IGNACIO RUBIO / FOTOGALERÍA: MARÍA VÁZQUEZ
La tercera de abono en la Feria de los Llanos de Albacete acogía
en la tarde de este sábado una corrida de toros en la que hacían el paseíllo Sebastián
Castella, Miguel Ángel Perera y José Garrido. A las seis en punto arrancaba el
paseo mayor en el coso manchego frente a un encierro de Montalvo y un toro de
Alcurrucén que remendaba la corrida.
Imposible fue el lucimiento con el primero de Alcurrucén,
toro que remendaba el encierro de Montalvo. Buscándole en todo momento la
taleguilla al francés, porfió a pesar de ello pero no consiguió lucimiento. Horrendo anduvo el torero con la espada. Bronca. Castella
no brilló de capote en el cuarto. Se cambió al animal por la espalda y conectó
con el tendido en ese momento. Tres series de mano muy baja encandilaron al
respetable, que entró de lleno en su labor al natural. Templó también a
diestras. Fue a más la condición de un gran toro aprovechado al máximo por el torero galo. Optó por invertidos para, tras detalles al natural en el epílogo,
acudir a por la espada, matando certero. Dos orejas y premio merecido de la vuelta al ruedo al toro de Montalvo en su arrastre.
Perera,
de verde oliva y oro, no pudo acoplarse con el capote al segundo y tras un
tercio de varas con descabalgadura del piquero pasó la lidia a un tercio
horrendo de banderillas. Con una sola en lomos se cambió el tercio ante las
protestas, pues no había manera de clavar. Perera, brazos abiertos, pidió el
cambio que fue concedido entre una sonora pitada. No brindó Perera que cumplió
en redondo ante un animal bajo de raza y sin chispa. Fueron tres coletazos en
series de mando a diestras sin excentricidades, rematando atrás y con lentitud.
Al natural hubo aún menos posibilidades en dos series de acople sin llegar al
tendido. Fue el animal falto de raza, y además se puso andarín para cuadrar la
muerte. Pinchó Perera antes de lograr estocada baja. Palmas.
Se estiró a la verónica con gusto en el quinto para
dar paso a dos grandes pares de Curro Javier, que tuvo que desmontarse. Brindó
al público y dejó un comienzo muy quieto a pies juntos, llevándolo con mucha
suavidad ya en redondo con la ligazón como norma. Fue trazando bien y rematando
atrás entre la sosería del animal, que se fue parando y apagando como una vela.
Perera se esforzó al natural llevándolo muy tapado y embebido. Faltaba emoción
por el cornúpeta, que no por el extremeño, que aguantó parones. Se le pidió brevedad
desde las pobladas gradas, pinchando al primer intento para dejar estocada
posterior y escuchar una gran ovación.
Ovacionado resultó Garrido antes de lidiar al tercero, al
que dejó verónicas de buen gusto y una media para el recuerdo. Se lo pasó cerca
en un garboso inicio de faena, en el que no llegó a romper el animal al
natural. Su vuelta en redondo a la diestra volvió a resurgir el toreo, cuajando
tandas bellísimas que llegaron arriba con facilidad. Tardó en cuadrar la
muerte, matando de estocada atravesada que asomaba un punto y cortando oreja
con fuerza. No tuvo lucidez el toro sexto, con el que fue silenciado el torero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Albacete. Tercera de la Feria de los
Llanos. Corrida de toros. Casi lleno.
Un toro, el primero, de Alcurrucén, y cinco toros de Montalvo, el cuarto premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Sebastián Castella, bronca y dos orejas.
Miguel Ángel Perera, ovación en ambos.
José Garrido, oreja y silencio.