ENTREVISTA

López Simón: “Estoy feliz, pero soy consciente de que hay que mejorar muchas cosas”


jueves 2 junio, 2016

El día después, atiende a CULTORO para narrar las sensaciones previas y posteriores al hito de salir en hombros de Madrid por cuarta vez en su carrera

El día después, atiende a CULTORO para narrar las sensaciones previas y posteriores al hito de salir en hombros de Madrid por cuarta vez en su carrera

JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Es el día después. A López Simón se le
removió por cuarta vez en su vida el alma hace veinte horas, cuando en
parihuelas lo llevaban caminito de Alcalá junto a José María Manzanares. Aún no
se ha percatado la Fiesta de lo importante de la Beneficencia de 2016. No sabe
que verá y repetirá y nunca se cansará de ver de nuevo en los arduos inviernos
sin festejos las faenas de una tarde para la historia. La que construyó Alberto
junto a Josemari. La que supo hacer creer a Madrid frente a un victoriano al
que desorejó haciendo de su motor sin clase, humillación madura. Como el toreo
que esta temporada profesa. Ya no es el López Simón que toreaba para ser, sino
el Alberto que es para torear…

Alberto, horas después de esa Puerta Grande
madrileña, ¿cómo se encuentra tu mente, cómo se encuentra tu cuerpo después de
la voltereta pero sobre todo cómo se encuentra tu alma, que fue de la que
disfrutó Madrid?

La
verdad que cuando uno triunfa y siente el calor de esa plaza tan especial, uno
siempre es feliz y está contento, pero hay que ser consciente de que hay que
seguir trabajando mucho y mejorando muchas cosas.

¿Cómo han sido los días previos a esta
corrida de la Beneficencia sabiendo que venías de dos tardes en las que Madrid
confió en ti pero las circunstancias no lo permitieron?

Las
horas previas fueron duras. Desde el 2 de octubre del año pasado, soñaba con
volver a Madrid, con reencontrarme con su afición. Cuando tienes todas las
ilusiones puestas, por los motivos que sean, uno siente cierta decepción y un
poco de frustración. Conseguí esta última tarde poder reencontrarme con su
afición, con ese calor de Madrid, algo muy bonito y especial. Volver a sentir
Madrid es totalmente distinto a cualquier otra plaza.

¿Concibes que hace un año la presión era
distinta a la de hace unas semanas? ¿Sientes que lo peor –o el esfuerzo mayor-
ha pasado y ahora sólo queda disfrutar del camino a través de la lucha?

Me
intento entregar cada tarde que piso una plaza de toros siempre con la
intención de exponer con máxima pureza en cada cite, en cada embroque y en cada
muletazo.

Ahora tienes doble cita en Pamplona, como
también la tendrá Roca Rey, ¿cómo te enfrentas a este compromiso crucial?

La
verdad que lo afronto como cualquier tarde, con una máxima responsabilidad y
una máxima entrega porque cada tarde que hago el paseíllo dos toros entregan su
vida. Lo más ético es poner en juego la tuya para crear una obra en la medida
de los posible. En cuanto a la presencia de los demás compañeros no me influye
en nada, me dan exactamente igual las tardes que vayan los demás compañeros
porque no me afecta en mi forma de afrontar el compromiso. Ir dos tardes a la
Feria del Toro es algo muy bonito para mí, porque sé que son difíciles dos
tardes en Pamplona y nada es regalado. El año pasado pude triunfar y cortar
tres orejas, por lo que estoy muy agradecido a la Comisión por poder estar en
una Feria con tanta importancia dos tardes. También estoy contento por la
temporada que está programada porque hay grandes compromisos en prácticamente
todas las Ferias y en grandes carteles.

Más allá de los compromisos próximos y la
estructura de tu temporada, muchos jóvenes se identifican contigo precisamente
por ser la alegría joven que necesitaba la conexión con el aficionado joven,
¿lo sientes así?

No sé
si soy el ejemplo de muchos jóvenes, pero si es así estoy orgulloso de ello y
contento de que sea así. La verdad que tampoco quiero que la responsabilidad
caiga sobre mí… pero si es así intentaré cada día entregarme más en los
entrenamientos y en la plaza para poder dar lo mejor de mí y no defraudar a la
gente.