoy más que nunca, fue alma
gloriosa del toreo de plata en medio de una corrida descastada, sin clase ni
fondo de cuatro toros de Flor de Jara sin brillo y dos de San Martín sin remate
enclasado.

Picó al
primero de Ferando Robleño Francisco Javier González, un puyazo que cayó arriba
antes de que lo lidiara Raúl Ruiz, sacándolo bien del caballo y dejándoselo
perfecto en suerte a su matador. Ajuste tuvo el par primero de Jesús Romero,
pasando un momento de apuro en el tercero, pues echó la cara con saña el toro
arriba. El Legionario picó a un cuarto protestado, en el que el toro no iba y
trasera cayó la vara. No terminaba de humillar el toro en el peto, lidiándolo
Jesús Romero y poniendo pares Raúl Ruiz y Juan Cantora.

En el
segundo, primero del lote de Miguel Ángel Delgado, llegó uno de los candidatos
a proclamarse par de la Feria de manos de Fernando Sánchez, proponiendo
andandito, aguantando hasta el final y clavando en toda la cara. Sublime el
toledano. A ese lo picó Francisco Martínez, lo lidió José Luis López «Lipi” y
también recogió la ovación Curro Robles por sus dos pares. Ya en el quinto, al
que picó Tulio Salguero mientras el de San Martín echaba la cara arriba, Lipi
lo pareó templado.

Tuvo el
tercero de la corrida la virtud de tener buen son en el arranque, pero el
defecto de no querer pelea tras éste. Juan Antonio Carbonell cubrió el tercio
de varas, lidiándolo Vicente Varela de forma magistral y casi hiere a Azuquita,
aunque afortunadamente todo quedó en un mero susto. José María Expósito picó al
sexto, al que lidió Muñoz y parearon Varela y Azuquita, pero para entonces, la
lógica libertad de la tarde ya estaba en manos de Fernando Sánchez.