ALBACETE

Interés cárdeno y desparpajo sin espada


lunes 12 septiembre, 2016

Aunque no terminó de romper la corrida de La Quinta, sí tuvo momentos importantes en los que Curro Díaz dejó su sello, Juan Bautista brilló con el segundo y Sergio Serrano mostró arrojo sin premio

Aunque no terminó de romper la corrida de La Quinta, sí tuvo momentos importantes en los que Curro Díaz dejó su sello, Juan Bautista brilló con el segundo y Sergio Serrano mostró arrojo sin premio

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

 

Una corrida de toros de La Quinta, puro encaste Santa
Coloma, era la que acogía esta tarde la quinta de la feria de Los Llanos en la
plaza de toros de Albacete. Llegaba Curro Díaz con el tabique partido en dos
después de que un toro lo hiriese el sábado en Tarifa; le acompañaban en terna
un pleno Juan Bautista que cortó cuatro orejas y un rabo el sábado en Arles y
ayer salió en volandas de Aranda de Duero; cerraba tarde el paisano Sergio
Serrano.

Serio, grandón para lo que es Santa Coloma era el primero,
al que Curro Díaz no pudo lucir a la verónica por su brusco tranco de salida.
Con la mano derecha y sacándoselo paulatinamente fue Curro Díaz conduciendo al
animal en el inicio de faena, destacando un gran pase de pecho. Requería de
toque fuerte y planta firme el animal, algo que le dio Curro Díaz, que se
ralentizó especialmente en la tercera serie por derechazos, sobreponiéndose a
la condición de un animal tornado en peligroso. Precisamente en violenta e
imprevisible se transformó la condición del toro. Supo aprovechar con garbo
chulesco la inercia para nada dulce del animal santacolomeño, al que embaucó
gracias a voluntad valerosa en sus trastos. Mató con dignidad y pronto.

En la línea de su hermano anterior fue el segundo, un toro
al que intentó dejar detalles de salida Bautista. Le encontró pronto el tranco
en la muleta al animal en el inicio de faena, gustando muchísimo por el lado
derecho y en una primera tanda en la que toreó al natural llevándolo más
obligado ante su tranco más corto. Cantó pronto Albacete el gran toreo de
Bautista, durmiéndose incluso en algunos muletazos. Lo toreó a placer en las
siguientes tandas, conectando totalmente con el tendido y mostrando muchísimo
regusto en sus formas ante el bueno de La Quinta. Espada en mano, intentó el
francés la suerte de recibir. Ovación.

Serio y astifino era el cuarto, segundo del lote de Curro
Díaz, al que intentó llevarlo embebido a la verónica. Poco a poco tuvo que ir
el capote de Óscar Castellanos cuidando al animal, al que había que echarle en
la muleta un valor de verdad por su condición peligrosa en el momento del
embroque, en el que las miradas debían ser aguantadas. Además, y para más inri,
el viento hizo acto de presencia en el ecuador del trasteo, por lo que sólo
pudo el de Linares aprovechar la inercia del cárdeno para estar por encima de
él y dejar detalles. Mató de estocada un punto baja, no concediendo el palco la
oreja tras petición y dando el jiennense una vuelta al ruedo.

Cadenciosas y cuasi parsimoniosas fueron las verónicas de
Juan Bautista al quinto, un toro con el que rayó a grandísima altura con el
capote, especialmente con el remate de la media y la larga a una mano que
finiquitó ese prólogo de lidia. Galleó para llevarlo al caballo y cuidarlo en
el peto. Seria faena del francés, que puso toda la carne en el asador en las
primeras tandas, todas ellas muy largas, aprovechando la buena condición
inicial del cárdeno. Lo supo llevar en sus trastos con la humillación que
ofrecía evitando, en el centro del anillo, que se rajase el animal de Conradi.
Por el lado derecho tuvo especial transmisión el trasteo, intentándolo también
con el gusto maduro que está demostrando este año al natural, pero de forma más
aislada. En violenta se tornó su condición por ese lado, yendo el de Arles a
por la espada. Pinchó en el primer encuentro, enterrando con habilidad el acero
a la segunda y tardando en caer el toro.

Cárdeno claro era el sexto, ovacionado en el arrastre, al
que Sergio Serrano saludó por verónicas a pies juntos pero iba a su aire el
animal. Tuvo que echar todo raza Sergio Serrano ante un toro con el que otro
hubiese tirado la toalla en la primera tanda. Entrega máxima del manchego, que
porfió desde el primer momento que en otra época hubiese sido de macheteo en la
cara. Lo intentó, salió a por todas el torero albaceteño y, aun sin música,
logró conectar con los paisanos. Un metisaca trasero y un espadazo acabó con el
toro.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Albacete. Quinta de la feria de Los
Llanos. Corrida de toros. Dos tercios de entrada. 

Seis toros de La
Quinta.

Curro Díaz, ovación y vuelta. 

Juan Bautista, ovación y ovación. 

Sergio Serrano, ovación y ovación. 

 

FOTOGALERÍA: MONDÉJAR