MADRID

Toreo y sangre de Serna, oreja Juan Miguel


domingo 12 junio, 2016

Un cornalón se llevó el sevillano en el sexto al entrar a matar, un puntazo recibió Guillermo Valencia en el quinto y una oreja paseó del buen cuarto Juan Miguel. Excelente novillada de Guadaira; todos los novillos con opciones.

Un cornalón se llevó el sevillano en el sexto al entrar a matar, un puntazo recibió Guillermo Valencia en el quinto y una oreja paseó del buen cuarto Juan Miguel. Excelente novillada de Guadaira; todos los novillos con opciones.

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ
OLMEDO

Se presentaba el novillero sevillano Rafael
Serna esta tarde en Madrid como uno de los punteros del escalafón menor y tras
haber destacado en la Real Maestranza de Sevilla. Lo hacía junto a dos
compañeros como Juan Miguel y Guillermo Valencia ante una novillada de Guadaira
que hace tan sólo siete días, precisamente en el Baratillo, lidió varios
novillos de ensueño.

En tafalleras se
convirtieron pronto las verónicas del saludo de Juan Miguel al primero,
distraído de salida pero humillado en los embroques del garboso recibo.
Protestó en el caballo el animal, que se vino largo a los medios, donde le
esperaba con la muleta Juan Miguel. Lo pasó y lo pasó el chaval, acomodado al
ritmo del castaño en ocasiones, trompicado en otras, pero siempre con tanta
decisión como poco gobierno. Faena a menos que se premió con ovación.

Con una larga de
rodillas en el tercio saludó Guillermo Valencia al apretado segundo, con menos
perfil pero más cuajo. Brilló el colombiano en el manojo de verónicas que le
ganaron el paso hasta los medios. También lo hizo Rafael Serna en el quite por
el mismo palo, donde ya esperó mucho más el de Guadaira. También este se
arrancó con prontitud en los estatuarios del novillero, que le quiso asentar la
planta muy pronto con la diestra, soportando el punteo final en el trapo. Más
embarullado al natural, donde dejó algún muletazo suelto sin ligazón. A menos
el final de faena, con desarme a destiempo y un mal manejó de la espada ante el
manejable novillo, que dejaron en silencio tras aviso la valoración.

El castaño tercero,
escandaloso de pitones, salió abanto de telas y renuente a los embroques con
Serna, que se limitó a lidiar por abajo. Largo se arrancó al penco y a oleadas
en el quite por gaoneras de Juan Miguel. Serenidad y frescura tuvieron los
doblones de Rafa Serna en el inicio, en línea y con temple. Estructuró
perfectamente el sevillano en el novillo de su presentación, y supo muñequear
con sutilidad para imponerse al geniecito de un animal que, sin embargo, tenía
voluntad para tomar el trapo hasta que llegó la imposición. Tuvieron sabor los
ayudados del final, pero en los dos pinchazos previos se dejó cualquier premio.
Silencio tras aviso.

Un gran pitón
izquierdo mostró el cuarto desde que salió, y embistió repitiendo en las
verónicas con que lo recibió Juan Miguel. Gran puyazo el primero de Israel de
Pedro, que tenía picado al toro un metro antes de llegar al peto.
Extraordinario de calidad y clase fue el novillo de Guadaira, que le humilló despacio
las embestidas para que lo torease a placer. Pero le faltó gracia a un
voluntarioso Juan Miguel, que manejó con soltura la mano izquierda, aunque le
faltó brillo para redondear la faena. Tuvo el suficiente para irse con una
oreja de un lote de tres.

Solvente fue el recibo
de Valencia al quinto, que se movió y repitió hasta la larga cambiada de
rodillas que sirvió de remate. Tuvo transmisión el de Guadaira en la muleta,
pero tuvo dos problemas el colombiano muleta en mano: uno de temple y el otro
de colocación. Porque lució valor para pasarse cerca la embestida, pero no
mando para vaciarla en el lugar correcto ni pulso para que no le puntease, y
así se le fue el trasteo. Se tiró con rectitud a matar y allí lo tiró al aire
el animal, propinándole un puntazo en el bajo vientre. Mató Guillermo al de
Guadaira para escuchar silencio tras aviso.

La continua tendencia
a salir suelto del sexto deslució el saludo a la verónica de Rafa Serna, que sí
pudo brillar, sin embargo, en el quite por chicuelinas. Pero fue con la muleta
cuando el sevillano sacó el toreo caro, la serenidad y la compostura para asentarse
en Madrid. Supo darle tiempos y aplicarle pulso al de Guadaira para soplarle
naturales lentos y macizos, sin ligazón por la falta de repetición del utrero.
Soberbios fueron a pies juntos en el final de faena, antes de que, al entrar a
matar, el novillo le metiese el pitón en el muslo de un certero derrote. La
ovación que le tributó Madrid la recogió la cuadrilla.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Novillada con
picadores estival.

Novillos deGuadaira,pronto,
alegre y repetidor el buen primero, manejable aunque de cara suelta el
segundo,con transmisión y cierto genio el manejable castaño
tercero,de gran clase, repetición y tranco el extraordinario cuarto,
ovacionado,repetidor y con transmisión y cierto genio el aprovechable
quinto, obediente y humillado sin repetición el sexto.

Juan Miguel, ovación y oreja.

Guillermo Valencia, silencio y silencio
tras aviso.

Rafael Serna, silencio tras aviso y ovación
recogida por la cuadrilla.