MADRID

La maldición del azulejo: Juan Pedro echa por tierra el día del patrón


domingo 15 mayo, 2016

Mala corrida el día en que descubrió la placa 2015 con hasta tres sobreros en el ruedo; impactante valor de Roca Rey, por encima de un Talavante sin opciones y un Posada que no vio el bravucón primero

Mala corrida el día en que descubrió la placa 2015 con hasta tres sobreros en el ruedo; impactante valor de Roca Rey, por encima de un Talavante sin opciones y un Posada que no vio el bravucón primero

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS
SÁNCHEZ OLMEDO

Acogía este domingo de Feria la plaza de toros
de Las Ventas una corrida de toros con el hierro de Juan Pedro Domecq entre un
gran ambiente por el clima de expectación de Talavante y Roca Rey ante su
actuación el pasado viernes. Posada Maravilla confirmaba alternativa.

Alto,
danzarín era el primero, toro de la confirmación de alternativa de Posada de Maravillas, con un
peso de 590 kilos. Desparpajo capotero mostró Juan Luis en el recibo capotero
del toro, gustándose mucho a la verónica ante la embestida derecha del de Juan
Pedro. Se salía de los vuelos del capote en el quite de Juan Luis, aunque no
salía excesivamente humillado pero sí tenía una constante nobleza. Tras la
ceremonia de confirmación, brindó el toro a Luis Álvarez para iniciarle faena
pudiéndole en las mismas rayas del tercio. En ese lugar intentó confinarle
faena el extremeño, ante un toro con casta pero sin entrega, que iba a una
altura baja, y al que no le costaba nada venir pero le costaba salirse de los
vuelos de la muleta. No acertó a espadas, sonando un aviso.

Detalles
capoteros dejó Talavante con el tercero, un toro que se quedó enganchado a la
pata del caballo que montaba Miguel Ángel Muñoz, afortunadamente sin
consecuencias mayores. Variado fue el quite de Roca Rey, pasándose el toro por
la espalda, quedándose con las zapatillas pegadas al suelo e intercambiando por
tafalleras. Echaba la cara un punto arriba en el tercio de banderillas,
brindando a Su Majestad el Rey. Con la pedresina inició su faena en el centro
del anillo, prosiguiendo su toreo con la mano izquierda, no cuajando esa tanda.
Rápidamente se fue a la mano diestra para intentar el lucimiento sin fruto. Era
pasador sin más el de Juan Pedro, sin transmitir nada, poniéndole el pecho
Talavante y la verdad en su colocación. Pinchó arriba en el primer encuentro
para dejar una entera fructífera a la segunda.

Se
movía el tercer toro en el capote de Roca Rey y en el caballo que montaba
Manuel Molina, protestando la presencia del toro en el ruedo el respetable tras
perder las manos en el tercio de varas. Tenía buen tranco el astado. Brindó al
Rey Juan Carlos el toro con estas palabras: «Majestad, usted siempre se merece
más que un brindis. Aprovechando esta oportunidad, lo invito a los 250 años de
la plaza de Acho”. Se la dejaba muerta con la derecha para que pasara el
astado, siendo capaz de trasladarle al toro el ritmo que en las primeras series
que no tenía. Suaves y largos eran los toques, no admitiendo toques fuertes el
astado, y prosiguiendo los engaños también en la segunda tanda. No subió el
trasteo al natural, poco a poco fue apagándose el astado. Sonó el aviso antes
de que entrara a matar el peruano, sabiendo resolver en la estocada.

No fue
el toro propicio para el triunfo un cuarto cinqueño, que fue a menos y pitado
en los dos primeros tercios. Le faltó ese final para que Talavante pudiera
conformarle un trasteo emotivo. Nada pudo hacer muleta en mano más que matarlo
con dignidad. 

Devueltos fueron el quinto y el quinto bis, de Juan Pedro, dándole el primero de ellos un fuerte volteretón a Roca Rey en un quite por saltilleras. Salió
adelante la lidia, por fin, del quinto tris, un sobrero de José Luis Marca que
debió cuidar toda la cuadrilla en demasía en los primeros tercios ya que no era
un toro sobrado de fuerzas. Con decisión se fue a los medios Andrés para
brindar al público una labor que comenzó en la misma raya del tercio, por
estatuarios. No tuvo fortuna con un astado aplomado, yendo a por la espada. Le dio un derrote en la barriga al entrar a
matar al toro.

Buena
hechura tenía el sexto, pero fue devuelto y sustituido por un sobrero de Conde
de Mayalde. Una nefasta lidia tuvo el astado, que brindó Posada a Su Majestad
el Rey don Juan Carlos. Con la muleta en la mano derecha comenzó su faena Posada,
tocando muy fuerte al de Mayalde, pero no fue posible el lucimiento. Arrojo de
valor con un estoconazo final.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de San Isidro, décima de abono. Corrida
de toros. Lleno en los tendidos.

Siete
toros de Juan Pedro Domecq, una escalera de presencia. Un sobrero de José Luis
Marca, quinto tris, y otro del Conde de Mayalde, sexto bis. Docilón y de
humillación sin vida el feble primero; de cierta calidad sin fondo el hermoso
segundo; con más fijeza y codicia que poder el humillador tercero; pasador sin
transmisión el noble cuarto; devuelto por inválido el quinto; igual el
escurrido quinto bis; inválido el quinto tris; masacrado en varas el poder y
boyantía del bravo sexto bis.

Alejandro Talavante (obispo y oro): Silencio y
silencio.

Roca Rey (caña y oro): palmas tras aviso y palmas.

Posada de Maravillas, que confirma alternativa
(marino y oro): Silencio tras aviso y silencio.