COLMENAR VIEJO (MADRID)

Ricardo de Santiago, triunfador del I certamen de tentaderos “Ginés Bartolomé”


viernes 1 julio, 2016

Certamen celebrado en la plaza de toros de Colmenar Viejo tras la presentación de carteles de la Feria de los Remedios 2016

Certamen celebrado en la plaza de toros de Colmenar Viejo tras la presentación de carteles de la Feria de los Remedios 2016

MARCO
A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Ricardo de Santiago resultó esta noche triunfador del I certamen de tentaderos «Ginés
Bartolomé”, celebrado en la plaza de toros de Colmenar Viejo tras la
presentación de carteles de la Feria de los Remedios 2016.

Abrió
plaza Ricardo de Santiago, tercer clasificado para acceder a esta final del I
Certamen de Tentaderos Ginés Bartolomé. El mexicano se enfrentó a una codiciosa
colorada de Ángel Luis Peña, con más voluntad y calidad que fuerza, que le tomó
los trastos con obediencia y se rebozó en los engaños. Tardó el chaval en
cogerle el pulso, pero dejó momentos de brillantez con la mano izquierda, más
compuesto que ajustado, pero siempre metido, cuajando una labor bien
estructurada.

Fue
para Víctor Hernández, de la Escuela de Guadalajara, el segundo turno, con una
becerra de buen ritmo y humillada actitud. Brilló Víctor en el quite por
asentadas gaoneras, bien rematadas con la revolera y una brionesa garboso al
repetirle la becerra. Tuvo clase el animal, y le cogió pulso y altura por
momentos Hernández, los más brillantes, que tuvieron el cénit en un par de
series de naturales de buen trazo. Pinturería en los remates, dio más impresión
de seguridad en el oficio que de inspiración, pero dejó un trasteo bien armado
que tuvo hasta cante desde el tendido.

Humillador
y codiciosa fue la colorada tercera, que siempre quiso seguir los vuelos del
capote de Leandro en brega por abajo para colocarla al caballo. Emotivo fue el
quite que protagonizó Leandro junto a Ricardo de Santiago toreando al alimón por
chicuelinas. De rodillas comenzó el trasteo el americano, con la becerra
derramando clase por abajo. Supo Leandro dejársela puesta siempre para que
repitiese con boyantía la colorada, que exigió siempre temple y fue soberbia
cuando se lo dieron. Lució al natural el chaval, y dejó momentos de gran
brillantez, tocando y pulseando para acoplarse a la brava embestida. A más fue
en la entrega y en la embestida la vaca, brava, codiciosa y boyante. Tanto que
en ocasiones desbordó la sabiduría del chaval. De rodillas concluyó la labor
por manoletinas, pagando el precio de la bravura con una voltereta, pero
dejando patente su actitud.

Al
final, y según el jurado, fue Ricardo de Santiago el triunfador del certamen,
seguido de Víctor Hernández y Leandro en tercera posición.