LA CRÓNICA DE PLATA

Agallas entre el barro y la lluvia


sábado 28 mayo, 2016

Los auxiliadores volvieron a ser los incomprendidos entre la lluvia, el barro y la torrencial tormenta del sexto

Los auxiliadores volvieron a ser los incomprendidos entre la lluvia, el barro y la torrencial tormenta del sexto

JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: PALOMA AGUILAR

Salió a
hombros Galán cuando caía la monumental de agua sobre la capital este sábado de
feria la plaza de toros de Las Ventas la tercera corrida de rejones del ciclo.
A las siete en punto de la tarde hacían el paseíllo los portugueses Rui
Fernandes y Joao Moura junto al propio Sergio Galán en un encierro de toros de
José Benítez Cubero. Los auxiliadores volvieron a ser los incomprendidos entre
la lluvia, el barro y la torrencial tormenta del sexto. Entre pitos realizaron
su labor los subalternos una vez más en la capital taurómaca mundial.

Arriesgó
en el primero Rui Fernandes la embestida de un astado que se caía en el momento
del embroque, perdiendo las manos también en el capote de Joao Manuel da Silva.
Arriesgadísimo fue el inicio de lidia de Rui Fernandes ante el cuarto de
Pallarés y los capotes atentos del propio Da Silva y su compañero Duarte
Alegrete fueron claves para que el arreón inicial del toro no fuese a más.

No fue
fácil tampoco de salida el segundo, un toro al que Sergio Galán recibió con
«Descarado” y quiso apostar para irse a buscarlo de salida junto con la
plata de Valentín Ruiz y César Martín. También los mismos toreros de plata
destacaron ante el toro de la puerta grande del rejoneador conquense, sobre
todo tras los muletazos a caballo en el mismo centro del ruedo en el inicio de
faena dejó Sergio.

Para evitar querencias
le dejó un buen rejón de castigo Joao Moura al tercero de la tarde, un astado
que se iba de la montura y nada quería saber de ella, y ahí estuvieron los
toreros de plata para auxiliar su labor en ese inicio. Fueron Benito Moura,
Diogo Miguel Oliveira y José Miguel Ferreira los encargados de ello también con
un cierraplaza con el que tuvieron que pechar a pesar del barrizal. Comenzó el público a abandonar
el tendido entre el mérito del joven de los Moura, clavando y cambiando de
pista a pesar de las arduas condiciones climatológicas y de la actuación de una
cuadrilla siempre atenta a las necesidades del caballero luso.