PLATA LE LEY

Tributo a un torero con mayúsculas


martes 24 mayo, 2016

Homenaje más que merecido de su cuadrilla, Mora se sintió más orgulloso que nunca de tener estos compañeros de viaje, una tarde que el de manzana y oro recordará para siempre, hoy tuvo el homenaje que se merecía. Enhorabuena, MAESTRO!!

Homenaje más que merecido de su cuadrilla, Mora se sintió más orgulloso que nunca de tener estos compañeros de viaje, una tarde que el de manzana y oro recordará para siempre, hoy tuvo el homenaje que se merecía. Enhorabuena, MAESTRO!!

PABLO LÓPEZ RIOBOO / FOTOGALERÍA: PALOMA AGUILAR

Si la tarde de hoy tenía un
protagonista ese era David Mora.
Trenzaban el paseíllo junto a él, dos toreros con sobrado crédito en Madrid,
pero como dijimos la tarde fue para Mora,
vestido de manzana y oro, cerraba un circulo y lo hizo tocando la gloria. Pero
además de el tributo que le quería regalar Madrid hubo otro lleno de honradez y torería, ese que le brindó una cuadrilla que
también dejó su huella, esa que homenajeó a su torero de la mejor manera, una
tarde en la que le imprimieron torería, gusto, raza…, en una palabra, VERDAD!!

Salió de chiqueros un animal
bravo, enclasado, un toro que convenció primero por su impecable y armónica
presentación y luego por su gran comportamiento durante toda la lidia. Esa
bravura la aprovechó Israel de Pedro para dejar un puyazo en todo lo alto, se arrancó ‘Malagueño’ toro con nombre célebre del encaste Albaserrada pero que esta vez corría por sus venas la sangre Núñez. Puyazo de los que contarán al
final de la feria por su colocación y medida vara, el bravo animal empujó con
celo y clase al peto. Ante tan dechado de bravura, Ángel Otero lo lidió con primor, le abrió los caminos, dejando un
capotazo al ralentí para colocar al animal en suerte. Suerte tuvo Pedro Calvo, suerte de ver venir un
animal con ese galopito, citó de largo, se enfrontiló y dejó dos pares con
importancia -mejor el primero-, ya solo quedaba que David hiciese rugir Madrid.

Y llegó el quinto, animal
feo, basto y fuera de hechuras, el cual no se dejó pegar en varas, molestó y
picó por dentro al capote de Pedro Calvo,
pero que no evitó que Ángel Otero le
dejara dos ‘parsotes’ -como dicen en la querida Colombia- que le valieron
saludar montera en mano. Tuvieron riesgo y verdad esos dos pares, el de Alcurrucén arreó de lo lindo. Torería
en el cite, verdad en el embroque, valor y precisión en la ejecución. Madrid
supo valorarlo en su justa medida.

Homenaje más que merecido de
su cuadrilla, Mora se sintió más
orgulloso que nunca de tener estos compañeros de viaje, una tarde que el de
manzana y oro recordará para siempre, hoy tuvo el homenaje que se merecía. Enhorabuena,
MAESTRO!!