SANLÚCAR DE BARRAMEDA (CÁDIZ)

En competencia directa


domingo 29 mayo, 2016

Se encumbró entre figuras el peruano, que paseó los máximos trofeos de tercero y sexto; dos se llevó al esportón Talavante y tres un Juli que regaló el sobrero para rematar una tarde gran competencia

Se encumbró entre figuras el peruano, que paseó los máximos trofeos de tercero y sexto; dos se llevó al esportón Talavante y tres un Juli que regaló el sobrero para rematar una tarde gran competencia

PABLO LÓPEZ RIOBOO

Acogía
este domingo la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda una corrida de
toros de la máxima expectación con dos figuras del toreo, El Juli y Alejandro Talavante
y un jovencísimo espada que desde que tomara la alternativa ha dado sobrados
argumentos para ser una futurible figura del torero, Andrés Roca Rey. Juntos a
ellos, en el cartel se anunciaban toros de Torrealta.

Competencia,
esa palabra que tanto se nos llena la boca a los taurinos y aficionados. Hoy en
Sanlúcar tres generaciones de toreros compitieron de verdad en una tarde de gran compromiso. Juli
no se dejó ganar nunca la pelea, sacó a relucir su raza para contrarrestar
primero el triunfo del joven peruano y luego viendo que se iba andando regaló
el sobrero para cerrar con broche de oro la tarde. Competencia que Talavante aceptó desde que trenzó el paseíllo, esa
misma que le hizo jugarse la vida con un quinto áspero y probón. Ha pasado ya
el tiempo en el que el extremeño tenía la sangre de horchata, hoy más que nunca
es consciente del terreno que pisa, da igual que sean movedizas, es su momento,
hoy compitió, y al igual que Juli no dejó que un joven imberbe le mojara la
oreja. Ese joven imberbe que hoy volvió a apostar por ser fiel a un estilo, no
se amedrentó ante los dos gallos que le abrían cartel, sincero, siempre con el
valor como carta de presentación volvió a dar la cara, hoy subió otro peldaño
más en su consolidación como futurible figura del toreo. Todos intervinieron en quites para hacer quizás más grande esa competencia, por chicuelinas, tafalleras, gaoneras… todo vale cuando se hace con verdad.

Tiró de raza y oficio Julián para meter en la
muleta al primero de la tarde. Tuvo ante sí el madrileño un animal nada fácil,
un toro con movilidad pero escasa entrega. Esa movilidad la aprovechó para
enjaretarle un quite por chicuelinas que llegó mucho al público. Decir que Juli es un torero poderoso no es nada nuevo, imprimió ese poder en una faena en
la que sometió al animal, exigiéndole y aliviándolo cuando fue necesario.  Tenía el animal a virtud de la nobleza y la
movilidad, pero le faltaba entrega. El Juli tapó los defectos del toro y
acrecentó sus virtudes. Oreja en el primero de la tarde.

Pinchó Julián una faena de poder y mando ante
el cambiante e irregular cuarto. Salió como un ciclón para dejar claro que no
se iba a dejar ganar la pelea por Roca Rey, ese rabo espoleó aun más al torero madrileño. Tuvo virtudes el toro en los primeros
tercios, pero en la muleta se puso incómodo. Firme anduvo Julián, tragó tela el
madrileño en una faena de pundonor, raza y fases de gran temple. Entendió a la
perfección lo que requería el animal para dejar una faena maciza. El mal uso de
los aceros dejó el triunfo en una sonora y cálida ovación.

Viendo que sus dos compañeros iban a salir en
hombros, y que había pinchado una faena de triunfo pidió el sobrero. Un toro
con el que pudo soltarse a la verónica y dejar lances que
fueron del gusto del respetable, el quite tuvo ajuste e importancia ante un animal que no venia metido en el percal. La faena tuvo dos apartados, uno primero en el
que toreó a favor del de Torrealta y otra segunda en la que le exigió. El toro al igual que sus hermanos careció de raza, tuvo movilidad, pero
si no va acompañada de clase de poco vale. Quería el madrileño salir a hombros,
por ello realizó como en sus dos toros anteriores una faena de sincera entrega, con fases
de buen toreo y otras en las que ese toreo no fluyó debido a la rebrincada y descompuesta
embestida. Ahora sí enterró la espada a la primera y cortó el doble trofeo.

Realizó Talavante una faena de guante de seda
ante el enclasado y noble primero. Meció con pulso a la verónica a un Torrealta
muy justo de fuerza. La faena tuvo la virtud del pulso y suavidad, el animal la
tomaba con celo pero su poca fuerza lo lastró, cierto es que el depósito de la
casta no estaba lleno, pero esa merma física hacia que no se le pudiera obligar
y bajar los engaños.. Naturales despaciosos, derechazos con gusto, los remates
tuvieron sabor. Faena medida ante un toro a menos que protestó soltando la cara
en los compases finales de la faena. Salió a saludar Talavante  tras no concederle la oreja el presidente.

Talavante
atraviesa un momento de madurez absoluto. Ante el quinto, otro animal exento de
clase y de embestida cambiante fue capaz de ahormar faena. Saludó en
Banderillas Trujillo por otro tercio de banderillas marca de la casa ante un
toro que apretaba siempre hacia tablas. Encajó los pies en el albero, citó al
animal, y tras varias tandas de tanteo el extremeño pasó a la acción, se dejó
de torear para el toro y le empezó a exigir. El de Torrealta topaba más que embestía,
siempre soltando la cara, pero Talavante le cogió pronto el aire. Tandas por
ambos pitones, siempre llevándose el toro detrás de la cadera, temple
exquisito. Crujió la plaza cuando se echó la muleta a la zurda, fue sólo una
tanda, pero el temple con el que volaron los naturales ante un toro de esa
condición hay que destacarlos. Por el lado derecho el animal se tragó los
derechazos, siempre a regañadientes, todo lo puso Talavante. Cerró la faena por
ajustadas manoletinas, eso unido a la estocada final pusieron en sus manos el
doble trofeo.

Formó
un auténtico lío Roca Rey en el tercero de la tarde, un animal con movilidad
pero exento de clase. Lo cuajó con el capote, primero por verónicas, para más
tarde ejecutar un ajustadísimo quite por Tafalleras y Gaoneras. Inició la faena
por estatuarios, templó las desclasadas embestidas del castaño tercero para
realizar una labor de mando, temple, quietud y valor ante un animal nada fácil.
El peruano tiene la moneda y va camino de cambiarla. Hoy en Sanlúcar tuvo la
cabeza fría y la mente despejada para dejar pasajes de gran importancia. La
faena tuvo su punto álgido en las postrimerías de la misma , se dejó llegar una
enormidad al animal, eso unido a una gran estocada pusieron en sus manos las
dos orejas y el rabo del de Torrealta.

Si
la actuación en el tercero tuvo el guion del valor y la entrega, lo mejor de su
toreo lo vimos en el sexto. Un toro de Torrealta de gran clase y calidad que
dejó al peruano romperse en una faena rotunda, madura y de gran temple. Recibió
al animal entremezclando delantales y chicuelinas, para luego dejar un quite
por Gaoneras de gran verdad. C
cuajó al gran Torrealta de pitón a rabo en
series de toreo cadencioso, temple y naturalidad. Se vio a gusto al torero
peruano, las series tuvieron largura, fino trazo y medida. Gran pitón derecho
del animal, ese que aprovechó Andrés para volver a dar un puñetazo en la mesa y
seguir demostrando por qué está compitiendo con las figuras. Por el izquierdo
le costaba desplazarse al animal, en uno de los naturales soltó la cara y
golpeó feamente al torero -sin consecuencias graves-, pero siguió sin mirarse
Andrés como si no hubiera pasado nada. Puso fin a su faena acortando las
distancias, el público muy metido en la faena se puso en pie al grito de ¡torero,
torero! había formado un ‘tangai’ al cierraplaza. Tras una gran estocada le
fueron concedidos los máximos trofeos, así como la vuelta al ruedo para
‘Legionario’, gran toro de clase de Torrealta.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Sanlúcar de Barrameda. Corrida de toros. Lleno aparente en tarde
soleada y con algunas rachas de viento.

Siete toros de Torrealta, correctos de presentación, con
movilidad y nobleza, pero desrazados y desclasados en líneas generales, salvo el gran sexto de
nombre ‘Legionario’ premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

El Juli (Verde botella y oro): Oreja,
ovación y dos orejas en el de regalo. 

Alejandro Talavante (Azul marino y oro):
Ovación y dos orejas. 

Andrés Roca Rey (Caña y oro): Dos orejas
y rabo y dos orejas y rabo. 

 

INDICENCIAS

Se guardó un minuto de silencio en la memoria de
Pepe Limeno

Juan José Trujillo de desmonteró en el 5to de la
tarde