JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: PALOMA AGUILAR
No
falló a Madrid Ángel Otero tampoco esta tarde. Después de una soberbia
actuación el pasado martes con la salida a hombros de David Mora, hoy volvió a
ser ovacionado en el primer escenario taurómaco del mundo también a las órdenes
del torero toledano. Fue en el segundo de la tarde, en una gran lidia de Pedro Calvo
y con su jefe de filas brindándose en todo momento a que se luciese su hombre
de plata. Bien también por David Mora.
No
quería caballo el primero de la tarde, un animal que arrolló literalmente a El
Fandi, algo que tras reponerse el torero no le impidió proseguir su faena.
Lidió a ese astado Diego Vicente mientras que, sin permitir que los subalternos
interviniesen casi, protagonizó el tercio de palitroques el propio matador.
José Manuel González picó al cuarto, un toro que metió riñones en su caballo
pero se fue desfondando paulatinamente en la lidia de Curro Jiménez y en la
muleta de El Fandi.
Picó
Mario Herrero al segundo de la tarde, con el que falló en el primer encuentro,
rectificando de forma delantera y mostrándose el animal informal en su pelea,
pero dejándose pegar más que su hermano anterior. Quitó López Simón por
chicuelinas ante la lidia de un Pedro Calvo que se topó con un toro bonachón.
Llegó entonces el gran momento en el que Ángel Otero fue ovacionado por dos
soberbios pares a ese toro luciéndose, reuniendo de forma perfecta y saliendo
con torería de la cara del de El Pilar. José María Tejero probó en segundo
lugar después de huir ante un toro que le hizo hilo. Israel de Pedro se encargó
del tercio de varas del quinto, que luego pareció dañarse.
Domingo
Siro también destacó en el tercero de la tarde, un toro que en banderillas le
esperó y ante el que dudó el torero, pero clavó con brillantez, al igual que en
el tercer par de ese toro. Jesús Arruga dejó un limpio par. Antes, picó a ese toro
Tito Sandoval, embistiendo el de Moisés Fraile con todo en el peto. Lo lidió
Vicente Osuna. Al sexto, al que capoteó Domingo Siro, lo picó Ángel Rivas
después de que clavara los pitones en la arena y se descordara. Al relance
ejecutó el tercio de varas del sobrero de Salvador Domecq, que perdía las manos
en el capote y en un eficaz par también de Arruga.
