ENTREVISTA

Pablo Aguado: “Este año el aficionado se ha olvidado de las orejas para seguir creyendo en mí”


jueves 29 septiembre, 2016

Ya el año pasado Sevilla atisbó un torero con gusto, Madrid en el mes de abril le sacó a Aguado la raza y Albacete por septiembre vio cómo también el hispalense tiene valor; hoy torea en Madrid

Ya el año pasado Sevilla atisbó un torero con gusto, Madrid en el mes de abril le sacó a Aguado la raza y Albacete por septiembre vio cómo también el hispalense tiene valor; hoy torea en Madrid

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Pablo Aguado se trata de uno de los nombres
novilleriles con más enjundia de los que está fructificando la presente
temporada. Ya el año pasado Sevilla atisbó un torero con gusto, Madrid en el
mes de abril le sacó a Aguado la raza y Albacete por septiembre vio cómo
también el hispalense tiene valor. Ahora, se enfrenta quizá a la cita más
importante de su año esta tarde en Madrid: hará el paseíllo junto a Manolo Vanegas
y Rafa Serna con el encierro de Joselito. Por delante, le queda aún Zaragoza,
pero sabe que de hoy en Las Ventas debe salir la credibilidad total del
aficionado que lo embale hacia la alternativa la próxima campaña.

¿Cómo está tu cuerpo pero sobre todo tu
mente? Hace unos días en Albacete no cortaste orejas pero se vio una rotunda
dimensión de valor.

Estoy
ilusionado. Que la gente te sepa valorar esos esfuerzos y esa tarde tan
importante sin haber orejas te motiva y te ayuda, te hace pensar que todavía
hay aficionados que saben valorar las circunstancias más allá de las orejas.

Fue una tarde que no comenzó bien, con
lluvia, que impidió que Albacete tuviese la solera de sus tardes importantes;
poco a poco fuiste modelando una pequeña gran historia en esa plaza desde las
portayagolas hasta ese cruzarse en los medios que caló realmente en la afición
manchega.

Fue una
tarde complicada por lo climatológico y por el ganado, que no dio opciones de
lucimiento. Sí dio opciones para demostrar ganas, me permitió poder intentar
aprovechar las embestidas de los animales intentando imponer pureza. Es difícil
de hacer pero cuando se consigue es bonito que el aficionado te lo reconozca.

A estas alturas de la temporada, ¿cómo la
analizas en conjunto?

Positiva
en casi todos los aspectos excepto en el tema numérico de orejas por la espada,
ha sido el gran talón de Aquiles de este año. Me haría colocarme en una
posición más alta del escalafón. La espada me ha privado de mucho. Poco a poco
lo voy mejorando y a día de hoy los estoy matando mucho mejor y eso me da
tranquilidad para afrontar la segunda tarde de Madrid.

El año pasado sonaste por Andalucía y
Francia, pero este año tu verdad se ha extendido, se ha ido descubriendo por
parte de todos los aficionados a pesar de que no ha habido un triunfo gordo.

Tampoco
ha habido un triunfo rotundo en una plaza importante por la espada. Ha habido
tardes muy importantes como Gijón, Albacete, El Puerto, Mont de Marsan… pero la
espada es la que me ha privado de terminar de romper. Pero me sigo considerando
un privilegiado porque el aficionado me ha demostrado mucho cariño. He tenido
la suerte de que se ha olvidado de las orejas para seguir creyendo en mí.

¿Has toreado algo del maestro Joselito?

La he
matado una vez en Bayona el año pasado. Le corté dos orejas al segundo toro del
maestro Joselito para salir a hombros. Los recuerdos de esa ganadería son
inmejorables. No he visto la temporada pero mi equipo sí, confiamos plenamente
en el maestro porque si hay alguien con interés en triunfar en Madrid es el
maestro Joselito.

¿Qué supuso tu presentación en Madrid en
abril?

Fue una
tarde siguiendo la tónica de este año: sin haber un triunfo rotundo gané mucho
crédito, la afición me mostró un cariño enorme. Que el aficionado más profundo
te reconozca la labor, te llena mucho y te crea motivación especial para
convencerlo.

¿Y la alternativa? ¿Para cuándo?

Pensamos
en el año que viene. Ni plaza ni fecha tenemos en mente, porque todavía quedan
citas cruciales como Madrid o Zaragoza. En función de cómo acabe el año, se irá
pensando.