VALENCIA

Roca Rey vuelve a vivir y da vida a una Valencia llena


viernes 22 julio, 2016

El peruano se fue con tres orejas de una tarde de fe y de demostración de músculo para casi llenar el tendido con Manzanares y Hermoso toreando sin matar

El peruano se fue con tres orejas de una tarde de fe y de demostración de músculo para casi llenar el tendido con Manzanares y Hermoso toreando sin matar

 JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: SCP

Pablo Hermoso de Mendoza en su ya cita tradicional en la
Feria de Julio, José María Manzanares tras torear unas horas antes en Mont de
Marsan y Andrés Roca Rey tras salir a hombros del mismo escenario el miércoles
hacían esta tarde a las siete y media en punto el paseíllo en la plaza de toros
de Valencia. Dos toros de Capea para rejones y cuatro de El Pilar para lidia a
pie eran la materia prima ganadera para la ocasión.

‘Bolillero’  de Carmen Lorenzo llevaba por nombre el primero de la tarde, al que Hermoso recibió a lomos de Napoleón. De tranco explosivo fue su comportamiento tras el primer rejón de Hermoso, comenzando faena a lomos de Berlín y dejando hasta tres palos de frente. Emocionó su forma de dar el pecho tras los cambios de pista, clavando la tercera banderilla en el centro del anillo. Cuajó prácticamente el grueso de la faena a lomos de  ese caballo, sacando a Pirata para las cortas, con las que también conectó. Pinchó a la primera y dejó un segundo rejonazo fulminante. Ovación tras petición.  

‘Resistillo’ se llamaba el segundo de El Pilar, al que Manzanares dejó tan sólo tres verónicas pulcras pero sin conexión ante su falta de fuerza. Le dio lo suyo Barroso en las dos varas de las que salió mermado el toro, quitando por tafalleras Roca Rey entre las caídas del colorado. No brindó Manzanares y debió hacer de enfermero sin éxito por ambas manos. Aplomado totalmente el de El Pilar. Tan sólo una tanda conectó a diestras, debiendo tirar el alicantino del enclasado pero flojísimo viaje del toro. Hizo ademán el animal de colarse a los trastos de Josemari en el epílogo sin conseguirlo. Mató de estocada casi entera. Fue silenciado. 

De 512 kilos era el ‘Liebrote’ tercero, al que Roca Rey vio claro desde el primer momento para recibir a pies juntos a la verónica. Galleó por valerosas chicuelinas para llevar el astado al caballo, dejándolo crudo como acostumbra. Por estatuarios inició su labor, pero requería el animal la suavidad que le dio en la primera tanda a diestras. Le echó la cara arriba en el siguiente intento por el mismo lado, logrando luego al natural momentos aislados pero con acople y, sobre todo, gran calado en el tendido. Una arrucina intercalada en la siguiente serie hizo que la plaza tomara conciencia del tremendo valor de Andrés, que volvió a conseguir en el epílogo y por circulares la conexión que el noblón sin motor no tenía. En dulce pero sin empuje transformó el peruano la condición del de El Pilar en un final con el respetable en pie. Un momento dramático vivió la plaza cuando el toro lo prendió en cinco angustiosos momentos por la chaquetilla, que quedaron previsiblemente en el golpe. A la segunda mató de estocada fulminante. La oreja cayó. 

Muy en Murube fue el cuarto, al que le dejó Hermoso tan sólo un rejón de castigo de salida. Con Beluga dejó un inicio espectacular en cambios de pista que levantaron la atención del público levantino tras la merienda. Tres palos magistrales y otros tres arrimones espeluznantes. Con Donateli ejecutó la segunda parte de su labor, arrancándose de lejos el caballo en tres pares que terminaron por encender otra vez el tendido. Con Pirata colocó las cortas y el palco presidencial accedió a que colocase un último par de cortas a dos manos. Un rejonazo trasero que escupió, uno medio que escupió, varios pinchazos y uno entero pusieron fin a la vida del toro. Ovación.

‘Niñito’, nombre mítico en la ganadería, llevaba un cuarto que flojeó en el capote de Manzanares pero metió riñones en la primera vara de Chocolate, justificando el puyazo en la segunda. Tuvo motor en la segunda tanda tras el inicio en el tercio, llevándolo con pulcritud Manzanares. Al natural debió domeñar un tranco que no rompía e incluso le hizo un feo extraño. Fueron bellos los naturales que le ofreció en la siguiente serie, hundido el torero en la arena y encajado también en un gran remate de pecho. Lo intentó de nuevo a diestras, pero no rompió. Lo cambió de terrenos y se lo llevó al tercio para la serie de derechazos que abrochó faena. Una estocada delantera y tendida que requirió de varios descabellos. Ovación tras dos avisos. 

Mansurrón de salida era el sexto, un toro al que se le dio en varas en un arreón y con el que la cuadrilla tuvo que hacer un esfuerzo lidiador en los dos primeros tercios. A sones de Nerva fue limando la condición del toro Roca Rey, consiguiendo por ambas manos suprema conexión. Se le coló en dos ocasiones, pero no le importó al peruano, que se arrimó como un perro por el izquierdo despechándose con gallardía ante el tendido. Cantó la gallina cuando le planteó su verdad por circulares, debiendo sujetar a base de tesón el tranco huidizo del de El Pilar.   De espanto fueron los muletazos finales con el toro ya en tablas. Soberbia fue la estocada. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valencia. Segunda de la Feria de Julio.
Corrida de toros mixta. Casi lleno.

Dos toros de Capeapara rejones y cuatro de El Pilar para
lidia a pie. Desclasado el noblón primero; flojísimo con cierta clase el segundo; de clase sin  motor el tercero; noble y con recorrido el buen cuarto; con retazos nobles pero sin romper el ‘Niñito’ quinto; manso de libro el sexto.

Pablo Hermoso de Mendoza, ovación y ovación.

José María
Manzanares,
silencio y ovación tras dos avisos.

Andrés Roca Rey, oreja y dos orejas.