CRÓNICA, EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)

Tarde de importancia en la Plaza Real


sábado 30 julio, 2016

Oreja a la clase de Crespo. Vuelta para la calidad de Aguado y ovaciones a la frescura de Cadaval. Se lidiaron novillos de Peñajara, bravos, muy exigentes y con carbón.

Oreja a la clase de Crespo. Vuelta para la calidad de Aguado y ovaciones a la frescura de Cadaval. Se lidiaron novillos de Peñajara, bravos, muy exigentes y con carbón.

EMILIO TRIGO / FOTOGALERÍA: EVA MORALES

La preciosa plaza portuense vivió una
importante novillada, preámbulo del gran fin de semana que viene. Importante
por la transmisión y bravura de los pupilos de Peñajara e igualmente en la misma dimensión por el toreo exquisito
de Daniel Crespo. Un Joven novillero
que con muy poco bagaje –segundo paseíllo en la temporada- que ha sabido llamar
la atención por su calidad, temple y elegancia. Crespo al margen de las orejas cortadas, ofreció una tarde de
altura y mucho futuro. Por su parte, Aguado ha vuelto a fallar con los aceros y continúa con una mala racha, sin embargo,
el sevillano ha estado contundente en mando, entrega y torería. Por último, Cadaval ha tenido la frescura de la bisoñez,
buenas maneras y una izquierda reveladora. 

Saborío. Así se puede definir el
comportamiento del cuarto en todos los tercios. Un novillo que no dijo nada y
al que le dieron leña en el caballo. Pues de la misma forma se puede decir que estuvo
en el último tercio. Crespo novillero de excelentes muñecas y elegancia, fue sobando la insulsa embestida
del cuarto, hasta que le robó un natural que levantó los pelos punta. Un
izquierdazo que le brotó del alma y dio paso a lo mejor de su labor. Fueron
posiblemente quince naturales lentos, templados de uno en uno y dando tiempo al
novillo y a él mismo en la colocación. Le presentó la muleta con dulzura, la
misma que en su muñeca izquierda. A todo esto, la elegancia innata de Crespo y los detalles torerísimos por
abajo. Por el pitón derecho el utrero era otra cosa y pasaba de saborío a
malaje, igual que el director de la música que no tocó por eso. Más de media y
oreja a la calidad tras aviso, que dio antes de tomar la espada. 

Exigente el abreplaza. Novillo muy bien hecho
y con plaza, sin embargo salió acalambrado de los cuartos y estuvo en un
«tris» de ser devuelto. Crespo toreó de dulce con el capote, tanto el recibo como en quite con el percal a la
espalda. Empujó el utrero en el caballo en sus dos entradas y derribó en la
primera. Daniel brindó al
respetable. Un novillo que después de la lidia se recuperó aunque protestó un
poco en la franela del portuense. El novillo estuvo en la mitad de la línea
entre genio y bravura, pero el caso que repitió constantemente, pegajoso a
veces. Crespo le instrumentó una
faena de corte clásico y elegante en fondos y formas. Daniel utilizó la pañosa con mucha delicadeza e imprimió estética
a su quehacer. Por ambos pitones hubo armonía y buen toreo. Sólo el descabello
más aviso, le quitó la previsible oreja. 

Aguado se fue a
la puerta de chiqueros a por su oponente. El quinto a portagayola con una larga
cambiada ajustada. Esta fue la primera de tres y de un ramillete de verónicas
con mucha cadencia. Precioso el lancear de Pablo. También el galleo por chicuelinas para meterlo en el piquero fue de altura,
como el quite otra vez a la verónica muy sentida. Brindó esta vez al respetable
para comenzar ante «el camello por alto y feo» por abajo con mando y
mucha torería. Con esos pilares se mostró en todo momento un entregado e
inspirado Aguado ante un novillo con
carbón y muchas teclas. No fue fácil el quinto por bravo que metió la cara especialmente
por el izquierdo, al que Pablo se
impuso con un torero de verdad. Le dio ventajas al toro, se cruzó siempre al
pitón contrario y buscó la ligazón aunque el novillo pedía rectificar de sitio.
El sevillano demostró que está preparado para mayores y que le sobra raza para
regalar a muchos. Su toreo al natural de muchos quilates y el fundamental muy
ligado. Todo con personalidad abrumadora. Muy buena faena por todo lo visto y
saboreado. Otra vez la espada le quita la oreja o más bien, las dos. Vuelta
tras aviso. 

No le dejó
expresarse el voluminoso segundo a Aguado con el capote. Novillo ofensivo con la puntas hacia delante. Sin embargo tras
la suerte de varas le enjaretó un quite por chicuelinas muy vistoso, la media
con sevillanía. El Peñajara llegó al
último tercio con muchas complicaciones en su embestida. ‘Liebre’ sacó mal estilo y brusquedad en su acometida, sin entrega
nunca y sin humillar también. Fue astado de infinitas teclas, las mismas que
puso en su quehacer el hispalense pero ni a base de oficio y tesón pudo
corregir ni un sólo encuentro. Difícil en todo, pero con un Aguado muy asentado y firme. Buena
estocada. Ovación con saludos. 

Abanto el
tercero de salida. Novillo de feas hechuras. Cadaval saludó con el capote a la verónica surgiendo con mano baja
y compás abierto. Hubo compostura en el recibo. Novillo al que no se le castigó
en varas, más bien se cuidó. El quite a pies juntos tuvo aires acompasados. Alfonso al igual que Aguado, brindó a Fermín e Iván Bohórquez.
Pronto vio el sevillano que el pitón del toro era el izquierdo y por ahí
instrumentó la gran parte de su faena. Una labor en la que hubo gusto en la
interpretación del natural y toreo de cintura para darle mayor recorrido al
trazo. Surgió la chispa e inspiración que Cadaval atesora ante un novillo que tuvo movilidad, clase y fijeza en el paño. Con la
diestra las series finales también lucieron armonía. Está claro que le falta
rodaje y tal vez lo acusa más al salir y entre tandas pero derrocha imperfecciones
muy bellas en su toreo. Antes el inicio de labor fue exquisito con varias
trincherillas y cambios de manos. Casi entera, varios descabellos y aviso.
Ovación con saludos. 

El sexto
era un tío. Este tenía de novillo sólo la edad, porque por cuajo, seriedad y
volumen era un auténtico toro. Cadaval no
sé afligió ante la descompuesta embestida del sexto. Llevaba la cara a media altura
y protestaba mucho lo que obligaba al sevillano a citar fuerte y abajo. La cosa
no tomó vuelo. Alfonso hizo un
esfuerzo sin dar un paso atrás, plantando cara con sus argumentos a pesar de su
corto oficio. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de
toros de El Puerto de Santa María,
Cádiz.

Segunda de la temporada de verano. Novillada
con picadores.

Más de un cuarto de entrada.

Seis
novillos de Peñajara. Desigual de presentación, muy exigentes y con
carbón, destacando el primero, tercero y el quinto por calidad y bravura.

Daniel
Crespo,
ovación y oreja tras aviso.

Pablo
Aguado,
ovación y vuelta tras aviso.

Alfonso
Cadaval,
ovación tras ambos.

Cuadrillas: Saludaron Juan
Carlos García 
Manuel Izquierdo en el tercero. Lidió muy bien Cándido Ruiz. Todos los mencionados en el
tercero.

Incidencias: Se guardó un minuto de silencio al final del paseíllo por la muerte de D. Fermín Bohórquez