CRÓNICA, MELILLA

‘Huracán’ Padilla arrasa en La Mezquita del Toreo


jueves 1 septiembre, 2016

Una variada corrida de Manuel Blázquez permite al jerezano pasear hasta cuatro orejas y un rabo; una paseó "El Cordobés" mientras que silenciado resultó en su lote Rafael Tejada

Una variada corrida de Manuel Blázquez permite al jerezano pasear hasta cuatro orejas y un rabo; una paseó "El Cordobés" mientras que silenciado resultó en su lote Rafael Tejada

TEXTO: EMILIO TRIGO  / FOTOS: CHIPÉ PRODUCCIONES 

Hacían el paseíllo frente a un encierro de Manolo Blázquez esta tarde en la plaza
de toros de Melilla ‘La Mezquita del
Toreo’ Manuel Díaz ‘El Cordobés’, Juan José Padilla
y Rafael Tejada. A las seis y media en punto arrancaba el paseíllo en
uno de los cosos más emblemáticos de la geografía española. Corrida goyesca.

La tarde sin
lugar a dudas fue para el ‘Ciclón
de Jerez’
que en Melilla se
convirtió en una tormenta de toreo mayor
y se puede afirmar que después de
su arrasador paso por la Mezquita, fue
un verdadero ‘Huracán’.
Juan José se vació en entrega y pundonor ante dos animales de comportamiento diferente. Padilla, dio fiesta con mayúsculas y
encontró un enorme calor del público melillense.
El jerezano la formó con
su lote donde no se dejó nada en el interior. Juan José demostró claridad de
ideas y encontró toro en todo momento, incluso cuando no había nada a favor.
Caso del parado segundo o del áspero quinto. Este último pudo parecer más fácil
de lo que resultó, pero la realidad es que eso fue porque Padilla tapó mucho a su astado con su enorme oficio y capacidad.

Juan José Padilla formó un
auténtico lío con el capote en su primero, recibiendo al toro con largas
cambiadas y buenos lances a la crónica primero con una rodilla en tierra y
luego de pie. También se lució en banderillas y comenzó de rodillas la faena de
muleta, pero el toro se paró muy pronto y se tuvo que emplear para sacarle los
pocos muletazos que tenía. Puso todo lo
que le faltaba al toro en una labor entregada que remató muy bien con la
espada.
Dos orejas. De nuevo puso Padilla toda la carne en el asador en el
quinto, protagonizando un vibrante tercio de banderillas. En la faena de muleta
también se empleó a fondo con un toro que tuvo más movilidad, comenzando
sentado en el estribo y construyendo después una faena vibrante que conectó de nuevo con los tendidos. Sobresalió su
toreo diestro y la excelente estocada con la que acabo su labor. Le fueron
concedidas las dos orejas y el rabo. 

Abrió cartel Manuel Díaz ‘El Cordobes’ que tuvo un lote dispar. El primero un astado tardo, muy flojito no
pasaba de la muleta y todo esfuerzo careció de lucimiento.
Sin embargo, con el cuarto, debió obtener las dos orejas
que negó el presidente.
Una razón que sólo el palco sabrá puesto que Díaz se identificó con su estilo
personal y fue fiel a sus parámetros de siempre incluido el salto de la rana.

El
Cordobés
dejó lances entonados en el primero de la tarde y en la faena se empleó para sacar todo el partido
de un animal noble pero rajado
que no permitió la continuidad en las
series. Mató de estocada y dos descabellos. Silencio tras aviso. El Cordobés se sacó la espina en el cuarto, un toro que se dejó más y en el que se
vio la cara más carismática del torero
en una faena que tuvo los mejores
momentos en el toreo diestro y que contó con todos los aditamentos de la casa,
incluido salto de la rana. Mató de estocada y descabello y cortó una oreja con
fuerte petición de segunda.

Cerraba cartel el diestro menos placeado. Rafael Tejada fue todo corazón ante un lote
muy complicado.
El primero sin la maldad del cierraplaza. El tercero de la
tarde fue un astado que se negó a embestir y que no quería pelea. Tejada le plantó cara e incluso lo cambió
de terrenos para desorientarlo pero ni aun así colaboro el primero de su lote.
El sexto fue una prenda, toro engallado y de irregular embestida con una
acometida muy dispar. Tejada le buscó las
vueltas y anduvo solvente ante tan complejo animal.
A pesar de ser
silenciado en su lote, no dio un paso atrás en ningún momento.

El tercero de la tarde fue un toro muy parado
que nunca abandonó el abrigo de las tablas. En ese terreno Rafael Tejada lo intentó todo para sacarle partido, pero el animal
estaba completamente rajado. Falló con el acero. Silencio. Tejada tampoco tuvo suerte en el sexto, un toro que salió barbeando
las tablas y que no humilló en ningún momento. De este modo no se lo puso fácil
al rondeño, que encontró un enemigo sin
entrega que siempre salió distraído de la muleta.
Pinchó y escucho un
aviso. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Melilla. Corrida de toros de Feria.

Seis
toros de Manuel Blázquez.

Manuel Díaz «El Cordobés”, silencio tras aviso y oreja. 

Juan José Padilla, dos orejas y dos orejas y rabo. 

Rafael Tejada, silencio y silencio.