NATALIA GIL
Este año se
cumple el vigésimo aniversario desde que Andy
Cartagena comenzara como rejoneador. Aquel niño que, con tal solo 16 años,
debutó en público el 25 de junio de 1996 nunca se olvidó de su apellido: «fue
una responsabilidad muy grande por todo lo que mi tío había levantado con este
apellido. Mi mayor deseo era estar a la altura”.
Tras la trágica muerte
de su tío, el rejoneador Ginés Cartagena, el pequeño de la familia quiso seguir
sus pasos. A su disposición quedaba la cuadra que, de un día para otro, quedó
sin jinete para salir a torear. «Guitarra”, «Polvorilla”, «Americano” fueron
algunos de los grandes caballos con los que el pequeño Cartagena comenzó a
pisar los ruedos: «si ya era una enorme responsabilidad llevar el apellido Cartagena más
lo era salir a torear con su cuadra. No podía permitir bajar el nivel que mi
tío se había ganado, solo pensaba en mantenerlo y aumentarlo cuando fuera
posible”.
Han transcurrido
veinte años desde aquel recuerdo. Durante toda su trayectoria profesional Andy se ha mantenido en la cúspide del
rejoneo, no es tarea fácil pero su ilusión por esta bella profesión le allanan
el camino: «cada día me levanto muy ilusionado por montar mis caballos, por buscar
otros nuevos que encajen con mi forma de torear. Me interesan esos caballos que
den un pasito más, los que aporten en mi carrera. Cada mañana es una nueva
oportunidad para encontrarlo”.
Esa admiración y
ese respeto por el compañero que cada tarde le acompaña a conseguir el triunfo
es clave en su forma de torear. Su gran «Pericalvo” le regala tardes de gloria
y por ello decidió continuar la saga de caballos toreros: «Cupido es un caballo nuevo que
he debutado este año, hijo de Pericalvo. Se parece mucho a su padre tanto en la
capa como en la personalidad, es muy eléctrico. Muchas veces cuando me monto en
él creo que voy en Pericalvo. Transmite mucha pureza en banderillas, siempre a
pitón contrario. Tan sólo ha toreado en tres ocasiones pero se está
desarrollando muy bien y creo que puede ser uno de los caballos más importantes
de mi cuadra”. Otra joven promesa es Jinocente: «hijo de Fandi, de último tercio.
Me deja llegar muy bien a los toros.”
Sueña con el
caballo perfecto, aquel que le guste torear, que vaya con agrado a la cara del
toro unido a una gran belleza, elasticidad y fuerza. Es consciente que se están
pisando terrenos muy comprometidos y se exige un nivel muy alto. Cada año sueña
con encontrar esos caballos toreros en su yeguada, bautizada con su propio
nombre: «se formó con yeguas lusitanas y con mis caballos de torear. Poco a
poco se van viendo los resultados. Cuco, Maravilla, Gorrión, Bisbal, Elvis son
algunos que ya van marcados con mi hierro. Este año tengo a Cupido y Jinocente
y, más adelante, sacaré a Apolo. Intento buscar una línea de caballos con mucha
personalidad y que sean de mi propio estilo”.
Andy Cartagena reúne las grandes cualidades en su carrera: ilusión
y caballos toreros. Una unión perfecta para que se aprecien los buenos
resultados y, como no podía ser de otra manera, así está siendo. Abrió la
temporada en Castellón cortando una oreja: «se ha empezado muy bien la temporada. En Castellón
corté una oreja en una corrida de seis rejoneadores, en La Palma me llevé
cuatro orejas y un rabo. Me hacía verdadera ilusión torear en la Feria de
Fallas en Valencia y abrí la puerta grande”.
Está atravesando
un momento de plenitud y había que celebrarlo de una manera especial. El pasado
1 de mayo se encerró con seis toros de Passanha en Palavas (Francia) cortando
seis orejas: «me lo ofrecieron por cumplir este año veinte temporadas como
rejoneador y no dudé en aceptarlo. Hizo una tarde fría y airosa pero no
consiguieron estropear la faena. Tenía miedo por si la tarde me iba a pesar
pero terminó siendo lo contrario, estaba bastante fresco y disfruté muchísimo. El
público se fue muy satisfecho y me llené de ilusión”.
Lleva la
temporada cargada de triunfos hasta el momento, acartelándose en plazas
importantes. Madrid no podía ser menos, este sábado 7 de mayo Andy Cartagena volverá
a Las Ventas tras no haber toreado el año pasado: «regreso a Madrid con mucha ilusión.
Siempre se me ha dado bien y la gente me ha acogido con mucho cariño por lo que
nunca he escatimado en esfuerzo. Estoy loco porque llegue, con inquietudes del
momento y deseando que salga bien”.
Andy Cartagena sabe sacar lo más bello de su profesión: el saber
disfrutarlo, y este año persigue esa meta: «quiero disfrutar cada tarde del momento en
que me encuentro y de mis caballos, ver cómo desarrollan su aprendizaje en las
plazas es una gran satisfacción. Nunca bajando la guardia porque también me
gusta competir con todos mis compañeros y sacar todo lo que tengo para que la
afición siempre salga contenta de verme torear”.
