EMMA GORJÓN
Todo esfuerzo tiene su recompensa, sí suena a tópico, pero
es realidad. Hoy era el día de Juan del Álamo, se palpaba hasta en los aledaños
de la plaza antes de entrar. Tuvimos un anticipo con su primer toro, pero con
el último toro consiguió el éxtasis, un torrente de bravura.
Los salmantinos querían ver a Juan y no les dejó con las
ganas. Con su primero de lució, por ambos pitones. En los medios por naturales
se ganó los tendidos. Estatuarios que no defraudaron y se ganó una oreja de
ley. En el segundo el salmantino no se iba a dejar ganar la batalla. Lo recibió
en las tablas. Por verónicas hondas el toro metía la cabeza. Excepcional tanda
por la derecha con la muleta. Toro exquisito. Se lo llevó a los medios. Metía la cara de manera extraordinaria. Indultó a Higuero, de Domingo Hernández. La plaza se volcó con él.
Morante de la Puebla volvía a La Glorieta, abrevió ante un
desapetecible primero que no le dejo realizar ninguna faena y el público de
volcó con los pitos. Con el segundo llegó el Rey, con el capote gustó pero con
la muleta enloqueció, el toro era extraordinario y le formó un buen lío.
Grandes derechazos hondos, el toro humillaba. Él estaba pletórico. Cambios de
mano excepcionales. Pitón derecho extraordinario del toro. Emocionó al público. Oreja más que
ganada y fuerte petición de la segunda.
El Juli como siempre que pisa el albero, lo rompe con las
ganas. Se marcó una gran faena pero no fue premiada por el público. Con su
segundo realizó una faena más larga, se lució por verónicas con el capote.
Llegó la muleta y por ambos pitones. El toro embestía pero tenía menos clase
que su anterior. Remató con un estocadón. Oreja de ley.
Hoy era el día, la Puerta Grande se abrió de nuevo, hoy
demostró la verdad Juan del Álamo.
Cuidado con lo que se sueña, que muchas veces se cumple. Mañana, más.
