ENTREVISTA

Ambel Posada: “Un día opté por el camino de la dignidad y así celebro mis diez años de alternativa”


jueves 14 julio, 2016

Ambel Posada cumplió ayer una década como matador de toros; ahora, feliz, sigue toreando los festejos que considera dignos, se dedica a su negocio y está muy cerca de su hermano, Posada de Maravillas

Ambel Posada cumplió ayer una década como matador de toros; ahora, feliz, sigue toreando los festejos que considera dignos, se dedica a su negocio y está muy cerca de su hermano, Posada de Maravillas

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Ambel Posada cumplió ayer una década como
matador de toros. Su sueño lo consiguió en Pamplona, el 13 de julio de 2006, en
una tarde que marcará su historia personal y la de San Fermín, por tratarse de
una alternativa en un escenario tan particular. Desde entonces, su carrera de
oro no tomó el vuelo esperado, por lo que decidió emprender el camino de la
ingeniería agrícola y montar su propio despacho. Ahora, feliz, sigue toreando
los festejos que considera dignos y está muy cerca de su hermano, Posada de
Maravillas. Hablamos con Santiago.

¿Cómo fue aquel día? ¿Cómo recuerdas tu
ceremonia de alternativa?

Fue un
día muy bonito, aunque difícil y duro també. Tomar la alternativa en Pamplona
no es fácil. Hacía mucho tiempo que no se daba una alternativa en Pamplona y
fue algo bonito. Recuerdo que fue una fecha histórica para mí, para toda mi
vida.

Sois una saga de toreros importantísima,
¿cómo fue tu carrera como novillero desde aquel 2003 que debutaste hasta esa
cita?

Soy el
quinto matador de toros de la dinastía Posada. Un tío de mi abuelo también tomó
la alternativa en Pamplona en 1913. Era un poco rememorar aquello. Al principio
me costó asimilarlo, porque era una fecha fuerte, pero luego dije que no, que
la tomaba. Lo recuerdo como un día precioso, de los días más intensos de mi
vida pero de los más bonitos.

En cuanto a esos primeros años de matador de
toros, ¿cómo recuerdas la lucha?

Fueron
años de lucha muy fuerte. En 2006 tomé la alternativa, al año siguiente me
pusieron en Fallas, corté una oreja y entré en San Isidro. No fue una tarde de
triunfo fuerte, pero cuajé al toro de mi confirmación de capote. Me lo echaron
para atrás, era extraordinario, pero el destino viene así y no sabes por qué.
Ese año toreé 15 corridas de toros. Fueron años de aprendizaje, muy duros, de
disfrutar y aprender lo que es el toreo.

En esta última etapa, y desde aquella inclusión
en la Feria de tu tierra, de Badajoz, ¿qué ha sido de Ambel Posada?

La
verdad que empezaron los carteles a cerrarse por la crisis, a dar menos ferias
en plazas de tercera, dar menos acceso a los jóvenes. Toreaba todo tipo de
corridas dignas, pero llegó un momento en el que me faltaron el respeto profesional,
corridas de toros que no se podían matar, una cuantía por la que no se podía
ir. Opté por el camino de la dignidad, optando por las corridas que yo creía
que eran interesantes. Decidí ir sacando mi carrera universitaria, monté una consultoría
agraria y ahora mismo llevo una ganadería de manso. Me reinventé, que es la
nueva palabra de la crisis. Voy llevando con mucha profesionalidad y honradez
mi vida, luchando.

Supongo que ese instinto torero no lo dejas
de lado nunca…

Ni
mucho menos. Esta mañana incluso me han llamado para un festival. Eso siempre
lo llevas ahí. Yo he mamado el toreo, llevo desde los 10 años toreando, mi
hermano pequeño es torero, un primo banderillero y al final estás ahí. Al final
no quiero no estar. Todos los días echo un rato a mis negocios y por la tarde
entrenando. Físicamente siempre estoy preparado, todos los años hago mis 25
tentaderos… adaptándome a las circunstancias de cómo está el toreo ahora mismo.

¿Cómo ves a tu hermano tras esa confirmación
en Madrid?

Es un torero
con condiciones muy buenas, distinto, especial, que en otra época se le hubiera
cuidado mucho más que en esta. Ahora la pena es que todo va rápido, que en unos
minutos depende un futuro incierto y no depende de ti, sino de circunstancias.
Todo depende de unas cosas y al final de ti no todo depende. Sólo hay que
esperar que llegue el momento que tiene que llegarle, que cuaje un toro y
vuelva a salir lanzado.

En cuanto a esa confirmación en Madrid, ¿cómo
lo viste? ¿Cómo sigues su carrera junto a su apoderado Luis Álvarez?

Yo intento
aportarle lo poco que sé o aprendí, se lo intento decir y transmitir. Intento
transmitirle la tranquilidad, la madurez, que cuando tienes 21 años no ves las
cosas con madurez plena. Le exijo como hermano, con cariño y transmitiéndolo lo
que a mí me han enseñado. En Madrid no valió la corrida, y ahora mismo las
condiciones están muy restringidas tras ese triunfo, por lo que habrá que
seguir luchando. Hay que seguir peleando, esto se trata de una pelea diaria.

No sé qué punto de relación tenías con Víctor
Barrio, pero como matador de toros, ¿cómo has vivido la tragedia?

Es muy
duro. Las cosas a mí me afectan a los cuatro días. Sobre todo es un tema muy
delicado, que no dejo de pensar en cada instante. Por él, por su familia. Al
final somos una familia. Me parecía un chaval encantador, tenía muy buenas
condiciones como torero, estaba en la lucha auténtica, buscándose la vida como
hay que hacer. Me da mucha pena por él, por su familia, por todo. Como
profesional es un tema muy difícil. Admiro muchísimo a los toreros que salen a
la plaza después de todo lo que ha pasado. Es para vivirlo. No es fácil.