LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

`Técnicamente perfecto, pero torear no sabes´


martes 17 mayo, 2016

Un poema en veinticinco muletazos fue lo que Juan del Álamo expresó en el tercero para cortarle la oreja al de Pedraza; sin suerte un Escribano con altibajos y el valor ojedista de Juan Leal

`Técnicamente perfecto

JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Sonó a
grosero. Sonó a chulesco. Sonó a ordinario. Sonó a mala leche. Lo que te dijeron,
Juan, desde el alto tendido, fue lo que
la mayoría no pensábamos pero algún despenado al que en su casa su señora no le
deja ni rechistar se atrevió a rechinarte a ti, que más que tu futuro te
estabas jugando el bofe
. Y sí, es justa esta bola porque es la forma
perfecta de explicar que lo que allí se estaba gestando era un poema en
veinticinco muletazos. Me explico.

Juan
quiere ser el torero que Madrid quiere que sea. Y no porque eso conlleve
trastornar su personalidad, sino porque eso lleva incluida la Puerta Grande que
hoy tampoco tuvo dentro la caja hueca de Pedraza.
Porque el
rico tiene la excusa que al tieso le sobra para encontrar la gloria: l
o sabe y lo siente
el Del Álamo que se anuncia, lo quiere y lo puede el Juan que entrena a diario
y lo ama y lo vive el Jonathan de veinticuatro años que quiere a su novia y sale
de copas con sus colegas. Y la abrirá, seguro.

Para
él, escribir un poema en veinticinco muletazos seguramente no sea lo que hoy
hizo en Madrid. Espero que no duerma contento Juan porque a todos no convenció.
Y lo espero también porque la meta de los héroes históricos va más allá del
conformismo que siempre se sacia: hoy Del Álamo le escribió un poema más, en
veinticinco muletazos de Castilla, al libro de la vida con el que ha ido
cuajando su destino de héroe en potencia.
Eran las ocho y cinco de la tarde cuando el repujo de Robles, la legión maestra
de Viti y la chulería del Juan José al que brindó se fundieron para iniciarle
faena al Pedraza.

Hoy, que el poema no está de moda porque es
repipi es para amanerados, un torero que anda parsimonioso, ríe poco y muesca
mucho mostró el veneno que lleva en el alma cuajando en verso a ese tercero de
Pedraza
. Por
romances versó en la primera tanda, por liras se fue en una segunda de tez
relajada y cuerpo erguido, tercetos recitó en la siguiente y se fue por sonetos
en una última de catorce segundos. Todas por la diestra, que por la zurda no se
escribe derecho. Tenía ya veinte. Le faltaban las bernadinas del epílogo y el
plumazo final. Ese hizo el veinticinco que puso en sus manos el medio laurel.
El otro medio tendrá que esperar, pero llegará.

Quiso la
encina charra hacer un poema con veinticinco muletazos para fijarse en todos y
cada uno de los que le pidieron la oreja en la vuelta al ruedo. En todos.
To-dos. Los miró fijamente. Entonces estuvo segura Madrid de que cuando hay tanta verdad, el fruto tiene que
reventar por algún lado.
La excusa de Pedraza le valió a Juan como billete
único para conseguir el sueño a medias. Y ya van ocho…

El
Escribano que se fue a chiqueros no es ya el del «Datilero” que ansiaba todo:
es más. Y eso es lo bueno de la evolución, porque quiere el de Gerena repetir
junto a Taurodelta el medio centenar de festejos que Blanco le firmó en 2015, y
la única fórmula para alcanzarlo es arrimarse como un perro a los chiqueros
cada tarde. A pesar de que luego no se temple muleta en mano, como le ocurrió
en el cuarto, pero justifica sus tres tardes en mayo…

Por contra,
el bueno de Juan Leal contrarrestó su rostro de inocente con el miedo que al tendido
hizo pasar en el sexto, su cabellera de ángel bueno con el espeluznante
ojedismo entre los dos puñales de ese toro. Le queda por luchar al francés: lo
primero, para que su nombre no se olvide más allá de esta tarde. Por desgracia
hoy no puntuó, y o se rueda en las duras galas o le toca la lotería, lo repiten
y le sale bien en Madrid. Dios dirá.

¿De lo de Pedraza? Una corrida ni mala ni
buena: una corrida tonta.
El tercero dio lustre a la ganadería porque tuvo recorrido, prontitud
y bravura por el derecho, se venía de largo y cuando le obligó lo consintió.
Además tuvo durabilidad, pero fue fachada de la caballada que Uranga trajo con
el objeto de tapiar la carne de peto de hace un año.

Y es
que si mirásemos con piel de artistas lo que hoy ocurrió en Madrid, seguramente
a Juan no le hubiese gritado el tendido lo que le gritó. Aquello fue clavo ardiente sobre el corazón de un joven que no se cansa
de pegar y pegar por conseguir ir caminito de Alcalá bajo el cielo de Madrid
.
Llegará, Jonathan; hoy se quedó –y van ocho- a medias el Del Álamo más poeta.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las
Ventas. Tradicional corrida de la Prensa.Más de media entrada.

Seis toros de Pedraza
de Yeltes
: zambombo y largo el deslucido primero, pasador sin más el
segundo, bueno por el derecho el tercero, desfondado un cuarto que solo duró
una tanda, a menos el grandón quinto y tornado en peligroso a menos el
sexto.

Manuel Escribano,
palmas y silencio.

Juan del Álamo,
oreja con protestas y palmas.

Juan Leal, que
confirmaba su alternativa, silencio y palmas.