ENTREVISTA (PRIMERA PARTE)

López Simón: “El toro nunca te miente; lo demás está un poco sucio”


viernes 5 agosto, 2016

Primera parte de la entrevista a Alberto López Simón en la que aborda todas sus inquietudes filosóficas y conceptuales. Sus Maneras de Vivir, el martes en la segunda parte, a corazón abierto

Primera parte de la entrevista a Alberto López Simón en la que aborda todas sus inquietudes filosóficas y conceptuales. Sus Maneras de Vivir, el martes en la segunda parte, a corazón abierto

Alberto es un tipo
inteligente. Tanto que le afectan sus fantasmas porque sabe que no se van a ir
sólo por cerrar los ojos. Por eso medita, madura y busca. Y en esa búsqueda
constante se va fraguando el torero. Como se ha fraguado siempre, desde aquel
primer capricho que su familia pensó que era aquello de ser torero. Pero
Alberto también es tenaz. Y si comprende que lo que busca –después de haber
intentado hasta las cosas más peregrinas- no está para él, se dedica a otra
cosa y asimila el proceso como un aprendizaje por el que tenía que pasar.

Hoy torea en todas las
ferias, viste los carteles de más fuste, recibe llamadas de los que hace apenas
un año no le conocían de nada y se hacen fotos con él porque ya saben que López
Simón no es el lateral izquierdo del Chelsea. Saben hasta que es del Atleti,
pero sobre todo saben que ya cuenta en el esportón con cuatro puertas grandes
de la plaza más grande. Y, sin embargo, Alberto sigue siendo el niño grande que
siempre soñó con torear con José Tomás. Hoy ese sueño será uno más de los que
ya tiene cumplidos.

«Pues si no me lo dices,
ni cuenta que me había dado de que el viernes hago el paseíllo con el maestro…
jajajaja”
, bromea Alberto. Entre miedos, inquietudes y esperanzas, ha preparado
la tarde para disfrutar de cada segundo. «Tú sabes de la admiración, el respeto
y hasta la idolatría que siempre he sentido por el maestro”,
explica ya fuera
de bromas. «Si hoy estoy aquí es un poco por seguir su ejemplo, su concepto del
toreo y también su filosofía de vida. Sigo esa famosa máxima de José Alfredo
Jiménez que dice que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar. Y
quizá sea ese el secreto de mi cambio en el invierno de 2014 a 2015, así que
imagínate lo que supone el maestro para mí”
. Analiza su transformación en cisne
como el que ha dado con la piedra filosofal.

Las penurias en la
caminata por el desierto, las dudas conceptuales y morales, la reyerta
filosófica que le rondaba la mente, la llegada de Julián Guerra cuando ya había
pensado hasta en quitarse de en medio. Todas esas cuestiones las analiza
Alberto con la serenidad de un samurái. Pero eso, junto a sus maneras de vivir,
lo veremos el martes en CULTORO, en la segunda parte de esta entrevista.

Entonces se iba a
competir en la Fórmula 1 con un coche hecho de retales y las ruedas
recauchutadas. Así lo sentía él también, pero «aunque estemos como estemos, no
nos echemos para atrás”
. Y con ese no echarse para atrás, Alberto ha llegado al
centro del huracán. Tanto que el domingo, en El Puerto de Santa María,
escuchará un pasodoble compuesto para él por Abel Moreno. Sólo pisar ese ruedo
ya supone un cambio sólo comprensible para el profesional que pisa los ruedos.
¿Tenía razón Joselito el Gallo cuando dijo lo de El Puerto?

«Vaya si la tenía”,
responde sin pensarlo. Recuerda la reinauguración de la plaza, hace apenas unos
días, con López Simón en el cartel. «Es impresionante la plaza de El Puerto.
Ese pedazo de ruedo, el sabor que tiene, la gente. A mí me pareció muy
especial. Llenar esa plaza tiene que ser impresionante, espero que sea el
domingo. Pero Joselito no decía ninguna tontería. He aprendido que este mundo,
que es vertigninoso, te obliga a disfrutar de las pequeñas cosas. Como ese
pasodoble, que lleva mi nombre y es una auténtica maravilla. Esas cosas yo
antes sólo las soñaba, y ahora ya las tengo aquí. Torear con mi ídolo de
siempre, salir en hombros de Madrid con un figurón como Manzanares… Todo eso
hay que asimilarlo bien, es cierto, pero sobre todo hay que disfrutarlo porque
eso ya nadie me lo va a quitar”
.

Y cuando llega el
ecuador de la temporada, ¿cómo se encuentran el cuerpo y el alma del torero y
del hombre? Tampoco le cuesta responder con la sinceridad que caracteriza la
conversación. «No te voy a ocultar que he pasado momentos muy jodidos durante la
temporada”
, espeta Alberto con serenidad, «y mañana no sé qué será de mí, pero
ahora mismo estoy feliz. Disfruto mucho más de los amigos porque tengo menos
tiempo para hacerlo, y suelo hacelo en el campo. Ayer estuve en casa de Antonio
Palla y disfruté dos animales como hacía mucho tiempo que no lo hacía.
Anteayer, en casa de Borja Domecq, cuajé un toro descubriendo sensaciones
nuevas, y eso te hace alcanzar un grado más a la hora de buscar la felicidad.
Pero mañana no sé qué me encontraré ni cómo me afectará. Es la putada de mi
cabeza…”
.

Alberto es como las
tormentas: puede caer una tromba de agua cuando nadie diría que iba a hacer mal
tiempo, pero él se conoce –cada vez más- y se asume. Por eso no le ha costado
abanderar y echarse sobre los hombros la renovación necesaria que ha sufrido el
escalafón. «Para eso intento quitarme toda la presión que puedo”, explica, «y
voy a mi bola porque comprendes que todo tiene unos intereses por detrás. Para
asimilar eso de frente tienes que ser tremendamente fuerte y puedes hacerlo
porque tengas una inmensa capacidad o, cuando ves que no puedes, aislarte de
todo. Si no haces una de esas dos cosas, hay comentarios, comportamientos y
actuaciones de según qué personas que te pueden llegar a desestabilizar. Yo he intentado
mantenerme al margen y dedicarme a lo que amo de esta profesión, que es el
toro, el torero y la verdad que hay entre ellos. El toro nunca te miente. Lo
demás está un poco sucio”
.

Esta es una pequeña
muestra de ese Alberto López Simón que es persona antes de ser torero y tal vez
está aún por descubrir. El martes, en CULTORO, López Simón a corazón abierto.

Ilusttración de Juan Jranzo. Si te gusta, puedes adquirirla aquí http://www.tiendacultoro.com/p1286031-lamina-lopez-simon.html